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El caso más emblemático de Cecilia Monzón, sigue sin resolverse
El caso judicial más emblemático encabezado por la abogada penalista y activista de derechos de las mujeres, Cecilia Monzón, sigue sin resolverse. Se trata de una situación que enfrenta Daniela, una madre “sepultada” en procesos legales por su expareja que la acusó de todo: sustracción de menor, falsedad en las declaraciones, abuso sexual, amenazas de muerte, corrupción, fue tomado y abanderado por la abogada cuyo feminicidio, congeló el proceso.
Daniela ha vivido sido 5 años en juzgados demostrando su inocencia, incluida la acusación de violencia sexual, pero David --- terapeuta sin estudios médicos--- ha recurrido a “lo que sea” para que Daniela no vea a la niña, a la que le arrebató cuando tenía 4 años.
9 amparos con recurso de revisión, 3 amparos en juzgados penales y jueces cegados a toda esta violencia, parecen consumar la venganza de su expareja que ha logrado que las visitas con su hija le sean negadas hasta que se resuelva el amparo, y concediendo en favor de él la suspensión de la entrega recepción.
Monzón habría llamado a la indignación al denunciar públicamente al violentador y mencionar su nombre y lugar de trabajo en el edificio “50ty Doctors”, además del número de expediente en una transmisión de Facebook-live.
Cuando todo parecía avanzar, Monzón fue asesinada por disparos a quemarropa dentro de su vehículo.
Daniela recordó que buscó la representación de Cecilia Monzón cuando se vio acorralada por el agresor que le inventaba delitos y le aterrorizaba judicialmente, además de alejarla de su hija de entonces 4 años, hoy día con 10 años.
“Cecilia Monzón era implacable. Siempre se peleaba con los jueces en audiencia. Una vez ella estaba como escucha en la audiencia de abuso sexual y se empezó a enojar y protestó. La jueza le pidió silencio y le advirtió que la sacaría de la sala. Así era, siempre hacía que su voz se escuchara, aunque la regañaran”.
“En otra ocasión exigió que nos cambiaran las sillas, pues nos habían puesto una banca de espera, y a David y sus abogados les ofrecieron sillas de escritorio. Eso no lo soportó y protestó porque dijo que eso era iniciar una audiencia con desigualdad. No descansó hasta que cambiaron las sillas para que ambas partes estuviéramos psicológicamente al mismo nivel”, recordó.
“Jueces y juezas le aconsejaban que no se tomará los casos personales, pero no podía hacerlo. Abrazó mi caso. Ceci empezaba a elevar la voz cuando algo hacía hervirle la sangre de enojo, así la recuerdo”, dijo Daniela quien confesó que nunca pensó que Monzón la dejara sola en este proceso legal tan brutal.
Procesos legales, un mecanismo de venganza: organizaciones
Para las organizaciones “Mujeres por el Derecho al Cuidado y una Vida Libre de Violencia” y “Madres Viviendo Violencia Vicaria” esta es una muestra de que violentadores vicarios utilizan diversos mecanismos para causar daño a las madres, abusando del poder que ellas no tienen, sin importarles dañar a sus hijas o hijos así como el vínculo materno-filial pues para ellos, sus propios derechos como hombres están por encima de los demás.
En un breve comunicado, urgieron a las autoridades a desarrollar mecanismos y estrategias, más allá del marco normativo, capaces de detectar y atender la violencia Vicaria que atenta contra los derechos tanto de las mujeres como de niñas, niños y adolescentes”
Daniela demostró su inocencia, apelaciones paralizan proceso
Daniela ha enfrentado por más de un lustro toda una cadena interminable de acusaciones y procesos legales en su contra, incluyendo haber sido denunciada por supuesto abuso sexual en agravio de su hija. Aunque se ha comprobado la inexistencia del delito, se le impuso medida cautelar de no contacto con la menor; posteriormente, se logró que le otorgaran visitas virtuales y más adelante visitas supervisadas en el CECOFAM.
Cuando por fin Daniela consiguió que le autorizaran visitas con entrega-recepción, David, el padre de su hija, promovió un amparo argumentando Alienación Parental, término carente de rigor científico y que no se encuentra reconocido, pero que sin embargo llevó a la suspensión de las visitas --- y que seguramente irá al recurso de revisión que tardará 9 meses más o menos en resolverse--- lo que representará otro año sin ver a su hija.
Organizaciones feministas han evidenciado que el supuesto terapeuta ha usado la justicia como un mecanismo de venganza:
“Cerraron la investigación de abuso sexual en dos ocasiones y David de forma mañosa y con corrupción hizo reabrir el caso para que se alargara a 4 años y 8 meses dicha investigación. Se hizo un tercer cierre de investigación, en todos los cierres se decretaba que no había existido el delito.
“El 5 de junio 2023 se cambió al Ministerio Público a cargo de la investigación, porque el anterior era un total corrupto favoreciendo y aletargando el proceso a favor de David. Una vez más se hizo el cierre definitivo de la denuncia de abuso sexual, y nuevamente el terapeuta se amparó, pero la justicia federal se lo negó”, explicó Daniela.
La historia de agravios
En entrevista, Daniela comenzó el relato de agravios con los hechos de agosto del 2018, cuando David, su ex esposo la corrió de la casa y ella tomó a mi hija en brazos y pidió ayuda a su familia. “él acostumbraba correrme y amenazarme con dejarme en la calle y quitarme hasta el último centavo, y sobre todo me amenazaba con quitarme a mi hija si insistía con pedir el divorcio”
Narró que ése día, él se dio cuenta que Daniela no regresaría, pues tenía meses rogándole que hicieran un convenio para divorciarse.
“Al no regresar a la casa después de que me corrió como solía hacer, denunció a mi familia y al ver yo a mi familia en peligro y tener judiciales que me perseguían para arrancarme a mi hija de forma violenta en la calle, yo vivía aterrorizada.
“Me acusó de sustracción de menor y sacó unas notas en El Sol de Puebla, ahí decían que según yo había sustraído a mi hija. Los abogados que contraté se vendieron con el señor, tengo audio donde me dijeron:
“Fírmele lo que pida David, para que deje en paz a su familia, y yo pregunté ¿qué quiere?, ellos especificaron: la guarda y custodia compartida, yo le firme para que dejara en paz a mi familia y quitara la denuncia de sustracción.
“A las tres semanas de haber firmado la demanda compartida y haber tenido David acceso a nuestra hija, ya no me la devolvió conforme al convenio, argumentando que había sido abusada sexualmente bajo mi cuidado.
“Jamás tuvo a bien decirme que ya me había denunciado, que había llevado a mi hija a sesiones de psicología con una supuesta perito para decir que había sido abusada sexualmente y que había estado grabado videos, audios y despertando a mi hija en mitad de la madrugada para que dijera lo que le habían enseñado a decir.
“El Juzgado estaba vendido. El secretario Segundo de lo Familiar: Daniel Flores Garrido, le concedió la custodia provisional en octubre de 2018, y desde entonces, él no ha pasado una sola prueba pericial.
“Vino otra denuncia por “amenazas de muerte”, que David patrocinó a la persona que iba a ser mi testigo la señora del aseo. Posteriormente me amenazó que, si no le quitaba la denuncia de Violencia Familiar y le firmaba el pasaporte francés de mi hija, denunciaría a mis familiares”, recuerda Daniela.
David se ha encontrado culpable por violencia familiar y está cumpliendo con las condiciones de la suspensión del delito. Existe una denuncia en su contra por Sustracción de Menor y Agravante Violencia Vicaria, y a pesar de que las periciales han demostrado la afectación, la Fiscalía General del Estado no tiene al personal preparado para llevar asuntos de Violencia Vicaria.
Sumando procesos como venganza
Daniela narró que en agosto de 2023, David la demandó nuevamente, esta vez por la Pérdida de Patria Potestad. Ella atribuye estas argucias legales al “odio desmesurado en su contra”, odio que --- asegura--- trasmite a su hija.
Daniela tendrá una audiencia este miércoles 31 de enero y pruebas periciales el próximo 1 de febrero. Su hija, después de una serie de pruebas periciales nuevamente entrará a tres más, y el 6 de febrero será la escucha de la menor.
Dentro de la demanda, el terapeuta exige que Daniela ahora también le pague por el daño moral que le ha causado, en tanto que ha descubierto que ella tiene otra denuncia en su contra por su expareja, esta vez por el supuesto delito de corrupción.
Daniela califica a la justicia de indolente ante el drama de la separación violenta de una niña y su madre y a la negativa de convivencia fuera del Centro de Convivencia Familiar Supervisada (CECOFAM). “Que una niña no vea a su madre por 5 años no les causa ningún sentimiento”. (CR)