Joaquín Borges, un músico genial

  • Xavier Gutiérrez

Los vaivenes de la vida son maravillosos, si uno se deja llevar en esa barca imaginaria que surca los mares. Y el destino nos llevó hace unos días al mundo de la música. Al asistir a un concierto vi a un director de orquesta allá en el escenario. Hice una crónica del acto y un par de días después me topé con él.

En un oficina yo acudí a una cita y la secretaria me dijo, oiga, aquí el maestro lo está buscando. Le toqué la espalda al señor que me indicó ella y al voltear, me dijo: ¿Xavier?, oye en este momento estoy marcando tu teléfono para felicitarte por la crónica, me encantó. ¿Cuándo nos tomamos un café?

Nos lo tomamos esa misma mañana, nos caímos bien y nos despedimos. Unos días después en la sección de música de un almacén vi un disco. Decía la carátula algo así como  “Bohemia”, numerosas melodías y canciones con el piano de Joaquín Borges. Tomé el teléfono y le llamé al director. Oye Joaquín, acabo de ver un disco con tu nombre, ¿eres tú?.

Sí, soy yo, fíjate que tengo grabados como 50 discos de variados contenidos, pero no se conocen mucho. La sorpresa me dejó boquiabierto. Pero después vino algo mejor todavía. Ese fin de semana me llamó Joaquín, era su cumpleaños y me invitó a su casa junto con cuatro o cinco amigos más. Me advirtió que era una comida y después una bohemia.

¡Fueron ocho horas de maravilla…! Sin alardes, sin presunción alguna, con la naturalidad de quien te extiende la mano, Joaquín tocó el piano y cantó un larguísimo repertorio. Y los demás lo seguimos, por supuesto.

 Y en efecto, me mostró su enorme cantidad de discos, con arreglos propios, con orquesta, él tocando el piano, dirigiendo orquestas, interpretando la música de los mejores compositores mexicanos y extranjeros  de todos los tiempos.

Y luego nos deleitó con la música que todos pedían, manejaba el piano como un juguete, complacía a todos, cantaba  canciones completas o fragmentos de otras, acompañaba a Don Rafa, quien encabeza una famosa “Peña de Álvaro Carrillo”; no, en verdad un deleite la tarde aquella. Antes me había mostrado cientos de arreglos suyos, porque es pianista, director, arreglista, y anfitrión  superlativo.

Su tesoro musical, su archivo, el testimonio de sus conciertos, sus partituras, todo forma un caudal admirable.

Joaquín Borges es un maestro con toda la barba. Estudió en París, Viena y España. Ganó con mención honorífica el Premio Reina Sofía y su obra se estrenó en Madrid con la Orquesta de Cámara Reina Sofía, en presencia de su majestad. Luego se quedó más de siete años en Europa, viajando, estudiando y dirigiendo por todo el viejo continente.

Hoy está de regreso en su país, aquí en Puebla reside, dirige sinfónicas…y comparte con sus amistades  su amor y pasión por la música, pero además tiene una singularidad que lo hace diferente al común de los directores y arreglistas: ni es un tipo engreído, ni almidonado, ni mira por encima  del hombro a quienes  no tienen los conocimientos musicales de él, sino somos simples mortales sensibles a las música.

Joaquín Borges es uno de los grandes de la música, uno de los grandes valores de México, pero sabe tener la sencillez de los grandes, eso lo convierte en un caballero extraordinario.

El día de su cumpleaños la pasamos maravillosamente, pero en realidad los agasajados fuimos nosotros. Su inspiración, sus cualidades,  su maestría al piano, sus anécdotas y su bonhomía son singulares.

Busque sus discos, no se arrepentirá.

xgt49@yahoo.com.mx

 

 

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Xavier Gutiérrez

Reportero y director de medios impresos, conductor en radio y televisión. Articulista, columnista, comentarista y caricaturista. Desempeñó cargos públicos en áreas de comunicación. Autor del libro “Ideas Para la Vida”. Conduce el programa “Te lo Digo Juan…Para que lo Escuches Pedro”.