La lucha mundial contra la pobreza

  • Juan Carlos Lastiri

Así como cada nación tiene sus retos particulares que debe enfrentar como desafíos propios, el mundo actual presenta una problemática que solo mediante la suma de esfuerzos, la cooperación conjunta y la unión de sinergias de todos los países se podrá superar para hacer frente a la lucha contra la pobreza, el hambre, la insalubridad y el cambio climático. En fin, sabemos perfectamente cuales son los modernos flagelos que azotan sin piedad a los grupos sociales y a los países más desfavorecidos a nivel mundial. Sabemos también que en el siglo XXI, y debido a un acelerado proceso de globalización, no hay causa sin efecto, las acciones de diversa índole que se adoptan en Estados Unidos tendrán repercusiones al otro lado del orbe, de la misma forma, la suerte de las naciones africanas va ligada con las decisiones económicas que se adoptan en Beijín, por citar solo dos ejemplos. En tal sentido, es necesario entender que solo mediante un adecuado trabajo, coordinado y solidario, las naciones más desarrolladas podrán colaborar con las que presentan los menores índices de crecimiento para avanzar en su contexto nacional. De igual forma, los países hoy llamados de renta media –México entre ellos- deberán sumarse a este afán de cooperación internacional para lograr mejorar las condiciones de vida de millones de personas que son víctimas de enfermedades mortales o que se van a dormir cada día padeciendo hambre, y que en general ven cortadas sus expectativas de lograr un espacio adecuado en el bienestar mundial. Este gran esfuerzo colectivo ha sido coordinado por la Organización de la Naciones Unidades, que a través de sus diferentes Agencias logran ese intercambio de colaboraciones entre los países.

En septiembre del año 2000, en la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas, 189 países formalizaron un trascendental acuerdo conocido como la Declaración del Milenio, comprometiéndose a sumar esfuerzos para  alcanzar un nivel mínimo de desarrollo en el 2015.Como parte de este acuerdo, se establecieron ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio que representan el esfuerzo global más importante de la historia reciente para elevar la calidad de vida de la humanidad. De igual forma, la ONU viene ya trabajando en la integración de la Agenda de Desarrollo del post-2015, es decir, qué viene después del despliegue que significó todo el esfuerzo para alcanzar en la medida de las posibilidades de cada país, los ODM.

En esta ocasión nuestro país tuvo el alto honor de ser sede de una importantísima conferencia de naciones, en el marco de Primera Reunión de Alto Nivel de la Alianza Global  para la Cooperación Eficaz para el Desarrollo, a la cual asistieron representantes de 135 países y que fue presidida por Ban-Ki-Moon, Secretario General de la ONU, quien en su mensaje inaugural fue muy claro, ya que hizo referencia a que hoy la Humanidad tiene la gran oportunidad de aprender de sus errores para no cometerlos nuevamente y que de un esfuerzo colectivo, se obtengan resultados que permitan ver con mayor optimismo el futuro mundial. De igual forma, en su carácter de anfitrión de este evento, el Presidente Enrique Peña Nieto destacó el papel de la ONU y su Secretario General en el liderazgo mundial coordinando estos esfuerzos para que cada habitante del mundo tenga acceso a una vida digna. Así mismo, el Presidente Peña Nieto indicó que México retoma este ejemplo,  por lo cual ya contamos  con nuestra propia agencia internacional de cooperación –la AMEXICD- encargada de coordinar esfuerzos de todas las áreas del Gobierno de México para intercambiar experiencias y conocimiento hacia las naciones, sobre todo de Centroamérica y el Caribe, la zona natural de influencia mexicana. Esta agencia, adscrita a la Cancillería, viene desarrollando importantes esfuerzos como brazo articulador de experiencias exitosas, dignas de ser exportadas.

En este contexto, el próximo mes de mayo y con el apoyo de la SEDESOL y la Comisión Intersecretarial para la Cruzada Nacional contra el Hambre, se dará a conocer la Iniciativa Mesoamericana y del Caribe Sin Hambre, en una estrategia coordinada con las agencias internacionales y los gobiernos de las naciones participantes, en la que se replicará el esfuerzo mexicano en el combate al hambre de los 7 millones de habitantes que están en la población objetivo a atender. El reto que la comunidad internacional aún tiene por delante es muy grande, sin embargo, en el encuentro celebrado en México, queda muy claro que la voluntad y el compromiso por construir sociedades más justas e incluyentes existe y éste se deberá traducir en políticas públicas eficaces que promuevan la participación ciudadana, una mayor y mejor recaudación fiscal, mayor transparencia en el ejercicio de los recursos públicos y una mejor rendición de cuentas, que permitan consolidar los cambios estructurales indispensables para cada nación. Por cierto, muchos de estos cambios ya se vienen implementando en México.

 

Opinion para Interiores: