México en la pluralidad religiosa

  • Alejandro Armenta Mier

La religión es un rasgo de integración de los pueblos porque permite, entre otros aspectos, crear lazos de identidad y sentido de pertenencia. Según indica The Association of Religion Data Archives, las creencias y afiliaciones religiosas enriquecen las vidas de más del 85 por ciento de la población mundial.

Estadísticas del World Christian Database 2005 reflejan que los cristianos representan el 33.1 por ciento de la población mundial con aproximadamente 2.1 mil millones de adeptos; los musulmanes representan el 20.4 por ciento de la población mundial con aproximadamente 1.3 mil millones adeptos; alrededor del 13.5 por ciento del mundo sigue la fe hindú; las creencias tradicionales chinas abarcan a aproximadamente 405 millones de fieles con alrededor del 6.3 por ciento; el budismo cuenta con alrededor de 379 millones adeptos -alrededor del 5.9 por ciento-; los sijis tienen aproximadamente 25 millones de adeptos con un 0,4 por ciento; y el judaísmo tiene aproximadamente 15.1 millones de adeptos con aproximadamente el 0.2 por ciento de la población mundial.

La población mexicana por tradición es mayoritariamente católica. Durante el siglo XX, particularmente en la segunda mitad, la composición religiosa de nuestra población muestra cambios significativos.

Así, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía del 2010 (INEGI), del total de la población del país 82.7 por ciento son católicos -92.9 millones de personas-, el 9.9 reconoce una religión diferente y 4.7 por ciento no siguen religión alguna -5.3 millones-.

Las iglesias protestantes, pentecostales, evangélicas y cristianas suman el 7.5 por ciento, al contar con 8.4 millones de feligreses; entre las iglesias bíblicas diferentes de evangélicas agrupan a 2.5 millones de personas y los testigos de Jehová cerca de 1.6 millones. Otras religiones con menor número de fieles, alrededor de 67.4 mil personas practican el judaísmo, las espiritualistas con casi 36 mil, las de raíces étnicas con 27.8 mil creyentes y las de origen oriental con poco más de 18 mil.

Evidentemente en México hay cada vez mayor diversidad religiosa, pero según los resultados de la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2010 -realizada por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED)- también existe más resistencia a aceptar a quienes no profesan la creencia de la mayoría, ya que 1 de cada 4 personas pertenecientes a alguna religión distinta a la católica ha sentido que sus derechos no han sido respetados por sus creencias religiosas.

Por lo que, con el propósito de poner de relieve la necesidad imperiosa de que las distintas confesiones y religiones dialoguen para que aumente la comprensión mutua, la armonía y la cooperación entre las personas y que los imperativos morales de todas las religiones, convicciones y creencias incluyen la paz, la tolerancia y la comprensión mutua.

La Asamblea General de la ONU proclamó - el 20 de octubre de 2010- la Semana Mundial de la Armonía Interconfesionalentre todas las religiones, confesiones y creencias, la cual se celebra la primera semana del mes de febrero.

En la resolución, se afirma que la comprensión mutua y el diálogo entre religiones constituyen dimensiones importantes de la cultura de paz. Por tal motivo, se alienta a todos los Estados a que durante esa semana presten apoyo, con carácter voluntario, a la difusión del mensaje de la armonía interconfesional y la buena voluntad en las iglesias, las mezquitas, las sinagogas, los templos y otros lugares de culto del mundo, sobre la base del amor a Dios y al prójimo o del amor al bien y al prójimo, cada uno según las propias tradiciones o convicciones religiosas.

México como país pluralmente religioso, tiene una responsabilidad compartida entre los profesantes de cualquier credo, Iglesia, espiritualidad y aún entre los no creyentes, en tanto que todas las personas como ciudadanos mexicanos, compartimos los mismos derechos y las responsabilidades en la construcción de una sociedad más justa y fraterna.

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Alejandro Armenta Mier

Maestro en Administración Pública, presidente del Senado de la República y presidente de la Comisión de Hacienda. Más de 34 años de su vida dedicado al servicio público. Mis principios: ser útil, agradecido y acomedido.