Acerca del Día Mundial de la Alimentación
- Juan Carlos Lastiri
El derecho a la alimentación es un derecho humano básico y, para recordar su importancia y la necesidad de erradicarla, cada día 16 de Octubre la FAO celebra, en diversos países del mundo, los logros que se han tenido en la materia. Se organizan eventos en más de 150 países de todo el mundo, convirtiéndolo en uno de los días más celebrados del calendario de la ONU. Estos eventos promueven la concienciación y la acción a escala mundial para aquellos que padecen hambre y la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria y dietas nutritivas para todos.
La importancia de celebrar este día, en estos momentos, consiste en que estamos en una cuenta regresiva hacía el año 2030 para lograr la meta mundial del Hambre Cero lo cual se considera totalmente factible ya que, de los 129 países monitoreados por la FAO, 72 ya han logrado el objetivo de reducir a la mitad la proporción de personas que sufren hambre en 2015. De hecho, sabemos que el mundo produce alimentos suficientes para sustentarnos a todos, sin embargo, unos 800 millones de personas padecen hambre, es decir, una de cada nueve personas y el 60 por ciento de ellos son mujeres; esto es otro aliciente para pensar que lograr la meta es posible.
El tema del hambre va más allá de ser un derecho ya que, también sabemos, el hambre mata a más personas cada año que la malaria, la tuberculosis y el sida juntos; alrededor del 45% de las muertes infantiles están relacionadas con la desnutrición. Y en términos económicos se estima que el coste para la economía mundial como consecuencia de la desnutrición es el equivalente a 3.5 billones de dólares al año. Estos datos nos revelan por qué la importancia de erradicar y cumplir la meta de Hambre Cero para 2030. Nuestro país esta consciente del compromiso que tenemos, por eso en 2013 el gobierno de la república lanzó la estrategia de la Cruzada Nacional Contra el Hambre (CNCH).
La Cruzada es una estrategia de política social, integral y participativa que pretende una solución estructural y permanente al grave problema del Hambre; reconoce que la privación de alimentos es producto de un entorno socioeconómico complejo, multidimensional, que requiere de un enfoque de carácter integral que involucra múltiples instrumentos de política pública en materia de alimentación, salud, educación, vivienda, servicios en la vivienda e ingresos. La CNCH impulsa un proceso participativo del más amplio alcance dirigido a conjuntar esfuerzos, energías y recursos de los tres órdenes de gobierno, la sociedad civil, la iniciativa privada, las instituciones educativas y la ciudadanía en general; pone en el centro la autogestión y el capital social de la propia comunidad, y parte del empoderamiento de las personas para que puedan constituirse en protagonistas de su propio desarrollo.
De acuerdo al CONEVAL, los resultados intermedios de evaluación de la Cruzada dan pie a pensar que estamos en el camino adecuado para alcanzar nuestras metas ya que, si bien se ha dado seguimiento a una muestra, los resultados del estudio panel mostraron que todas las carencias sociales se redujeron entre 2013-2014 y 2015. Entre ellas, es importante resaltar las disminuciones en las carencias por acceso a los servicios de salud y por acceso a la alimentación.
En la población objeto de estudio del Panel, carencia por acceso a los servicios de salud pasó de 32.9 por ciento entre 2013 y 2014 a 9.2 en 2015. Por su parte, la carencia por acceso a la alimentación pasó de cien a 42.5 por ciento en este grupo de personas. A colación del tema, este mes inauguramos en Puebla el banco de alimentos Cáritas de Puebla, ubicado en el municipio de Coronango, en él se rescatan 120 mil toneladas de alimentos anualmente con lo que se beneficia a cerca de 85 mil poblanos semanalmente en condición de pobreza.
No hay tarea sencilla y menos en un tema tan delicado y de tanto impacto, como lo observamos; sin embargo estoy cierto que al conmemorar este año el Día Mundial de la Alimentación, los esfuerzos conjuntos de sociedad y gobierno pueden llevarnos a buen puerto para en 2030 decir que tenemos un México sin hambre.