Los derechos laborales en México, por los suelos

  • Oscar Barrera Sánchez
Derechos constitucionales vigentes. No se deben confundir con manejos facciosos. Caso Sitrajor.

Se puede estar a favor o en contra de las movilizaciones urbanas, los bloqueos de calles y carreteras, las declaraciones de huelga o la creación de sindicatos en las empresas estatales y privadas. Sin embargo, lo cierto es que, en México, todos esos son derechos consagrados en la Constitución. Derechos a la libertad de expresión, de manifestación de las ideas, de organización y de huelga, no son dádivas gubernamentales o empresariales, sino condiciones que ha ganado la clase trabajadora en México y el mundo, a través del derramamiento de sangre.

Si bien, la conducción de algunos sindicatos y confederaciones de trabajadores en México, históricamente, han dado mucho de qué hablar, no se puede confundir el derecho de organización laboral con una cofradía de dirigentes manipuladores de los trabajadores y serviles a los gobiernos en turno y a los empresarios. La figura del sindicato es la única posibilidad que tienen los trabajadores ante el embate de los empresarios en el capitalismo y, más aún, en un salvajismo neoliberal como el que vivimos.

¿A quién ha beneficiado instaurar una ideología contra los derechos laborales, de organización y de manifestación de las ideas en la mentalidad de trabajadores, sindicalizados o no? A los empresarios y, a quienes ocupan un cargo en el gobierno y, que posteriormente, serán retribuidos económicamente, contratados o socios de esos grandes empresarios.

Tan sólo basta mirar que, en 2015, de los 7 155 emplazamientos a huelga registrados, no se consumó ninguno y, el aumento al salario mínimo tan sólo fue de 4.1%. ¿Por qué los trabajadores no quieren ejercer sus derechos laborales? Es una respuesta difícil, pero que podemos ir rastreando en la ideología que se han encargado de reproducir tanto las empresas, como los gobiernos federal y estatales. Es increíble leer comentarios de trabajadores asalariados que critican ferozmente a los trabajadores sindicalizados y a los sindicatos, tachándolos de holgazanes, haraganes, huevones y vividores, por gozar de estos derechos que todo trabajador tendría que tener.

La ideología capitalista y la plusvalía ideológica que ha generado el neoliberalismo, ciegan a los propios trabajadores en cuanto a la exigencia de sus derechos laborales, lanzándose a la yugular contra los mismos trabajadores, cuando los verdaderos enemigos son los mega Pepe y Toño que cada vez explotan sin piedad alguna a quienes sólo poseen sus fuerzas laboral o intelectual.

Hoy, los gobiernos modifican las leyes al beneplácito de los grandes magnates. Las respuestas a los trabajadores ante un emplazamiento a huelga son: “[…] que no se suspendieron las labores con abandono de instalaciones, ya que un inspector dio fe de que trabajadores seguían laborando en la hora y la fecha en que se colocaron las banderas rojinegras” como fue expuesto al Sindicato Independiente de Trabajadores de La Jornada (Sitrajor).

No obstante, el permiso que da la Ley Federal del Trabajo, en los artículos 935 y 936, para definir o contratar “equipos de emergencia” de trabajadores para cumplir con las labores de la empresa, han sido utilizadas de manera facciosa en distintas huelgas. Asimismo, el artículo 934 de la misma ley, establece que: “Si la Junta de Conciliación y Arbitraje declara que la huelga es ilícita, se darán por terminadas las relaciones de trabajo de los huelguistas”. Es decir, que con la declaración hecha el domingo, 2 de julio, por la Junta de Conciliación y Arbitraje, quien expresó inexistente e ilegal la huelga encabezada por el Sitrajor, estos trabajadores podrían ser despedidos.

Asimismo, la reforma en materia de justicia laboral al artículo 123 constitucional, donde se establece la desaparición de las juntas de conciliación y arbitraje, entre otras medidas, son una verdadera amenaza a la clase trabajadora, que cada vez se enfrenta a una nueva etapa esclavista o feudal.

¿A quién beneficia esta declaración de inexistencia e ilegalidad de una huelga? El 20 de enero de 2016, la Secretaría del Trabajo informaba que se habían alcanzado, gracias a los acuerdos con la base trabajadora, 26 meses consecutivos sin huelgas, ante una recuperación una recuperación del poder adquisitivo de 1.31%. ¿Esto es creíble? Los beneficiarios de la prohibición de la huelga en México son los empresarios y un gobierno que debe dar cuentas a los grandes grupos financieros transnacionales de la estabilidad laborar en el país. ¿Su base? Miles de trabajadores que, lejos de luchar por sus derechos, se alían ideológicamente contra quienes los oprimen y explotan y, se contraponen ante quienes buscan dignidad para su trabajo. No son terroristas los trabajadores que van a huelga; los terroristas son los empresarios y los gobiernos.

 

Picaporte

No, señor José Narro Robles, la salud no es una inversión, es un derecho fundamental, humano. Que el gobierno, al que pertenece, siga con el proyecto de privatizarlo, es otra cosa.

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Oscar Barrera Sánchez

Doctor en Ciencias Sociales y Políticas por la UIA. Comunicador y filósofo por la UNAM y teólogo por la UCLG.