Es sórdido

  • Alejandra Fonseca
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Entendí por qué se llama “Trata”: porque a las personas indefensas, vulnerables al extremo en grado superlativo y absoluto en las diferentes áreas de su ser humano, se les “trata” con engaños, amenazas, abuso de poder, uso de la fuerza, rapto, fraude para controlarlas totalmente, absorber su voluntad  y sus sesos; manipularlas de tal manera que pierdan toda capacidad de reflexión, y decisión para someterlas, explotarlas, esclavizarlas, dominarlas, subyugarlas y tenerlas vitalmente encadenadas para prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, trabajos o servicios forzados, servidumbre, extracción de órganos, tejidos o sus componentes como fluidos humanos, para ser reclutadas en conflictos armados, para la extracción de órganos y de sangre, tejidos o sus componentes así como fluidos humanos. Es decir, todo lo que cancele la dignidad humana.

Los tratantes hacen esto. A quien se lo hacen se les llama “víctimas de trata”. Y, desde hace años, quizá 30, hay personas y asociaciones civiles que logran rescatar a algunas víctimas de Trata, asunto difícil y peligroso.

Muchos años en la batalla: en 2004 se realizó la primera Ley contra la Trata de Personas, proyecto de Teresa Ulloa Ziaurriz, Presidenta de la Coalición contra la Trata de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe. En 2007 se hizo la primera Reforma; en 2012, la segunda que los especialistas señalan como retroceso al ser sólo una carta de buenas intenciones. Y la tercera, la actual que ha causado polémica y posiciones encontradas entre dos grupos de activistas.

Maria Ampudia, Presidenta de la Fundación “¿Y quién habla por mí?”, primera en el ámbito mundial que atiende a la primera infancia contra la Trata de Personas, en la Audiencia Pública con Organizaciones de la Sociedad Civil en el Congreso de la Unión, convocada por la Diputada Miriam Cárdenas realizada el martes pasado, en la conclusión de la intervención presentada por Areli Rojas, Directora de la mencionada Fundación, señaló:  “Un elemento que deseo poner en la mesa de la discusión es la manera en como las asociaciones civiles que defendemos los DDHH de las víctimas de la Trata de personas nos debemos conducir.

Es necesario supervisar y sancionar a las Asociaciones Civiles que se conduzcan con falta de ética y transparencia. Es obligado que las AC’s no usen a las víctimas de Trata para sus intereses personales, económicos y políticos. Si luchamos para proteger a las víctimas de la Trata, es obligado y ético que no se les re-victimice de una manera inmoral al exhibirlas y usarlas para obtener beneficios económicos y políticos, ya que las personas que por su situación de vulnerabilidad caen en la Trata, están totalmente indefensas.

No es ético, ni moral, ni legal que quienes manejamos asociaciones civiles las traslademos de una indefensión a otra, nada más que en el último caso, con una máscara de bondad y entrega, y con ello obtener canonjías y prebendas de diversa índole. Propongo, y me someto de igual manera, a la supervisión de la sociedad civil en general y de la autoridad competente en particular, para que las asociaciones civiles de Defensa de los DDHH de las Víctimas de la Trata seamos obligadas a transparentar y justificar los recursos asignados a las víctimas de este delito, y éste sea utilizado en el bienestar físico, mental, emocional y reinserción en la sociedad de éstas víctimas.

Esto último implica una investigación profunda de todas y cada una de las AC’s que reciben dinero y tienen acceso a las víctimas de la Trata para que cumplan el perfil obligado y no sólo sean una fachada para otro tipo de intereses y esto tiene que ver con que los albergues sean del Estado y se supervise el dinero que llega del ámbito internacional por cada víctima de Trata y evitar así que resulte en un negocio casi empresarial.”

De las principales AC’s opuestas a la presente Reforma, se sabe que son 12 creadas por una sola persona que obtienen hasta cinco mil dólares de organismos internacionales por cada víctima de Trata que “rescatan”. De ese dinero no hay claridad de cómo se utiliza. Se sabe que las víctimas son manipuladas en el aspecto espiritual para permanecer en estas ONG’s. Y se les obliga a hacer públicos sus testimonios sin el anonimato que la ley defiende. Se sabe que estas AC’s solicitan bienes decomisados a los narcos para sus “albergues”, y por lo menos uno, es la vivienda de su “líder”. Por gratitud de ser “rescatadas”, nuevamente las hacen indefensas. Con la mascarada de “rescatarlas” las vuelven a “Tratar”. Es la “Re-Trata” de la “Trata”. Con perfil “legal”. Esto lleva 7 años.

Es sórdido…

alefonse@hotmail.com

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Alejandra Fonseca
Psicóloga, filósofa y luchadora social, egresada de la UDLAP y BUAP. Colaboradora en varias administraciones en el ayuntamiento de Puebla en causas sociales. Autora del espacio Entre panes