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Julio Bracho y su obra en la Época de Oro del cine mexicano
Durante los inicios del desarrollo del cine en México, el séptimo arte vio llegar a grandes actores y actrices, pero también a sobresalientes directores que lograron colocar al país en un importante lugar dentro de la cinematografía; uno de estos casos es el de Julio Bracho, quien fue uno de los cineastas más destacados de la Época de Oro del Cine Mexicano.
El director fue uno de los más aclamados durante esta época y es considerado el responsable de crear las mejores obras del cine mexicano, ya que dirigió diversas películas y obras de teatro; su labor fue bastante extensa y logró transitar entre diversos géneros como la comedia, los melodramas y la adaptación cinematográfica.
Julio Bracho Pérez Gavilán fue un reconocido director, guionista, actor y productor; en 1931 fundó el grupo de teatro experimental “Escolares del Teatro” junto a la actriz Isabel Corona y el escenógrafo Carlos E. González, el cual se convertiría después en el Teatro Orientación en el que colaboraron Emilio Abreu Gómez y Silvestre Revueltas, mismo espacio en el que Bracho hace su debut como director con la obra “Jinetes hacia el mar”.
Fue fundador del primer teatro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 1936 y un año después participa como director escénico de la película “Ave sin rumbo” y elabora el argumento de “Rapsodia mexicana” del director Miguel Zacarías. Además, fue director fundador de la Academia Cinematográfica de México en 1942.
La trayectoria cinematográfica de Julio Bracho
En 1941, Julio Bracho dio vida a su ópera prima en el cine, que fue la película “Ay, que tiempos, señor don Simón”; un año después dirige la cinta “Historia de un gran amor” que fue estelarizada por el actor Jorge Negrete y la actriz Gloria Marín; con estas dos primeras obras recibe el Trofeo Presidencial a la Mejor Película Mexicana.
Posteriormente, dirige la película “La virgen que forjó una patria” en la que presenta como el cura Hidalgo rememora las apariciones de la Virgen de Guadalupe al indio Juan Diego; en ella contó con la participación del actor mexicano Ramón Novarro. En 1943, produce “Distinto amanecer” uno de los filmes que fue considerado como una de sus mejores películas.
Otras películas que forman parte de su trayectoria son “Crepúsculo”, “San Felipe de Jesús”, “La sombra del caudillo”, “Corazón de niño”, “El proceso de Cristo”, “El difunto al pozo y el vivo al gozo”, episodio de la cinta “Los amantes fríos”, obra con la que cierra su ciclo filmográfico en 1977.
El legado de Julio Bracho es bastante amplio dentro del mundo cinematográfico y el teatro, falleció el 26 de abril de 1978, y desde entonces diversas academias han realizado homenajes a su trabajo, como el ciclo “Between Twilight and Down” que le fue dedicado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York. (AD)