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El infierno que vivió veracruzana en novatada de normal rural de Puebla

  • e-consulta Veracruz
La madre de la joven narra a e-consulta el encierro que su hija vivió durante tres días sin agua ni comida
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Xalapa, Ver. - Ximena terminó con una crisis emocional y deshidratada del internado de la Escuela Normal Rural Carmen Serdán del municipio de Teteles de Ávila Castillo, en Puebla, mientras su madre se enfrentaba verbalmente con una presunta estudiante encapuchada, quien le gritaba desde la puerta del lugar.

“Destápate la cara, mi hija está deshidratada, mi hija está muy mal”, le decía la madre a la presunta estudiante la noche del lunes 19 de agosto de 2024. El momento quedó grabado en un video que la mujer proporcionó a e-consulta Veracruz.

Ximena, de 17 años de edad, estaba muy emocionada de ingresar a la Escuela Normal Rural Carmen Serdán, pues era para ella una oportunidad de salir adelante y ayudar a su madre. Ambas viven en el municipio de Poza Rica, Veracruz, ubicado a tres horas y media de Teteles de Ávila Castillo, Puebla.

Meses antes de egresar del Cbtis No. 78 de Poza Rica, Ximena le comentó a su madre el deseo de convertirse en maestra. En su último ciclo escolar en la preparatoria, hizo prácticas en una escuela primaria y le gustó el contacto con los niños; además, a la joven le gusta hacer dibujos y manualidades.

Su madre pensó inmediatamente en el Centro Regional de Educación Normal (CREN) Dr. Gonzalo Aguirre Beltrán, localizado en Tuxpan, a una hora del municipio petrolero, pero la opción era costosa debido a que Ximena se trasladaría todos los días.

Entonces recordó que cuando estudiaba la secundaria en Teziutlán, Puebla, a 40 minutos de Teteles de Ávila Castillo, conoció la Escuela Normal Rural Carmen Serdán y le platicó a Ximena del plantel, quien aceptó la propuesta.

La Escuela Normal Rural Carmen Serdán es una institución de educación superior únicamente para mujeres que ofrece carreras para formar docentes. La universidad tiene un programa que involucra actividades en el campo y cuenta con un área de habitaciones para que las estudiantes vivan dentro del plantel.

“Por eso yo la conozco, pero jamás me imaginé todas las barbaries que hacen ahí dentro”, mencionó la madre.

La novatada

El celular de Ximena sonó aproximadamente a la 1:00 horas de la madrugada del martes 13 de agosto de 2024. La joven contestó, y del otro lado sonó la voz de una mujer que le pidió presentarse en las próximas horas en la Normal Rural debido a que fue seleccionada como parte de la próxima generación de la Licenciatura en Educación Primaria.

La joven y su madre se presentaron al internado de la Normal Rural el 14 de agosto. Junto con otras 300 personas ingresaron al área del comedor, en el que estudiantes que integran el consejo explicaron de qué se trataría el curso de inducción durante casi cuatro horas; también hubo una ronda de preguntas para aclarar las dudas de los padres y las futuras estudiantes.

La madre detectó algunas señales que la dejaron inquieta: tres mujeres pidieron a los padres que apagaran sus celulares, nunca proporcionaron sus nombres y siempre se refirieron a ellas como “mi persona”. Además, le impidieron tener acceso a una copia del reglamento del internado.

“En la junta nos dijeron que les iban a retirar el celular por toda la semana de adaptación, porque según ellas, como es un internado, y todas están acostumbradas a estar en casa con mamá y papá, era más que nada para que empezaran el desapego, para que empezaran a hacerse independientes. Son muy, muy manipuladoras psicológicamente”, narra.

Después de la reunión, dejó a Ximena en el internado para que iniciara el curso de inducción el sábado 17 de agosto. Ese día las internas hicieron diversas actividades, como chapear, limpiar, lavar baños, entre otras.

Sin embargo, la joven, aún menor de edad, perdió la noción del tiempo. A la medianoche del sábado, cuando se encontraba acostada, observó que apagaron las luces del internado y escuchó tres canciones seguidas con temas de protesta. Cuando la música terminó, se prendieron las luces y se apagaron nuevamente.

En cuestión de segundos, Ximena escuchó a mujeres corriendo por todo el internado, subían y bajaban escaleras, además de golpear escandalosamente puertas y ventanas.

“Era una cosa de terror, mamá, horrible; lo único que hice fue abrazar a mi compañera que estaba al lado y así nos mantuvimos abrazadas hasta que terminó todo eso”, relató a su madre.

Cuando pensó que todo había terminado, las mujeres prendieron las luces, les pidieron salir y meter sus celulares con sus nombres en una bolsa. Después, las internas metieron sus materiales —palas, azadones, machetes, jergas, jabones, cubetas y más— en costales; lo hicieron corriendo casi un kilómetro hasta una bodega, rápido. Ximena y otra compañera dieron al menos seis vueltas aquella madrugada soportando gritos y sin agua.

“Después de ahí, las llevaron, creo que a la cancha, donde bailan, porque tiene varias áreas, la normal es muy grande, tiene diferentes áreas, y las pusieron a bailar zumba”, dice la madre de Ximena.

De acuerdo con la joven, a partir de ese sábado las encargadas del internado apenas les dieron tres cucharadas de alimentos por cada turno de comida y menos de medio vaso de agua.

“Una mamá me dijo que sacó a su hija deshidratada de ahí”

“Una mamá me dijo que un día antes acudió su esposo, él solo quería ver a su niña para saber cómo estaba. No sé cómo se dio cuenta el señor, pero logró sacar a su hija de ahí, estaba deshidratada”, cuenta la madre de Ximena.

Junto con su papá, tomó su camioneta y salió de Poza Rica la tarde del lunes 19 de agosto. Por más de tres horas manejaron hasta Teteles de Ávila Castillo en Puebla para saber si todo estaba bien con Ximena. Alrededor de las 10:00 de la noche llegaron al internado de la Escuela Normal Rural Carmen Serdán.

Golpeando la puerta del internado y a gritos para ser escuchada, la mujer pidió acceso para ver a su hija, pero las encargadas del internado le impidieron entrar. Ximena fue sacada del lugar por una mujer y le dijo a su madre que todo estaba bien, pero ella le respondió que no tuviera miedo. La estudiante que la acompañaba, acariciaba a la joven y le pedía que se quedara, que valorara el sacrificio.

“Hacen mucha manipulación psicológica”, comenta la mamá.

Entonces, Ximena rompió en llanto. Las mujeres del internado la sacaron del lugar con su maleta por una puerta distinta a la del acceso principal. La joven caminó llorando agitadamente hacia su madre, le pidió agua y le mostró sus pies.

“Iba en una crisis, iba llorando mucho, tardó bastante en poder controlarse. Afortunadamente, me la pude traer a casa”, narra la madre.

Entre gritos con las encargadas del internado, la madre se llevó a su hija de Teteles con rumbo a Poza Rica. En medio de la carretera encontraron una taquería, cerca de Teziutlán, donde Ximena comió bien por primera vez en más de tres días.

Fiscal de Puebla se deslinda: no hay denuncia

El titular de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla, Gilberto Higuera Bernal, descartó una denuncia por las agresiones que Ximena sufrió en una novatada dentro de la Escuela Normal Rural Carmen Serdán en Teteles de Ávila Castillo.

De acuerdo con el funcionario, para investigar y fincar responsabilidades a las presuntas estudiantes que practican novatadas dentro del plantel se requiere que la joven o sus familiares presenten una denuncia.

“Son hechos que regularmente requieren una querella, necesitamos que las personas afectadas nos lo hagan saber y, por supuesto, tendrán todo nuestro respaldo”, declaró.

La madre de Ximena intenta contactarse con la fiscalía poblana para presentar la denuncia sin tener gastos considerables. Aunque desea proceder legalmente, cuenta con pocos recursos para trasladarse nuevamente al estado de Puebla a realizar el trámite.

“Pues busco ahora sí justicia para mi hija, pero también me veo un poco limitada por la cuestión económica”, afirma.

Hasta el momento, la madre solo tuvo comunicación con el director de Gobierno de Puebla, Gerardo Becerril Becerril, quien le habló por teléfono cuando se encontraba en una taquería comprando comida para su hija. El funcionario recibió aviso de las integrantes del consejo estudiantil, quienes acusaron a la madre de Ximena de causar disturbios en la Normal Rural de Teteles.

Aunque las autoridades realizaron una reunión con padres de familia en la Normal Rural el pasado 21 de agosto, la mujer faltó debido a la distancia entre Poza Rica y Teteles de Ávila Castillo. Ese mismo día la Normal Rural Carmen Serdán emitió un comunicado en el que descartaron irregularidades en el proceso de admisión.

“Por lo anterior, se descarta la existencia de situaciones irregulares o tratos denigrantes hacia las aspirantes a ingresar al plantel”, detallaron en su comunicado.

Sin embargo, la madre de Ximena niega haber actuado con violencia y de causar disturbios en el plantel de Teteles de Ávila Castillo. También descarta que el proceso de admisión sea limpio. Sabe de al menos cuatro padres que sacaron a sus hijas deshidratadas y con crisis emocional.

Por lo anterior, hizo un llamado al Gobierno de Puebla, a la Secretaría de Gobernación y a la Fiscalía General del Estado a investigar la situación de la Normal Rural Carmen Serdán para evitar abusos de poder y proteger la integridad de las estudiantes.

Con información de Ángel Cortés Romero.

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