Paisaje de la postguerra
- Xavier Gutiérrez
Despejado el paisaje del polvo y ruido qué queda.
Polvos de aquellos lodos: toneladas de basura, mas la visual y sonora no cuantificable, que hacen de la reciente elección la más cara en la historia de Puebla.
Y sólo se logró que fueran a votar 4 de cada diez personas. ¿A cómo nos salió el voto?
Votos a precio de oro, ¿producen una democracia dorada? ¿Amanecimos con una democracia de mejor calidad? No, en lo absoluto. Es tercermundista de la peor ralea con aportación de responsabilidad múltiple.
Y no sólo es Puebla, eh. Igual fue en los restantes 13 estados.
Cada uno aportó rasgos que van de la vergüenza al increíble folclor, pasando por el cinismo.
Aquí, en el punto climático, los candidatos cresos, con humillantes fortunas dentro y fuera del país. Con fotos y datos rodando por internet y en portadas de diarios y revistas.
Mas la guerra sucia con toneladas de libelos bajo las puertas.
En Tamaulipas comicios de carcajada: las boletas con los apodos impresos de los candidatos a alcaldes: La doctora, El potrillo, Chuchín, El Cachorro, El Bache, Neto Robinson, El Perico y El Sapito, y docenas más. Así lo autorizó el Tribunal Federal.
Gana Gali, con dos características innegables: con atractivo natural para los electores, y disciplinado. Esto último, un valor notabilísimo. El sueño de todo equipo de campaña. Casi se puede decir que un candidato con disciplina tiene la mitad del camino recorrido.
La otra mitad: el extraordinario apoyo gubernamental. Monumental. Sin esto, Gali se habría quedado con la mitad suya. Así se explican los 10 o 13 puntos de ventaja.
¿Apoyo desde el poder? Sí, como lo han dado todos los gobernadores, de todos los partidos, en todos los tiempos, en todos los estados. Mal de muchos consuelo de tontos. Ese es, ese ha sido un terrible vicio de la clase política del país, desde la Presidencia hasta el último ayuntamiento.
Por eso la cada vez mayor ausencia de votantes y nula confianza en el poder.
Lo aberrante es que PAN y PRD que por décadas todo esto criticaron, hoy lo disfrutan como parte de su quehacer cotidiano, cupular. Seamos justos: no sus bases, que se han pulverizado, sus cúpulas que rentan sus franquicias al mejor postor para ser usadas como papel sanitario. El monumento de moda a la desvergüenza son Cordero y los acólitos de Calderón.
Mas no le llamemos a esto democracia. Son negocios, negocios desde el poder, y son lo mismo aquí que en España y Brasil, donde pulquérrimos socios de Aznar y Lula han entrado a la cárcel en estos días. Aquí no pisan la prisión, un amparo neutraliza al poder. Los que entran a chirona son por venganza, no por justicia.
Aguera perdió. Sencillamente adquiere su justo sitio. Veamos las cosas como son.
Su popularidad siempre fue inflada a golpe de cañonazos económicos a medios desamparados por el poder, y a los cobijados también. Fue ensalzado como un dios constructor durante años. Salpicó generosamente a legiones. Unos le regresaron el favor, otros le mordieron la mano.
Méritos estrictamente académicos no se conoció alguno, controló a la BUAP( igual que sus antecesores) neutralizando su relación con la sociedad y esterilizando su papel democrático, crítico y popular. Y ahora que la quisieron usar para eso , estaba castrada.
Su rol lo juegan, y dignamente, la Ibero, el TEC, y hasta la UDLA. Cosas veredes Sancho.
Su discurso fue pobre, su retórica propia de un orador de un baile de quince años. No lesionar al poder y su adversario ni con una mueca, por aquello de los expedientes negros. Tal fue su divisa. Tal el resultado.
Ya volveremos al tema.
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Reportero y director de medios impresos, conductor en radio y televisión. Articulista, columnista, comentarista y caricaturista. Desempeñó cargos públicos en áreas de comunicación. Autor del libro “Ideas Para la Vida”. Conduce el programa “Te lo Digo Juan…Para que lo Escuches Pedro”.