El Frente Amplio Democrático una propuesta viable para el 2018

  • Roxana Luna Porquillo
El actual régimen político con sus alternancias ficticias ha sido inoperante

Hemos llegado a un punto decisivo en la historia de nuestro país, en donde el hartazgo social y el enfado hacia la política se respiran en todos los espacios públicos.

El actual régimen político con sus alternancias ficticias ha sido inoperante, no ha proporcionado beneficios directos para la ciudadanía y, por el contrario, se ha fomentado un círculo de impunidad y corrupción, cuyos resultados se traducen en jugosas ganancias para un grupo minúsculo de empresarios privados y políticos.

El último caso de corrupción de los más de 10 millones de dólares que la empresa Brasileña Obedrech dicen que le entregó al exdirector de Pemex Emilio Lozoya, y el veto que la PGR impuso para no tener acceso a la información de ese sucio negocio, que pudo ingresar para la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto, indica que el sistema anticorrupción recién aprobado será una simulación para proteger a los privilegiados del régimen priista.

Así, mientras una élite de complicidades se reparte de manera indiscriminada los bienes de la nación, el resto de los ciudadanos tenemos que hacerle frente a una profunda desigualdad social.

Para hacer frente a este adverso panorama, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) ha promovido, con miras al convulso proceso electoral del 2018, la creación de un Frente Amplio Democrático (FAD) que represente la mayoría política y social del país, así como todas las visiones de los distintos sectores de la población, en particular aquellos que no se sienten representados y que han sido excluidos por las políticas neoliberales implementadas por los gobiernos priistas desde hace más de treinta años.

Contrario a lo que se promueve en distintos ámbitos, el FAD no es una alianza de facto entre el PRD y el PAN, por el contrario, se trata de una propuesta política amplia dirigida a todos los partidos políticos, con excepción del PRI, que se identifiquen y quieran llevar a cabo la construcción de un programa de gobierno que combata el deterioro que padece el país por causa de la corrupción, la impunidad y la reiterada violación de derechos humanos, que ha practicado durante cinco años, el mal gobierno de Enrique Peña Nieto.

El FAD tiene potencialidad para ganar las elecciones del 2018. Según la última encuesta de Parametria la alianza PRD-PAN-MC cuenta con la simpatía del 35% de los ciudadanos, la alianza Morena-PT tiene el 32% y las alianzas del PRI-PVEM-PANAl-PES cuenta con el 22%.

Ya es tiempo que el país transite de un Estado de corrupción a un Estado de Derechos, de la impunidad a la cultura de la legalidad, es necesario que se diseñe una política económica basada en la distribución equitativa de la riqueza y que a su vez combata la pobreza en que vive el 45.5% de la población en México, es momento también de revertir los abusos de autoridad que ofenden a la sociedad,

Es momento de hacer frente al grave problema de inseguridad y violencia a nivel nacional; es momento de dejar de lado la soberbia y de buscar el diálogo entre los distintos sectores de la población, de las distintas fuerzas sociales y políticas, es el momento de contrastar los diferente proyectos de gobierno, de fomentar la unidad y de diseñar la elección para edificar un gobierno para todos, un gobierno democrático de coalición.

Con la creación del FAD se busca construir consensos antes que disensos, para darle una salida democrática a la crisis en que vivimos. El FAD no se crea para que las cosas sigan igual sino para impulsar cambios que hagan frente al corrupto sistema político.

Y porque no sólo basta con ser un gobierno reconocido legalmente, el FAD pretende mediante el acuerdo conjunto de las distintas personalidades y colectividades que lo conformarán, dotar de mayor legitimidad a quien encabece este Frente, cuyo representante deberá ser quien esté en mejores condiciones de establecer diálogos, de regirse con rectitud, de unificar a los diversos, de respetar la pluralidad, y de tener la propuesta programática más incluyente para el fortalecimiento de la democracia mexicana con bienestar para la mayoría.

Una democracia sana debe gozar de la pluralidad y de la amplia participación de todos los sectores que conforman la sociedad para fortalecerse. Una democracia verdadera debe garantizar el bienestar de la gente. Con el FAD se deberá terminar con la democracia simulada y de espejismo que tenemos en México.

En esta democracia de espejismo no existe la representación efectiva de todos los sectores, la corrupción ha lacerado la vida política del país, los derechos y libertades son transgredidos y la crisis económica se agudiza cada día.

La fortaleza del FAD radica en el consenso, en el diálogo y en la unidad de los diversos, tres cualidades fundamentales para revertir y fortalecer el camino de nuestra democracia, esta nación es de todos y juntos debemos contribuir para su desarrollo económico con igualdad.

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Roxana Luna Porquillo

Abogada y política poblana, militante del PRD. Nacida el 24 de marzo, fue Diputada Federal por Puebla y candidata a la gubernatura de Puebla en 2016