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Cantona cumple 30 años, una de las primeras unidades habitacionales
El 13 de octubre de 1994, se inauguró la Zona Arqueológica de Cantona, uno de los yacimientos más importantes de México, testimonio del ingenio y la adaptabilidad de las civilizaciones prehispánicas. Situada en el estado de Puebla, Cantona abarca 453 hectáreas, lo que la convierte en el sitio arqueológico más extenso del país.
La estructura de Cantona es un reflejo de su importancia en la época prehispánica. Conformada por patios, juegos de pelota, talleres de obsidiana, templos, calzadas y calles amuralladas, la ciudad fue concebida como una fortaleza ante los conflictos e invasiones que marcaron su historia. Sus edificaciones dan cuenta de un alto grado de organización social y económica, que propició un desarrollo autónomo, distinto al de otras ciudades contemporáneas.
La ciudad está organizada en una serie de unidades habitacionales agrupadas, donde los espacios se encuentran uno detrás de otro. Este diseño no solo respondía a necesidades prácticas, como la defensa, sino que también es muestra de convivencia en comunidad.
En su libro La Acrópolis de Cantona, la investigadora Yadira Martínez Calleja destaca un aspecto que diferencia a esta ciudad de otras de su tiempo: su método constructivo. A diferencia de muchas civilizaciones que utilizaban cementantes y orgamasa para unir las rocas, Cantona optó por la innovación: lograron edificar estructuras duraderas a través de la precisión en el tallado y encaje de las piedras.
A casi tres décadas de su apertura al público, la Zona Arqueológica de Cantona no solo se posiciona como un destino turístico, sino también como un espacio de aprendizaje y apreciación de la herencia prehispánica de México. Los visitantes tienen la oportunidad de caminar por sus antiguas calles y patios, adentrándose en una historia que, por muchos años, investigadores se han encargado de recabar. (RC)