Puebla, la ciudad “wannabe”

  • Ricardo Ruiz Rodríguez

El término wannabe, es una contracción del inglés want to be, y actualmente se utiliza en un contexto de pretensión ridícula, al menos ese es el contexto de uso que le doy aquí. Aclaro también que soy poblano, ya que la crítica a un poblano o algo poblano por parte de quien no lo sea (y la mayoría de las veces aunque lo sea), es casi intolerable y sacrílego en Puebla.

Puebla tiene, desde hace unos cuantos meses, una “ruedota” de la fortuna dizque de 80 metros, cualquier relación con el London Eye de Londres es pura coincidencia. Ahora ya podemos ver nuestra infraestructura vial de primer mundo desde tan espectacular atractivo, quizá para que tomemos conciencia de que, en lugar de automóviles convencionales, necesitamos vehículos lunares (lunar roving vehicle para seguir con lo inglés) para sortear de mejor manera algunos de los espectaculares cráteres de lo que alguna vez fue asfalto, sólo algunos, por que otros resultarán en severo daño a la suspensión incluso de un vehículo lunar.

Como poblano wannabe, me gustaría que el siguiente paso sea elevar la altura del “Reloj del Gallito” (Reforma y 11 Sur) para que constituya nuestro Big Ben.

El cemento hidráulico es también la moda, y no es que no esté de acuerdo en su aplicación, sino lo que considero incorrecto, es levantar el asfalto con vida útil de una avenida que si bien es cierto que es muy importante, también es cierto que era innecesario, sobre todo cuando existen otras avenidas importantes como el boulevard norte por ejemplo, cuyas condiciones son, en el mejor de los casos, de camino secundario rural (he transitado este tipo de caminos y algunos están en mejores condiciones, créame). Así como el boulevard norte, hay mil calles y avenidas en estado deplorable.

La definición de ciudad tiene varias acepciones. En lo particular, preferiría una ciudad que procurara una consolidación de los servicios en lugar de “lujos” y pretensiones primermundistas que, lejos de agradecerse, resultan ofensivas.

La mayoría de los semáforos de Puebla trabajan con el esquema de temporización más antiguo y patético del mundo. Quizá haya algunos semáforos que trabajen con cámaras y con técnicas básicas de inteligencia artificial, que en lugar de tener detenido el flujo vehicular ilógicamente, activen la luz verde para aquellos vehículos detenidos innecesariamente en un cruce. Quizá haya también semáforos que estén sincronizados y, una vez que avanzo en una avenida importante, consideren un tiempo razonable para la continuidad del flujo sin necesidad de detenerme en cada uno de ellos agilizando con ello el tránsito, pero si los hay, no he tenido la fortuna de utilizar sus servicios.

¿Puebla requiere de un transporte como el metro? Desde mi perspectiva sí, y desde hace muchos años, habrá que ver quien se decide por fin a iniciarlo, porque aunque es necesario, no es un proyecto que pueda ser concluido en seis años y en consecuencia, no sirve mucho de plataforma política, no luce tanto, no importa que sea indispensable. Lamentablemente, pocas veces ha existido una continuidad de proyectos, ya que cuando no están en función de intereses políticos, están en función de intereses personales o de alguna otra índole, y casi nunca en función del beneficio ciudadano.

¿El metrobús? Una ridícula parodia del metrobús del Distrito Federal: los autobuses son convencionales, la planeación de las líneas es estúpida en lo general, y es caro comparado con el del DF.

Por su posición geográfica y estratégica respecto del DF, Puebla debería ser una de las ciudades más importantes del país, pero desde que recuerdo, se ha posicionado, en el mejor de los casos, en el cuarto lugar después del Distrito Federal, Monterrey y Guadalajara.

Una ciudad que se jacte de serlo, debe ser consideraba como tal no sólo en función de sus servicios, suponiendo que éstos sean completos, sino también en función de la calidad de los mismos, y al menos desde mi perspectiva, dicha calidad deja, en lo general, mucho que desear.

Panem et circenses (pan y circo), el pan cada vez es menos y el circo cada vez más, suena bien como eslogan de partido político, isn't it?

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Ricardo Ruiz Rodríguez

Ricardo Ruiz Rodríguez nació en la ciudad de Puebla, Pue., México. Actualmente y desde el año 2002, es profesor investigador adscrito al Instituto de Computación en la Universidad Tecnológica de la Mixteca (UTM), en Huajuapan de León, Oaxaca, México, y cuenta con más de quince años de experiencia como docente, y tiene en su haber un libro, y diferentes artículos y publicaciones.

Entre sus intereses actuales se encuentran los métodos de enseñanza de las ciencias de la computación, la música, y la música por computadora, pero se ha desarrollado académicamente en áreas como la Ingeniería de Software, la Interacción Humano-Computadora, y el Paradigma Orientado a Objetos.