¿Hacia donde vamos, México?

  • Marcela Jiménez Avendaño

Desde hace algunos años he venido tocando el tema de la indefensión de los niños mexicanos en nuestro país, ya sea por vacios legales, por la falta de homologación de las leyes que los protegen, por la insensibilidad de la sociedad con respecto a la problemática grave que enfrentan; por la ausencia de Estado que, en algunos casos, ha sido absolutamente rebasado por el crimen organizado y sus diversas ramas y actividades delictivas.

Como si no fueran suficientemente alarmantes las cifras sobre maltrato infantil, abuso de niños, explotación laboral y sexual, su uso para pornografía, robo de infantes y tráfico de órganos (éste último tema ahora cuestionado por el propio gobierno federal argumentando la complicación médica que requeriría su funcionalidad) como para que ahora nos enteremos que, muy probablemente, el grupo de “Los Caballeros Templarios” les rapte y asesine con el fin de comer sus órganos en lo que serían rituales sanguinarios de iniciación.

Según el Comisionado para Michoacán, Alfredo Castillo, los nuevos integrantes del cartel podrían haber sido obligados a comer corazones de niños que eran robados tras previa selección. Esta información deriva de declaraciones de varias personas y de la reciente detención de Manuel Plancarte (Sobrino de Enrique Kike Plancarte, segundo líder en la estructura de este grupo criminal).

Supimos un día antes de que lo informaran las autoridades del probable tráfico de órganos de niños para enviarlos al extranjero por parte de los Templarios a partir de la denuncias hechas por José Manuel Mireles, líder de las Autodefensas de Tepalcatepec, quien narró como en 2006 en la carretera de Colima-Guadalajara encontraron un camión con cuerpos de niños a quienes se les habían quitado órganos; también dijo que en otra ocasión rescataron a varios niños robados en la ciudad de México cuando eran trasladados en un contenedor refrigerado con rumbo a Lázaro Cárdenas.

Otro elemento de preocupación ahora lo representa el hecho del apoyo que los Autodefensas han estado dando al Gobierno Federal para la ubicación de los líderes Templarios y la posterior ruptura entre ambos con la detención y ahora auto de formal prisión de uno de sus fundadores, Hipólito Mora, supuestamente por el asesinato de dos personas aunque las pruebas que se conocen hasta el momento no serían suficientes para inculparlo. 

Grave sería que los miembros de los Autodefensas estén solo siendo usados por la Administración Peña para después ser criminalizados.  Personalmente me parecería ilógico que el Gobierno Federal buscara públicamente la colaboración de un grupo criminal para la detención de otro.

Pero lo cierto es que solo tenemos certeza de que estos grupos conocen bien de la situación y actividades de los Templarios, que efectivamente se ha presentado robo de niños y extracción de sus órganos aunque no se ha especificado con qué fin y cuántos han sido víctimas de estos criminales.

Bien dice Eduardo Buscaglia: “……no se debe ver a la delincuencia como un ente separado del Estado…..Michoacán viene sufriendo este retroceso desde hace años….. es un estado fragmentado en diferentes grupos criminales que compiten por el poder, cada grupo criminal tiene su grupo paramilitar, el Estado mismo acude a grupos paramilitares de sus propios elementos que les hacen el trabajo sucio…….los grupos de Autodefensa que han proliferado son una respuesta de la población civil ante la aparición de estos grupos paramilitares”.

Para finalizar y a modo de provocar su análisis lo dejo con esta frase también de Buscaglia “Todo México está en riesgo de convertirse en Michoacán”…………..nos leemos la próxima semana…

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Marcela Jiménez Avendaño

Licenciada en Relaciones Internacionales. En proceso de titulación para la Maestría en PNL e Inteligencia Emocional. Ocupó diversos cargos en el PRI (CEN) en las precampañas y campañas en 2000 y 2006