- Cultura
Reseña| Libros: 'A la sombra del Ángel' de Kathryn S. Blair
“Las campanas anunciaron la media de las doce y su vibración repercutió en la vasta oquedad, rediciéndose hasta enmudecer justo cuando el organista dejó de practicar. La mujer seguía de rodillas, inmóvil, con la mirada fija, velada y constante en el crucifijo. Después, con toda calma, sacó una pistola de la bolsa negra que había dejado en el banco y se la llevó al corazón”.
Bienvenidos a este espacio de colaboración con el periódico e-consulta. Esta semana escribo sobre la novela A la sombra del Ángel de la escritora estadounidense Kathryn S. Blair. La autora nació en Cuba en 1920 y falleció en México en 2019. De pequeña vivió algunos años en este país y después estudió en la Universidad de California. Trabajó para Nelson Rockefeller en la Oficina de Asuntos Interamericanos en un programa de radio que se emitía en Estados Unidos y América Latina. Vivió en Cuba hasta 1959, se mudó a México y se casó con Donald Antonio Blair Rivas Mercado. En 1995, publicó A la sombra del Ángel, a la fecha ha vendido más de 175 mil 000 ejemplares. Otras de sus obras son Breve relato de la historia de México y El diario de Lucía.
A la sombra del Ángel es una novela histórica ambientada en México en las tres primeras décadas del siglo XX y narra la vida de María Antonieta Rivas Mercado, la mecenas de Los Contemporáneos, la promotora cultural de la Orquesta Sinfónica de México, la feminista que promovió el voto electoral en la campaña de José Vasconcelos. Una mujer que marcó un hito en la historia de este país y que, en palabras de Ana Lilia Cepeda, presidenta de la Fundación Rivas Mercado: “Es un personaje maravilloso, que no se le ha hecho justicia … nació fuera de época”.
La obra está dividida en tres partes, la primera se refiere a la niñez de Antonieta en el seno de la familia Rivas Mercado. Su padre fue un arquitecto muy famoso en el Porfiriato, entre sus obras figuran la remodelación del Teatro Juárez en Guanajuato, construyó la mansión Rivas Mercado y fue el elegido por Díaz para edificar la columna la Victoria alada, conocida como El ángel de la Independencia, que se inauguró el 16 de septiembre de 1910, en el día más importante de los festejos del centenario. La pequeña Antonieta creció rodeada de comodidades, entre nanas y escuchando muchas veces conversaciones de artistas e intelectuales de la época, pero con la tristeza de no ser amada por su madre.
La Revolución es el título de la segunda parte de la obra e inicia en 1910, con la reelección de Díaz y el llamado de Francisco I. Madero de “Sufragio Efectivo, no reelección”. En este apartado, la autora recorre el proceso revolucionario desde dos ópticas: Los que vivieron las consecuencias y los que participaron como fue el caso de Albert Blair, un británico estadounidense, el amigo de los Madero y más tarde marido de Antonieta, que escribió en su diario:
“Los tenientes clave de Madero eran un mulero -el tal Orozco-, un bandido -Pancho Villa- y un peligroso aventurero llamado Zapata” ... ¿Dónde estarían los mexicanos cultos de que tanto hablaban Julio y Raúl durante aquellas noches nevadas de Houghton?
La Campaña es la tercera parte de la novela y se encuentra enmarcada en los maravillosos años veinte. México había dejado atrás la violencia y las traiciones de los jefes revolucionarios y “los esfuerzos de Obregón parecían dar frutos”. Antonieta se encontraba en la plenitud de su vida, se casó, fue madre, vivió en Europa y conoció las tendencias artísticas de la época. ¿Qué podía pedirle a la vida? Ella tuvo los recursos y contactos para apoyar los cambios que este país necesitaba.
En 1929 es invitada por Andrés Henestrosa a participar en la campaña de José Vasconcelos, quien se postulaba para la presidencia de la República en contra de Pascual Ortiz Rubio. En ese momento, la mujer no tenía derecho al voto, sin embargo, la mecenas cultural viajó con él por el norte del país observando las muestras de apoyo de los mexicanos al exsecretario de Educación Pública frente a la represión ejercida por el incipiente régimen del PNR, el antecedente del PRI. Más tarde, se convierte en la cronista de la campaña y también en la amante de Vasconcelos. Ella realmente lo admiraba porque era un intelectual y porque tenía como proyecto que la educación llegara a todos los rincones de México.
¿Por qué leer 'A la sombra del ángel'?
Es una novela que inicia con el final y te atrapa desde el primer párrafo, además está escrita con una prosa limpia y profundamente descriptiva que te invita a conocer más sobre los acontecimientos. En una entrevista a MNI Noticias, Kathryn S. Blair dijo: “No solo es la historia de los Rivas Mercado, también la de muchas personas en una Ciudad de México, en tiempos de un país afrancesado, que algunos le decían el París de la América Latina”. En este sentido, la autora nos regala una obra sustentada en una profunda investigación histórica que le llevó más de veinticinco años.
En las primeras páginas del libro podemos conocer los preparativos de las fiestas del centenario, la Ciudad de México se trasformaba con el trazo de calles y avenidas y también se inauguraba la Universidad Nacional de México, las obras de desagüe, el Palacio de Comunicaciones y el de Relaciones Exteriores. Mención aparte es la descripción de la vida cotidiana en sitios como el Jockey Club, el mercado La Lagunilla, los paseos por la Alameda o los festejos de la llegada de la primavera con el Desfile de la Flores.
Por otro lado, conocerás hechos históricos que han sido callados por mucho tiempo, como lo fue la masacre de chinos en Torreón en 1912 o cuando los hombres del Centauro del Norte robaron unos caballos de la tropa de Victoriano Huerta y el “usurpador” que al recibir la negativa de Villa lo condenó al paredón. En la obra la autora hace uso de algunos textos del diario personal de Albert Blair para explicar las batallas en contra de Díaz y la entrada del ejército maderista a la Ciudad de México.
Mención aparte es la descripción que la autora hace de los trabajos de Diego Rivera en la Secretaría de Educación Pública. En los murales el pintor realizó trazos vanguardistas y revolucionarios propios de la época, dirigiendo y seleccionando modelos como Lupe Marín “la indomable esposa de Diego”; a Carmen Mondragón, la que renegó de su familia y se hizo llamar Nahui Ollin; a María Dolores Asúnsolo que más tarde sería Dolores del Río, y también a la misma Antonieta que se encuentra plasmada en el mural “El que quiera comer que trabaje”.
En un contexto de cambios, Antonieta buscó que México dejara atrás el “Vals sobre las Olas” y se incorporara a las nuevas tendencias europeas. Ella utilizó gran parte de su herencia para crear y promover el Teatro Ulises. Apoyó a Carlos Chávez para crear la Sinfónica Nacional de México; promovió la obra de Manuel Gutiérrez Lozano, acogió a la rusa Angelina Beloff, primera mujer de Diego Rivera, y fue gran amiga de Tina Modotti, la fotógrafa perseguida por ser espía soviética. En palabras del escritor y periodista Mauricio Magdaleno: “fue una mujer que había crecido a la sombra del Ángel” -como una metáfora de la figura de su padre y de la educación liberal que le dio-.
Fotografía del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL)
Kathryn S. Blair siempre afirmó que escribió A la sombra del ángel para reconstruir la figura de la madre de su marido porque cuando se casó con Donald Blair nadie hablaba de ella y la versión familiar fue que Antonieta había enfermado y muerto en París. Más tarde, se enteró que su suegra fue una mujer excepcional que se suicidó en Notre Dame. Fue ahí cuando comenzó con entrevistas y también buscó en los periódicos de la época, pero sólo encontró notas muy pequeñas: el gobierno de Plutarco Elías Calles quiso evitar que Antonieta fuera la mártir vasconcelista.
Esta es la décima primera entrega de una serie de recomendaciones quincenales. En un mes escribiré sobre la novela En agosto nos vemos, última obra del colombiano y premio Nobel de literatura Gabriel García Márquez:
Los invito a que me escriban
Instagram: emilia rojas.escritora