Quiero abordar un importante acontecimiento político llevado a cabo el pasado fin de semana, la concreción de la alianza entre el Partido Acción Nacional, el Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano con el registro de la coalición “Por México, al frente”. Más allá de la calidad democrática que podemos comentar sobre el proceso en sí, más allá de las características que tendrá el proceso interno en Acción Nacional para definir las candidaturas a la Presidencia de la República, quiero abocarme a comentar sobre una consecuencia directa: el severo golpe que ha significado al proyecto político de Rafael Moreno Valle. Hay varios datos que así lo evidencian.

El desconcierto mostrado por los principales seguidores de Moreno Valle, las declaraciones encontradas entre algunos de ellos, nos está reflejando que fue un golpe en la línea de flotación del proyecto del exgobernador. Vemos actitudes contradictorias: por un lado los que están manifestándose abiertamente por el PRI y su candidato José Antonio Meade y por otro quienes se pronuncian por dar la pelea y competir contra Anaya al interior de Acción Nacional; lo que nos permite vaticinar confrontaciones al interior de este grupo, la búsqueda y competencia por las mismas posiciones, una indisciplina generalizada y no dudemos que estaremos viendo, en el futuro cercano, cómo los más oportunistas dentro de los oportunistas comienzan a abandonar el barco de este proyecto político.

Independientemente de lo que está ocurriendo a nivel nacional, este severo golpe tiene implicaciones en Puebla, como algunas plumas muy vinculadas al morenovallismo lo han anotado: se va a pretender concentrarse, atrincherarse en el Estado de Puebla y conservar las posiciones que consideran ya de su propiedad. Esta actitud de atrincherarse refleja, usando un término de la crónica deportiva, que el grupo de Moreno Valle ha perdido el momento psicológico y en lugar de estar yendo a la ofensiva, están pensando en cómo concentrarse e irse protegiendo.

Ante esta actitud esperada, de replegarse y atrincherarse en Puebla, me parece que la dirigencia nacional del PAN, que ahora encabeza Damián Zepeda y que representa al grupo que encabeza Ricardo Anaya, tiene la enorme oportunidad de dar un golpe de timón en el Estado de Puebla, para oxigenar al partido, abrir espacios y generar contrapesos al grupo que controla Acción Nacional en la entidad y que durante varios años ha mantenido excluidos –o incluso perseguidos- a quienes no apoyan los intereses de Rafael Moreno Valle.

Tiene entonces la dirigencia nacional que tener cuidado para no dejarse chantajear, para no permitir que se le amenace con la actitud del ex gobernador. Tiene que tener presente que para este grupo político, el morenovallismo, todo se vale, no tiene límites éticos, y que aun cuando aparentemente haya pactado siempre tiene la posibilidad de ir por abajo del agua apoyando a candidatos que no son del PAN.

Ojalá Acción Nacional abra espacios de participación a liderazgos importantes que le permitan al Frente incorporar verdaderas inquietudes y demandas ciudadanas, por el bien de Puebla y por el bien de esta opción política.

Su servidor retomará este espacio en enero del próximo año. Envío a cada uno de ustedes un abrazo, deseándoles una muy feliz navidad y que el 2018 esté lleno de bendiciones, de dicha y de felicidad.

[El autor es regidor del H. Ayuntamiento de Puebla

juan.espina@pueblacapital.gob.mx

@juancespina]