Las marchas anti-Trump de hoy domingo

  • Raúl Espejel Pérez
Dos marchas que debieron ser una. EPN no debe aprovecharse de las marchas para levantar su imagen.

Hoy, domingo 12 de febrero, en varias ciudades del país se efectuarán marchas de protesta contra la política xenofóbica que está aplicando contra ciudadanos mexicanos inmigrantes que trabajan y radican en Estados Unidos, esa grotesca caricatura mal hecha del dictador nazi Adolfo Hitler, llamada Donald Trump. 

 

En la Ciudad de México, no obstante que se trata de manifestar, colectivamente, el  repudio común de los mexicanos contra las decisiones agresivas y totalitarias emprendidas por el presidente Trump contra México y los indocumentados mexicanos asentados en el territorio estadounidense, se efectuarán dos marchas en vez de una.

 

Por razones de estrategia e impacto político, debió ser solamente una marcha multitudinaria. Las dos que fueron convocadas, disminuirán sus efectos psicológicos y políticos en favor de la actitud segregacionista de Donald Trump que ambas pretenden combatir.

 

Una marcha, la más importante y representativa, identificada con el nombre de Vibra México, cuenta con el apoyo de más de 60 organizaciones no gubernamentales, entre las que se encuentran importantes instituciones educativas, como las universidades Nacional Autónoma de México, la Autónoma Metropolitana y la Iberoamericana, el Instituto Politécnico Nacional, el Colegio de México y el Campus Ciudad de México del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, así como diversos organismos defensores de los derechos humanos, como Amnistía Internacional.

 

La otra marcha, denominada Mexicanos Unidos, fue convocada por la dirigente de la organización Alto al Secuestro, quien al ser entrevistada radiofónicamente por el periodista Ciro Gómez Leyva, declaró: “No queremos que sea una marcha contra el gobierno, sino a favor de los mexicanos. Nuestro presidente tiene que llegar fuerte a la negociación con Trump.”   

 

La declaración de esta persona, de nombre Isabel Miranda de Wallace, fue considerada por muchos activistas políticos como un apoyo al presidente Peña Nieto, por su conocida cercanía con el círculo de poder gubernamental más poderoso del país.

 

El 19 de julio de 2016, durante la inauguración del Foro internacional Equidad para las Víctimas en el Debido Proceso, la señora Miranda, líder de la organización Alto al Secuestro, tuvo el pésimo gusto de obsequiar al presidente Peña Nieto un pastel y cantarle Las Mañanitas con motivo de su cumpleaños.

 

Vibra México, está considerada como la marcha capitalina más importante y representativa, debido a las características particulares que tienen sus principales convocantes.

 

Sin embargo, ambas marchas deben expresar al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, no ha sido capaz de manifestar a su contraparte.

 

Es decir, la inconformidad que existe en todos los sectores sociales del país, por el trato vejatorio que Trump ha dado a muchos mexicanos que con su trabajo cotidiano contribuyen al crecimiento de la economía estadounidense y el rechazo a la amenaza fiscal de gravar 20% todas las importaciones de productos mexicanos que ingresen a Estados Unidos y las remesas que, producto de sus respectivos sueldos, los emigrantes envían a  sus familiares en México.

 

A la amenaza de construir un muro en la frontera méxico-norteamericana pagado con recursos financieros mexicanos, habrá que señalar al pendenciero Trump que México estaría de acuerdo en construir y financiar la versión gringa del Muro de Berlín, siempre y cuando se construya en la frontera que tenía nuestro país antes de la anexión de Texas a los Estados Unidos.

 

Si Trump insiste en aplicar esas medidas con propósitos represivos, Peña, por razones de dignidad, estaría obligado a responder de manera análoga para dar un apaciguador estate-quieto a su alocado homólogo.

 

Peña Nieto no ha actuado con la energía que, hoy en día, se requiere para suavizar la ríspida relación que desde el 20 de enero existe entre México y Estados Unidos.

 

Aunque es un presidente débil, porque su grado de aceptación es inferior a 13%, debe actuar con energía para evitar que Trump continúe burlándose de él y de México como lo ha hecho desde que vino al país siendo simple candidato a la presidencia y se le proporcionó indebidamente un trato de jefe de Estado sin serlo.

 

Recientemente Trump volvió a burlarse de Peña Nieto. Se dijo que en la conversación telefónica que tuvieron “por más de una hora”, ambos mandatarios “acordaron” que no se volvería a mencionar el tema de la construcción del muro que tiene obsesionado a Donald Trump. No hubo de pasar mucho tiempo para que el presidente estadounidense violara ese acuerdo.  

 

No acababa de llegar a Estados Unidos el canciller Luis Videgaray, en su viaje más reciente cuando Trump reincidió en tocar el tema a manera de recibimiento al representante de Peña Nieto.

 

Atrás quedó la era en que México tenía un relación diplomática digna, soberana e independiente de Estados Unidos. En enero de 1962, siendo presidente Adolfo López Mateos y canciller Manuel Tello Baurraud, México fue el único país de Latinoamérica que se manifestó en contra de que Cuba fuera expulsada de la OEA por presiones del presidente John F. Kennedy, que no era insensato y alocado como Donald Trump.

 

Las marchas anti-Trump de hoy domingo, en la Ciudad de México y en el resto del país, deben expresar el repudio de los mexicanos a la actitud abusiva y segregacionista de ese presidente y la exigencia de que Enrique Peña Nieto obligue a Donald Trump a respetar a México y los derechos humanos de todos los mexicanos indocumentados que trabajan en Estados Unidos.        

 

Peña Nieto, por su parte, debe abstenerse de aprovechar las dos marchas para tratar de restaurar su deteriorada imagen pública. 

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Raúl Espejel Pérez

Ha colaborado como articulista en la revista Jueves de Excélsior, El Universal de México, El Universal Gráfico, El Universal de Puebla, El Día, Nueva Era de Puebla y la revista Momento de Puebla (versión impresa y digital).