“No hay fecha que llegue y plazo que no se cumpla”, en efecto, la gestión de la actual Legislatura en el Congreso local está por terminar;  legislar con responsabilidad, equidad, espíritu social y humano es una de las máximas de la asamblea conformada por nuestros diputados, ¿en verdad lo hicieron?, ¿cumplieron a conciencia el gran mandato y responsabilidad que adquirieron con nosotros, con la ciudadanía?

Un buen hábito es evaluar lo que se hace y lo que se deja de hacer, si no lo hacemos y en conciencia, nunca sabremos si vamos avanzando hacia un progreso verdadero, nos encontramos detenidos o incluso estamos retrocediendo. Si bien no pretendo hacer un diagnóstico a detalle, si busco compartir una reflexión personal sobre algunos factores que me inquietan y otros más que deseo verlos bajo la óptica de la esperanza.

Para empezar, tengo que decirlo, hubiera apostado que la regulación de límites territoriales jamás iba a ocurrir… hubiera perdido. Aunque falta mucho por hacer, como la homologación de trámites, costos, reglamentos y mejorar la calidad de los servicios públicos en los municipios que conforman la zona metropolitana. Con gusto veo las reformas y actualizaciones administrativas que suponen mayor efectividad en el ejercicio propio de gobierno, pero sigo preocupado por los pocos contrapesos en el Palacio Legislativo, la falta de transparencia y autonomía de muchos de sus miembros, además de no perder la incertidumbre que generan las deudas equivalentes a 6 mil 450 millones de pesos, autorizados por el Congreso a través de los famosos PPS (proyectos de prestación de servicios), sin contar  las obras “emblemáticas” de la Estrella de Puebla, el nuevo edificio de la PGJ o el teleférico, que en algo y en mucho tendrán que ver nuestros legisladores.

Podríamos hablar sobre los logros cumplidos o las tristes promesas que se quedaron en el tintero, en lo personal debo reconocer que se hicieron gestiones importantes y justas, sin embargo pareciera que está película ya la he visto en otro momento…porque viene una nueva generación que en escasos días entrará en funciones.

Los tiempos electorales son los espacios de encuentro con la ciudadanía, todos los candidatos escuchan, sienten de cerca a la gente, muestran sus grandes dotes de negociación, liderazgo y capacidades de gestión… pero una vez que toman sus curules, pareciera que una fuerza “sobrehumana” se apoderará de ellos - solo pocos quedan intactos - la mayoría responde a intereses políticos o de grupos (por no decir que al de uno o unos cuantos) y difícilmente volveremos a saber de ellos, quizá en su último informe de actividades o en la próximo temporada donde salgan a pedir el voto.

Aprovechando las recientes fechas de los Reyes Magos, en donde la ilusión y la magia parecen hacerlo todo, hago una petición sincera para mis próximos diputados, esperando que se haga realidad:

Sean congruentes con aquello que han proclamado, su gran misión consiste en promover un orden justo dentro de un marco legal integral de valores y principios éticos. Gánense la credibilidad y confianza de cada ciudadano, estoy seguro que saben que es algo urgente.

Necesitamos apoyo a los micro y pequeños emprendedores, en los jóvenes y en las familias existe mucha necesidad, pero también una gran capacidad creativa y de empuje. Solo recordemos que las MiPymes conforman el 99.8% de las empresas y contribuyen al 72% del empleo en el país.

Antepongan las necesidades de la sociedad a sus intereses particulares, Puebla requiere de su autonomía y libertad al tomar decisiones para que exista un verdadero equilibrio entre los poderes del Estado.

Destinen mayores recursos para nuestra seguridad y la de nuestras familias, así como para el mejoramiento de los servicios públicos. Hoy están puestas las bases de la vanguardia y calidad para hacerlo posible.

Respeten la dignidad de la persona y defiendan la vida sobre cualquier hecho o acontecimiento, que la verdadera tolerancia, subsidiariedad e igualdad procure a los más desvalidos y necesitados.

Sean honestos, comprometidos y valientes para proteger nuestro patrimonio, riqueza cultural y potencial como ciudad, no me importan los colores de su partido, me importa los trabajos y empeños que harán para contribuir de manera permanente y justa al desarrollo del Estado y al bienestar de la sociedad.

Recordemos que esta es una responsabilidad compartida, acompañemos y exijamos a los nuevos diputados que estarán por entrar, sepamos sus nombres y no dejemos que se nunca se nos olvide lo que hagan o dejen de hacer por nosotros.