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Unesco urge nuevas estrategias para proteger el arte popular mexicano

  • Lizzette Vela
La Unesco y artesanos mexicanos urgen proteger esta práctica ante la apropiación y comercialización ilegal
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El arte popular mexicano enfrenta riesgos ante el aumento de plagios y la explotación de sus diseños por grandes marcas, advirtieron representantes de la Unesco y artesanos en la Primera Feria de Arte Popular Mexicano en Xcaret, en el Caribe mexicano. Carlos Tejada, oficial nacional de Cultura de la Unesco, destacó la urgencia de encontrar estrategias de protección que vayan más allá de las existentes, como la denominación de origen y la marca colectiva.

Aunque existen herramientas legales, Tejada aclaró que no hay una fórmula única que se aplique a todos los casos de arte popular en México. “Es un tema complejo. Hay varias figuras y alternativas, pero no una solución mágica que funcione en cada situación”, explicó en entrevista. Para la Unesco, el verdadero enfoque debe estar en preservar no solo el producto artesanal, sino también los significados y procesos culturales que lo rodean.

La protección del arte popular se enfrenta a múltiples desafíos, especialmente cuando el interés comercial supera al valor cultural. Para los artesanos, como Leonardo Linares Vargas, nieto de Pedro Linares, creador de los alebrijes, la lucha es constante. Linares ha enfrentado varios litigios, incluido uno con China, donde se intentaba producir versiones en masa de estas coloridas figuras. “Los alebrijes han sido el arte popular más plagiado”, lamentó.

Linares recordó cómo su abuelo creó los alebrijes en medio de un delirio durante una enfermedad, una historia que se ha transmitido por generaciones. La fama de estos animales fantásticos creció cuando el pintor Diego Rivera adquirió varias piezas, y en la década de 1940, su trabajo atrajo a artistas plásticos que se convirtieron en sus principales compradores. Sin embargo, hoy en día, la familia Linares enfrenta intentos de apropiación, incluso por parte de autoridades locales.

Otro ejemplo es el de Kena Bautista, una artista indígena wixarika del estado de Jalisco, quien ha tenido experiencias con empresas que se apropian de sus diseños sin permiso. “Nos prometen trabajo y luego llevan nuestros diseños a otros lugares para producirlos a menor costo, sin pagarnos por ellos”, denunció Bautista. Estas prácticas la llevaron a romper relaciones con algunas marcas y enfocarse en mantener la autenticidad de su arte.

La falta de reconocimiento y respeto hacia los creadores ha generado frustración y desconfianza entre los artesanos. “Antes, la palabra era un honor, pero ahora eso ya no es tan creíble, se está perdiendo”, señaló Bautista, quien defiende con firmeza la preservación de las tradiciones y valores de su comunidad.

Ante esta situación, la Unesco subrayó la importancia de proteger los derechos intelectuales y materiales, así como los elementos culturales e históricos que dan identidad a estas expresiones artísticas. Sin soluciones efectivas y la colaboración de todos los sectores, el arte popular mexicano corre el riesgo de perder su esencia y autenticidad en el mercado global. (LV) 

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