Confesiones de una madre cualquiera

  • Marcela Jiménez Avendaño
.

                                     “Enseñarás a volar…..pero no volarán tu vuelo

Enseñarás a soñar…..pero no soñarán tus sueños

Enseñarás a vivir…..pero no vivirán tu vida

Enseñarás a cantar…..pero no cantarán tu canción

Enseñarás a pensar…..pero no pensarán como tú

Pero sabrás que cada vez que ellos vuelen, sueñen,

vivan, canten, piensen…..

¡Estará en ellos la semilla del camino enseñado y aprendido!”

Madre Teresa de Calculta

A qué cosa más emocionante me ha resultado eso de ser Madre, sin embargo, este no será el típico artículo plagado de palabras melosas que elogian a la Madre. Serlo no es cosa fácil y muchas veces, más de las que quisiéramos confesar, metemos la pata mientras nos toca ejercer ese rol.

A mí me llegó sin esperarlo, sin buscarlo e incluso, sin desearlo. Ni cómo describir la sorpresa acompañada de miedo hacia eso tan desconocido pero a la vez tan cotidiano y natural.

Y ¿qué puedo decir del embarazo?. Mi experiencia podría resumirse en la frase “Me voy a aliviar”. Y es que desde muy chica recordaba el enojo de mi tío abuelo, el doctor Manuel de la Torre, cuando alguna parturienta le decía “ya me voy a aliviar” a lo que respondía con gruños y refunfuños: “¿de qué te vas a aliviar?, el embarazo es la etapa en que más sana está una mujer”……pero lo que es yo, claro que me alivié. Yo lo padecí como una enfermedad. Ese hijo mío que a la fecha no puede mantenerse quieto, tampoco lo hacía en mi vientre y amenazó con salir al mundo muchas veces antes de tiempo. Era como si tuviera dentro un “alien” que se regocijaba haciéndome sentir en todo momento que mi cuerpo ya no era solo mío.

Menos mal que el embarazo dura nueve meses, tiempo que necesité para realmente hacerme a la idea de que a partir de ese momento mi caminar estaría permanentemente acompañado, que un ser nuevo completamente dependiente requeriría de todo mi talento y particularmente de mi paciencia.

Con el tiempo aprendí a quererlo y amarlo. He de confesar que al inicio, cuando lo tuve en mis brazos supe de un sentimiento que hasta entonces me era desconocido. Me causaba una gran ternura y tenía la necesidad imperiosa de abrazarlo y sostenerlo, pero ¿era amor?. En ocasiones le veía y tenía claro que no lo conocía. ¿Cómo podía amar a alguien a quien recién estaba conociendo?. Confieso, no fue instantáneo.

Ya sé! Para este momento del relato muchos ya están escandalizados y se preguntan ¿cómo una madre puede decir estas cosas?

Calculo que todas las que pasamos por esto de una u otra forma sentimos algo similar. Pero el instinto maternal, el deseo de tener hijos, la atención que recibe la embarazada, el contar con el padre o no, la situación económica por la que se atraviesa en ese momento y miles de etcéteras más, hacen que la experiencia nos impacte de diferente manera.

Ahora mi “alien” tiene diez años y disfruto en demasía su compañía. Le amo como nunca supe podía hacerlo. Nuestro caminar juntos ha hecho de mi vida una aventura extraordinaria, llena de risas y juegos, de continuo aprendizaje y crecimiento.

Y gracias a todo ello, es que hasta hoy pudo comprender el gran valor de esas maravillosas mujeres con quienes he coincidido. Mi Madre, una luchadora desde siempre, incansable, incapaz de rendirse ante nada; mi Abuela, una sabia mujer para quien las cosas nunca fueron fáciles; la maestra Gaby, mi amorosa confidente y amiga. Mi más grande admiración y agradecimiento.

Felicidades a todas las mamás, particularmente a las que trabajan incansablemente y aún así no obtienen lo suficiente ni para alimentar a sus hijos; a las que se hacen cargo solas de sus familias porque el padre se ha desentendido de su obligación; a las que sufren maltratos y abusos; a las que aún son niñas; a las que viven en las calles; a las que no encuentran oportunidades para mejorar su calidad de vida y las de sus pequeños; a las que están enfermas; a las que son maestras y amigas….

Pero en tanto me festejan y festejo a la mía…..nos leemos la próxima semana……

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Marcela Jiménez Avendaño

Licenciada en Relaciones Internacionales. En proceso de titulación para la Maestría en PNL e Inteligencia Emocional. Ocupó diversos cargos en el PRI (CEN) en las precampañas y campañas en 2000 y 2006