No ha sido el ejército ni la policía federal quienes han expulsado a los líderes templarios de su trinchera michoacana, sino los grupos de autodefensa. 

Cansados de balaceras, extorsiones, secuestros, y asesinatos; la población rural en Tierra Caliente decidió levantarse en armas ante la negligencia y complicidades de sus autoridades, demostrando que los vacíos de poder, no solo son ocupados por grupos criminales sino también por quienes buscan con desesperación la paz en sus comunidades.

Las armas no son vía de solución pero alcanzo a entender el hartazgo en Aquila, Michoacán, donde los dirigentes campesinos denunciaron que la delegación de la Procuraduría Agraria favorece la corrupción que practica la empresa minera con comuneros desconocidos por la Asamblea Legal y permite acuerdos entre los dueños con los 'templarios' para extorsionar a los pobladores de ese municipio.

En Buenavista, Tomatlán un agricultor huyó con su familia por negarse a vender su rancho a los Caballeros Templarios. Otros más dejaron sus tierras por el miedo a que sus hijas fueran violadas y/o asesinadas y sus cabezas terminarán colgadas en las carreteras estatales.

Los civiles armados con AK-47 o R-15 han mostrado mayor poderío que las corporaciones de seguridad. Aunque el Presidente Enrique Peña Nieto ha negado el crecimiento de las autodefensas, la preocupación de su administración llevó a lanzar un ultimátum y posteriormente una invitación; sobra decir que ambas fracasaron.

Las policías comunitarias no van a desarmarse ni tampoco aceptar trabajo de policías municipales porque exigen al Estado Mexicano cumplir su palabra de acabar con la presencia del crimen organizado en Michoacán.

Estanislao Beltrán Torres, uno de los voceros del movimiento, señaló que los policías deben tener un perfil profesional, vocación, preparación y espíritu de servicio; y todos sus compañeros no poseen esas características. Además, los comuneros anhelan regresar a sus casas y retomar sus actividades cotidianas.

Pese al impresionante despliegue de fuerzas armadas en Michoacán desde el pasado 13 de enero, los campesinos de todas las edades siguen lidiando con los narcos que se niegan a dejar la plaza. ¿De dónde obtienen las armas? Pregunta aún sin respuesta.

Hoy más que nunca, los autodefensas siguen en pie de lucha  fortaleciendo su capacidad de organización y reacción, por eso el gobierno federal ha levantado más de 40 denuncias en su contra, a pesar de que los templarios no han sido extinguidos de Tierra Caliente.

Por eso comparto con ustedes una breve reflexión: 

Lamentablemente los gobiernos siempre han temido a la organización de la sociedad. Los funcionarios de 'medio pelo' se han acostumbrado a cerrar la puerta al ciudadano que exige el cumplimiento de una obra. Si no hay dinero por delante difícilmente la petición es atendida.

Hemos visto que el cierre de autopistas ó las protestas callejeras han sido alternativas eficaces para que las autoridades salgan corriendo a ofrecer diálogo y solución a las inquietudes de los manifestantes, aunque no siempre con el mejor ánimo de evitar un conflicto social.

Si el terror de los gobernantes son las autodefensas, el único camino para evitar su propagación es resolviendo eficazmente los problemas de pobreza, inseguridad, corrupción e impunidad que han echado raíces en decenas de municipios en el país.

Las autoridades deben comprender que basta una mecha para encender los ánimos. En Michoacán, la indiferencia de la élite política despertó el México Bronco y ahí solo predomina la ley del más fuerte. ¿Quien sigue? porque la lista de comunidades abandonadas a su suerte es grande.

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