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Más triste que Hachiko: 3 perritos que acompañaron a dueños hasta la tumba

  • Raul Lazcano
Los mejores amigos del hombre nos recuerdan tras partir, no de formas ritualistas Todos Santos, pero sí a su bella y propia manera
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El Día de Muertos en una fecha donde recordamos a quienes partieron de este mundo habitando nuestra memoria y corazón, pero, aunque parezca difícil de creer, este comportamiento no es exclusivo los humanos ya que no somos los únicos que rememoran a sus seres amados y se entristecen por su ausencia.

Los mejores amigos del hombre, los perros, también nos recuerdan una vez que partimos de este mundo, tal vez no de formas ritualistas como el festejo de Todos Santos, pero sí a su bella y propia manera.

Una de las historias más populares sobre lomitos que vivieron el luto por la muerte de sus dueños es la de Hachiko, perro akita de origen nipón que, tras la muerte de su amo, lo esperó durante nueve años en la estación de metro japonés donde se encontraban cuando el hombre regresaba del trabajo.

Perros que acompañaron a sus dueños hasta la tumba

·         Pelusa, perro jarocho que vive en el cementerio de Nogales, Veracruz

Pelusa es una hermosa perrita mestiza que custodia la tumba de su querido amo desde 2021 y se rehúsa a abandonarlo. De acuerdo a los sepultureros del Cementerio de Nogales, Veracruz, Pelusa llegó al lugar durante el cortejo de un hombre originario de Huiloapan.

A pesar de que los familiares del occiso hicieron todo lo posible para llevarse consigo a Pelusa, la noble perrita regresaba una y otra vez a la última morada de su amo. Finalmente, la familia optó por dejar al animal a que le hiciera compañía a el hombre.

Pelusa duerme junto a la tumba del que alguna vez fue su mejor amigo todas las noches, aunque ahora su cuidador es el administrador del sitio, Alejandro García Palacios. La pequeña funge como una especie de animal de terapia para las familias que llegan al cementerio, pues las acompaña en su dolor.

·         Capitán, perro argentino que custodió 11 años la tumba de su dueño

Capitán era un perro cruza de pastor ovejero alemán. Capitán fue adoptado por el Miguel Guzmán, hombre nacido en Córdoba, Argentina, como regalo para su hijo. Un día, casi un año después de la adopción, Miguel cayó enfermo y, tras visitar varios hospitales, murió.

Tras el deceso de Miguel Guzmán, Capitán desapareció de su casa. Su familia pensó que el perro se había perdido, que tal vez otra familia lo había adoptado o peor, que había muerto. Tiempo después y tras la muerte de la esposa de Miguel Guzmán, su familia visitó el cementerio y descubrió que Capitán vivía en el allí, justo en la tumba de su amo.

La fiel mascota murió casi 11 años después de la muerte de su amigo, Miguel, ganándose el cariño y amor de quienes visitaban el cementerio. Regresaba algunas veces la casa del hijo de su querido dueño, pero nunca para quedarse, ya que siempre volvía para pasar la noche junto a su amigo.

·         Zozo, perro turco que visita diario la tumba de su dueño

Zozo es un hermoso perro blanco originario de Turquía que, tras la muerte repentina de İsmail Öztürk, el humano que fue su mejor amigo, cayó en depresión; acude todos los días al cementerio donde descansa el hombre para recostarse y dormir sobre su tumba.

İsmail Öztürk falleció en 2014 y desde entonces, cada tarde sin importar el clima, Zozo y el hijo de su antiguo cuidador visitan al hombre. El panteón se ubica cerca de la casa del lomito, por lo que muchas veces regresa a casa ya entrada la noche.

Estas son algunas de las historiasen el marco del Día de Muertos que comprueban que el humano no es el único animal en la tierra capaz de recordar a aquellos seres queridos que abandonan este plano y que los perros también sienten una tristeza y dolor enorme por la muerte quienes amaron.

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