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Impericia del rastro de Tehuacán lleva los sacrificios a mataderos clandestinos

  • Andrea Castillo
La falta de mantenimiento del rastro municipal ha imposibilitado a tablajeros hacer su labor; derivado de ello, los sacrificios en sus casas son cada vez más comunes al no contar con herramientas en su sitio de trabajo
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Los tablajeros ubicados en la ciudad de Tehuacán han externado la urgencia que tienen por que les sean entregadas las nuevas instalaciones del rastro municipal, pues señalan que el antiguo se encuentra en una situación “deplorable”.

La inutilización de las instalaciones debido a sus condiciones les ha orillado –advierten– a hacer uso de mataderos clandestinos o de plano mudar el trabajo a casa, pues han llegado a realizar el sacrificio de animales en los patios de sus viviendas.

Willy Zepeda, miembro activo de la Unión de Tablajeros en el municipio, relató a e-consulta que desde hace ya algunos años el antiguo rastro municipal de Tehuacán dejó de trabajar a la capacidad en lo que lo hacía.

El proceso de estropeo en realidad fue lento, ya que poco a poco sus herramientas empezaron a faltar y las instalaciones se volvieron difíciles de utilizar, sumado a la falta de mantenimiento en las mismas que señalan como “necesarias” debido a que el funcionamiento era diario.

Ayuntamiento señala “mataderos clandestinos”, pero omite enmendar la situación del rastro de Tehuacán

Aunque las quejas por parte de los tablajeros se hicieron saber a las autoridades del municipio, así como a la presidencia encarnada por el alcalde Pedro Tepole, éstas no fueron atendidas y cada vez la situación empeoró.

La situación, comentan, los llevó a que tuvieran que buscarse otras instalaciones para poder cumplir con su labor y sacrificar a los animales; es ahí donde aparecieron los patios de sus viviendas como posibilidad siempre y cuando contaran con uno de ellos al interior de sus domicilios.

Externó que la autoridad ha señalado a estos sitios como “clandestinos”, siendo éstos quienes le dieron la denominación un tanto peyorativa, sin embargo, los tablajeros defienden que en realidad se trata de “mataderos tolerados”, pues el rastro no tiene la capacidad para poder realizar el sacrificio.

Finalmente, destacó que por el sacrificio de una sola res el ayuntamiento cobra 220 pesos, mientras que para un cerdo cobra arriba de 100 pesos. Si bien la paga por sacrificios no falta, no ocurre lo mismo con el mantenimiento mínimo que requiere el rastro de Tehuacán, pues la nueva instalación sería entregada a finales de marzo de este 2024, algo que no sucedió. (EG).

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