El primer año de EPN

  • René Sánchez Juárez
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Se ha cumplido un año del regreso del PRI a los Pinos y el gobierno federal encabezado por Enrique Peña Nieto, sufre con manifestaciones en la calle, una izquierda en la defensa del petróleo, reformas importantes como la política y la energética bloqueadas, violencia en país, la popularidad del presidente tiene calificación reprobatoria y un Pacto por México fallido.

Con esta crisis se cumple el plazo de entregar su primer informe de gobierno, donde el mensaje fue esperanzador, de que hemos avanzado en todos los rubros, con un desarrollo económico, que los programas sociales han acortado la brecha de desigualdad social en cuanto a pobreza, mejor calidad educativa para nuestra infancia y un sinfín de mejoras gracias a la administración peñista.

Sin embargo, lo que vemos a diario contradice el mensaje del presidente, la economía se encuentra estancada, no ha habido un verdadero desarrollo económico solamente hemos tenido una estabilidad económica, la cual no genera empleos ni eleva la calidad de vida de los mexicanos. Los programas sociales como “Jornada Nacional contra el Hambre” que tiene como propósito abatir los índices de hambre en los municipios más pobres del país ha brillado por su ausencia. En temas educativos, la reforma ha entrado vigor con la complacencia del SNTE, no así de la disidencia de la CNTE, la cual aun no se encuentra satisfecha y sigue en reuniones y manifestaciones en el Distrito Federal.

El saldo de la actual administración no puede calificarse como positivo a pesar de que logró reformas importantes como es la de telecomunicaciones, educativa y hacendaria las primeras dos a través del Pacto por México donde junto a los partidos Acción Nacional y el de la Revolución Democrática y la última sólo con el apoyo del PRD.

Una de las principales herramientas con las que contaba Peña Nieto para cabildear temas primordiales para el país se encuentra estancada por la abrupta salida del PRD y es que al parecer sólo lo utilizaron para aprobar las reformas y cuando por fin iba a poder negociar una reforma política a través de su voto en la energética no le cumplieron y hoy despechado el PRD abandona el barco del Pacto por México y se suma a la izquierda para mostrar su inconformidad por la privatización de Pemex.

La violencia que vivimos el sexenio pasado fue uno de los principales problemas que generó y enfrentó el gobierno federal, con el cambio de administración se creía que Peña Nieto iba a instrumentar nuevas estrategias para combatir el crimen organizado y disminuir los índices de violencia; sin embargo, hoy vemos que el número de homicidios relacionados al narcotráfico han incrementado, se habla de delincuentes de visita en instituciones como el Senado de la República y hay quienes proponen la desaparición de poderes en Michoacán.

Pareciera que el presidente ha gastado todo su bono político por haber aprobado estas reformas; sin embargo, no ha aprobado la más trascendente para el país que es la energética, con una izquierda encabezada por Andrés Manuel López Obrador y Morena quienes darán batalla por evitar la privatización del petróleo con acciones pacíficas. AMLO anunció un “cerco al Senado” en cuanto comiencen las discusiones de la reforma energética y un PRD traicionado que ya manifestó su presidente Jesús Zambrano, que forzarán a la consulta popular y ha adelantado que irán en contra de la reforma.

Si todo esto fue en el primer año ¿qué nos depara en cinco años?

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René Sánchez Juárez

Politólogo y Maestro en Ciencias Políticas. Académico de la BUAP. Sindicalista y dirigente FROC-Puebla. CONLABOR. Ex Diputado Local y Federal