La violencia en contra de las mujeres

  • Rubén Moreno Morales
Las muertas de Juárez fueron un triste y lamentable parteaguas

Observatorio de Desarrollo Regional y Pobreza

La violencia, las agresiones, el acoso sexual, la exclusión social, las desapariciones y los feminicidios en contra de las mujeres en nuestro país, son situaciones inaceptables que no debemos seguir permitiendo como sociedad.

Las muertas de Juárez fueron un triste y lamentable parteaguas para visualizar la cruenta violencia sobre las trabajadoras de las maquilas en Ciudad Juárez, Chihuahua. Por supuesto que hubo batallas que dieron en otros momentos de nuestra vida contemporánea, muchas mujeres que lucharon por los derechos y el respeto para ellas, sin embargo la narrativa sobre estas desapariciones, lograron visibilizar sus demandas y exigencias  por su aparición con vida y demandar la aplicación de la justicia sobre los homicidas.

Una situación muy grave en donde los diferentes gobiernos nunca pudieron esclarecer con precisión lo sucedido y mucho menos apresaron a los verdaderos responsables.

Lo anterior se vuelve a repetir con los feminicidios que siguen creciendo día a día en varias  entidades del país, en donde muchos de los casos no se investigan y tampoco se encarcela a los presuntos criminales, algo vergonzoso para cualquier gobierno y sus dependencias judiciales.

Varios son los expedientes que se quedan en el olvido y trágicamente sin ninguna respuesta, dejando en el desamparo a sus familias. (Ver cuadro 1)

Fuente E- Consulta

Esta parece ser la historia de siempre de las mujeres violentadas, en donde nunca se sabe que sucedió con ellas.

Por eso no debe seguir esta espiral de violencia en México, son prácticas ilegales e irracionales que deben ser erradicadas por completo. Nunca el país, podrá salir adelante sino se detienen estos actos que atentan en contra de ellas, porque sin su aportación es imposible pensar en el futuro para las generaciones siguientes.

Las mujeres y la gente común están cansadas de la violencia en el país.

Los datos siguientes, nos demuestran cual frágiles siguen siendo las políticas de prevención destinadas para este sector: Según INEGI, de 2007 a 2016 fueron asesinadas 22,482 mujeres en todo el país, una cada cuatro horas. Para 2017, en los primeros seis meses hubo 914 asesinadas sólo en 17 estados de la República, y en otros cinco estados desaparecieron 3,174.

“Cifras espeluznantes de una tendencia al alza: en México se mata a las mujeres porque se puede, porque no pasa nada, queda en la impunidad”.

La coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), María de la Luz Estrada dijo que en el 2017, menos del 49% de asesinatos de mujeres se investigan/investigaron como feminicidios, y de ese porcentaje no se sabe exactamente cuántos se vincularon a proceso de tipo penal.

“María Salguero, contabiliza en un mapa los feminicidios y, para noviembre de 2017 habían sido asesinadas 1844 mujeres. Basada en notas periodísticas, reveló que la cifra de mujeres asesinadas aumentó de siete a ocho diarias”.

En cinco estados del país se cuentan 3 mil 174 mujeres y niñas desaparecidas: el Estado de México, Jalisco, Colima, Guanajuato y la Ciudad de México. Y hay tipologías de víctimas para poner atención: niñas entre 10 y 17 años son blancos fáciles.

En Puebla, este año cierra con más de 300 casos sin sentencia, además su espiral de violencia creció a diferencia de otros años y las medidas precautorias siguen siendo insuficientes.

ODESYR, dice que en Puebla durante los años 2013, contabilizo 50 feminicidios; para el 2014 60; 2015, 50; en 2016 la cifra se incrementó, llegando a los 82 y para el 2017  se dispara con más de 100 feminicidios.

Por otro la Iberoamericana y el Instituto de Derechos Humanos  Ignacio Allacuria, aportan los siguientes resultados, por tasa de población femenina en algunos municipios de Puebla: Coronango en 2015, fue el municipio que tuvo una incidencia  del 37 por ciento; mientras que en el 2016, Huauchinango, estuvo por encima de San Pedro Cholula y Tehuacán con un 26 por ciento y en el 2017, durante el primer semestre, I. de Matamoros, llego al 33 por ciento, que de acuerdo al INEGI y a dicho observatorio fueron los municipios con mayor número de feminicidios.

Si observamos, el patrón de estos homicidios tiene varias variantes por región, por ejemplo: en Coronango, un municipio metropolitano, con un crecimiento desigual y con migraciones internas por la cercanía al corredor industrial, es claro, que la incidencia de la violencia crece por varios factores sociales y culturales. En cambio Huauchinago, ubicado en la sierra norte, estos hechos crecen por la falta de oportunidades para la educación; por la carencia de fuentes de trabajo y la creciente presencia de grupos delincuenciales en la región. En I. de Matamoros, ubicado en la mixteca poblana, hay varios factores como la creciente inseguridad; la presencia de grupos violentos; la migración de grupos de Centroamérica; zonas de tolerancia; migrantes; bandas juveniles; pobreza extrema en colonias y ayuntamientos vecinos y por consiguiente el debilitamiento de sus autoridades municipales.

(Ver cuadro 2)

(La comisión de delitos sexuales como violaciones, abuso, acoso y hostigamiento, se concentra en tres cuartas partes de los municipios poblanos y encabezan la lista Puebla, Tehuacán, Huauchinango, Cholula y Texmelucan. Fuente e- consulta)

A lo anterior hay que sumar lo expuesto por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (Cesop) de la Cámara de Diputados en su informe “feminicidios: causas, consecuencias y tendencias, en donde menciona que en Puebla se registró un aumento del ocho por ciento en los homicidios de mujeres ocurridos entre 2014 y 2016.

“En este contexto debe citarse que en un periodo de nueve años, la tasa de asesinatos de mujeres con presunción de feminicidio, en Puebla aumentó 81 por ciento, al pasar de 1.6 a 2.9 entre 2007 y 2016, de, acuerdo con informes de la Organización para las Naciones Unidas (ONU)”.

Se subraya en el documento que: la sociedad mexicana se caracteriza por un muy alto nivel de violencia de género que se expresa en el feminicidio

“El delito no aqueja por igual a todos los sectores sociales, pues la probabilidad de ser víctima se acentúa en determinados contextos sociales como pobreza, marginación y exclusión de las oportunidades educativas”.

Por lo anterior, se requiere cuanto antes fortalecer las políticas públicas destinadas para la atención de las mujeres, así como la prevención y el fortalecimiento institucional, para evitar que siga creciendo la violencia de género.

Esta es una tarea que involucra a todos, sin la participación de la sociedad poco se logrará hacer en esta batalla.

Lo que hacen algunas instituciones de educación superior, como la Universidad Autónoma de puebla, para generar conciencia, difusión de valores y prevención, son contribuciones que buscan crear ciudadanía para el respeto, la equidad e igualdad entre sus estudiantes.

Finalmente habrá que ver que dice la Secretaría de Gobernación (Sgob) en febrero de 2018, cuando evalúen las medidas recomendadas para el estado de Puebla.

Opinion para Interiores: 

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