Con B de BURRO
- Patricia Estrada
¿Será que la buena ortografía entró en crisis?
¿Da lo mismo escribir baso deshechable que vaso desechable; haciende en vez asciende ó azucar que azúcar? Si es así, me rindo.
Un hecho que parece intrascendente no lo es. Una gran parte de la enseñanza pública y privada ha desplazado un elemento básico: Escribir correctamente; sin pretextos de que las prisas ó las redes sociales son causantes de los dedazos.
Una pasante de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación me entregó esta semana una lista de los artículos que hacían falta en el área de noticias.
Entre el paquete de servilletas y caja de galletas asomaron los "basos deshechables", lo que me llevó a pensar en el tipo de universitarios que en unos años más, serán los nuevos 'talentos' de la comunicación en medios electrónicos y escritos.
¿Acaso la ortografía dejó de ser indispensable en los planes de estudio? ¿Es 'ñoño' escribir bien? ¿La inmediatez suple palabras sin acentos ó incompletas? ¿El corrector de Word es más confiable que el Diccionario?
En la casa, la escuela y en las viejas redacciones coincidían que la ortografía es carta de presentación pero parece que hoy en día, la ignorancia gramatical va siendo sello distintivo en las generaciones más jóvenes.
La incompetencia de la Secretaría de Educación Pública por permitir la impresión de 238 millones de libros de texto gratuito de primaria del ciclo 2013-2014 con faltas ortográficas, agudiza el problema del binomio enseñanza-aprendizaje.
Los maestros desarrollan sus habilidades pedagógicas para corregir los textos sobre la marcha, bajo el entendido de que están mejor preparados que los 'inútiles' que autorizaron los errores ortográficos, de acentuación, puntuación, pleonasmos y hasta de ubicación geográfica, como el hecho de colocar a Tulum en Yucatán.
El sexenio calderonista tiró a la basura 14 millones de pesos en estos materiales de estudio, aunque el costo cualitativo es mucho más alto y dañino para los escolares. Lo dijo Chuayffet "Lo que no se aprende correctamente perjudica".
En un estudio inédito, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) detectó que los estudiantes mexicanos de educación básica cometen 20 errores en promedio por cada cien palabras que escriben en un texto.
"La Ortografía de los Estudiantes de Educación Básica en México" - publicado en agosto 2013- reveló que los alumnos de tercero de primaria cometen 31 errores por cada cien palabras que escriben; los de sexto, poco más de 18 faltas por cada cien; y los de tercero de secundaria, poco más de 13 por cada cien que redactan.
Los menores tienen dificultades en acentos, mayúsculas, nombres propios y en el uso de las palabras: haber, hacer, ir, ojalá, valentía, bueno, cuándo, café, divertí, héroe, quiero y quería.
La desatención de autoridades, maestros y padres por corregir a tiempo las faltas ortográficas va limitando la comprensión lectora de los menores así como su capacidad intelectual, léxico y expresión.
Si sumamos que los mexicanos leen 2.8 libros al año, y sólo 2% de la población tiene como hábito permanente la lectura contra 41% que dedica su tiempo a ver televisión ¿La ortografía será una especie en peligro de extinción?
La lectura es la única que puede mejorar nuestra escritura, educación y formación cívica pero urge corregir en lo inmediato, la ruta de la mediocridad ortográfica.
Mi cuenta en Twitter @estradapaty
Opinion para Interiores:
Anteriores
Directora de noticias y conductora del noticiero de La Tropical Caliente 102.1 FM
Ex reportera de Ultranoticias, Radio Oro, Radio Tribuna y Momento Diario. Aprendizaje permanente del año 2001 a la fecha; egresada en Ciencias de la Comunicación UPAEP.