El fotógrafo y director Charlie Engman, con sede en Brooklyn, transformó la inquietud de las imágenes generadas por inteligencia artificial (IA) en una propuesta artística única. Su libro “Cursed” combina anatomías distorsionadas y gestos perturbadores para desafiar las nociones tradicionales de belleza y normalidad. Usando el programa Midjourney, Engman creó imágenes que sitúan a sus espectadores en una delgada línea entre lo real y lo antinatural.

En el libro, cuerpos y objetos parecen fusionarse: extremidades desaparecen, rostros se vuelven lisos y las figuras humanas adquieren características animales. Una de las imágenes más llamativas presenta a un hombre con alas de cisne surgiendo de sus hombros mientras se adentra en un charco poco profundo. La propuesta de Engman no solo genera inquietud, sino que obliga a los observadores a cuestionar sus propios estándares estéticos y emocionales.

El autor reconoce que la imperfección inicial de las imágenes generadas por IA, como dedos adicionales o proporciones inusuales, le permitió explorar una representación visceral de la humanidad. “La IA tiene una relación tercerizada con el mundo físico”, explicó. Este enfoque genera disonancia al deconstruir lo que entendemos como cuerpos normativos, planteando preguntas profundas sobre la capacidad y los límites del cuerpo humano.

Engman no es ajeno a la exploración artística de tensiones. Su colaboración de 15 años con su madre, “Mom”, abordó las complejidades de la relación madre-hijo. En “Cursed”, este enfoque se expande al entrenar a Midjourney con imágenes de su madre, reinterpretándola como figuras inquietantes y abstractas, incluyendo una con alas de polilla y sin extremidades.

La creación del libro se enfrentó a la rápida evolución tecnológica. Engman observó cómo las primeras imágenes del proyecto se volvían obsoletas frente a las mejoras en los algoritmos de IA. Esto, lejos de desmotivarle, añadió un valor documental a “Cursed”, que captura un momento específico en la evolución de la inteligencia artificial.

Los animales, como cisnes y caballos, juegan un papel clave en las imágenes. Para Engman, estos no solo aportan un simbolismo estético, sino que también representan conexiones entre lo humano y lo no humano, uniendo conceptos que trascienden el mero impacto visual.

Engman reconoce que, en el futuro, “Cursed” podría perder su contexto dentro de los avances de la IA. Sin embargo, confía en que el libro tiene méritos que trascienden la tecnología. “La tecnología debe estar subordinada al contenido”, afirmó. (LV)