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Crónica: Viacrucis de Romero Vargas, en memoria de los que ya no están
Cada una de las tres cruces pesaba 120 kilos, una de esas sería cargada por Jesús, es decir, por Miguel Ángel de la Rosa Reyes, para darle vida por última vez al hijo de Dios en el viacrucis de la junta auxiliar de Ignacio Romero Vargas, en Puebla.
Miguel Ángel esperó 32 años de su vida para encarnar el papel de Jesús, el más importante en el viacrucis de la Romero Vargas. Miguel Ángel ahora tiene 46 años, irradia júbilo y algarabía mientras relata que en su adolescencia jamás imaginó que sería digno de darle voz a quien murió en la cruz.
Es una gran responsabilidad la que de la Rosa Reyes carga en sus hombros, pues miles de feligreses católicos esperan con júbilo el momento en el que Jesús entre a escena para representar los pasajes bíblicos.
El público es menor a comparación con el del año pasado, rumoran las personas de la tercera edad que están cerca del caballo que se torció la pata al bajar del vehículo en el que lo habían transportado.
Otro de los asistentes, más joven, le responde: “la pandemia se llevó a muchos, pero ahora nos acompañan desde arriba para ver el viacrucis”.
El viacrucis de la Romero Vargas comenzó a las 11:30 horas en frente de la Cohetería, hoy conocido como Deportivo Romero Vargas. El rayo del sol que carcomía la piel de los fieles creyentes no impidió que se perdieran la representación católica.
Jesús entró a escena. Atrás quedó la identidad del diseñador de modas Miguel Ángel, ya que cada una de las estrofas que se aprendió de memoria durante más de dos meses brotaron por sus cuerdas vocales con un tono solemne.
El hijo de Dios se había materializado en el viacrucis de la Romero Vargas. No había duda en que Miguel Ángel estaba poniendo todo su empeño en dar lo mejor de sí para demostrar el motivo por el que lo había elegido Heriberto Morales Flores, director de la escenificación teatral.
La gente se quedó enmudecida al ver al hijo de Dios en escena.
Pero en la parte trasera, en los vestuarios, los 400 actores que darían vida al pueblo católico se preparaban para salir a escena.
Uno de ellos, quien sería uno de los esclavos, presumió la heridas que tuvo en los ensayos previos a la obra.
“Sólo así se curte la piel y se prepara para que no duela hoy”; mencionó mientras se ponía la túnica café.
Atrás de los esclavos se encontraba María, madre de Jesús, o Ana Quintero Arias. Este año le dedicaría su actuación a sus abuelos, quienes fallecieron durante la pandemia de Covid-19.
Pasan las horas. Es el momento en el que Jesús de Nazaret será flagelado y crucificado en la cruz. María llora y no quiere que le arrebaten la vida a su hijo.
“Aunque tú no estés siempre estaremos juntos”, son las palabras que deben estar pasando por la mente de Miguel Ángel mientras interpreta a Jesús, pues también le dedicó su actuación a su madre, quien falleció años atrás.
Poco a poco los concurrentes se impactan mientras Jesús es colocado en la cruz, ya otras personas se les sale una lágrima por ser testigos del mal trato que tuvo que enfrentar el hijo de Dios.
Miguel Ángel de la Rosa Reyes sabe que hoy fue la última vez que dio vida a Jesús y que el siguiente año otra persona portará la túnica blanca con orgullo, la que portó con tanto afecto en memoria de su madre. (CR).