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Día Mundial del Orgasmo Femenino ¿conoces tus derechos sexuales?
Cada 8 de agosto, desde 2007, se celebra en casi todos los países el Día Mundial del Orgasmo Femenino con la intención de concientizar a la sociedad sobre la sexualidad femenina y el derecho sexual de las mujeres.
Por esa razón, y para conmemorar la lucha por la sexualidad y la salud de las personas vulvoportantes, en e-consulta presentamos una serie de datos sobre el orgasmo femenino, así como la lucha por desaparecer el tabú que abraza aún el derecho al placer sexual.
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Tras entender el orgasmo femenino como una cuestión de salud pública y reconocer la disparidad de género existente en referencia al placer sexual, el concejal brasileño de Esperantina, José Arimateia Dantas Lacerda, propuso conmemorar cada 9 de mayo el Día Mundial del Orgasmo Femenino, el cual finalmente se estableció el 8 de agosto. En países luso -portugués- y angloparlantes se celebra el Día Nacional del Orgasmo el 31 de julio.
Derechos sexuales ¿cuáles son?
Los derechos sexuales forman parte de los derechos humanos, al ubicarse dentro de la facultad por la protección a la salud. La declaración de los derechos sexuales se aprobó en 1997 por la Asamblea General de la Asociación Mundial de la Sexología; contiene 11:
- El derecho a la libertad sexual
- El derecho a la autonomía sexual, integridad sexual y seguridad del cuerpo sexual
- El derecho a la privacidad sexual
- El derecho a la equidad sexual
- El derecho al placer sexual
- El derecho a la expresión sexual emocional
- El derecho a la libre asociación sexual
- El derecho a hacer opciones reproductivas, libres y responsables
- El derecho a información basada en el conocimiento científico
- El derecho a la educación sexual comprensiva
- El derecho al cuidado de la salud sexual
Orgasmo femenino: números y estadísticas
Un estudio llevado a cabo por el Instituto Mexicano de Sexología en octubre de 2022 reveló que 43 por ciento de las mexicanas no han logrado nunca llegar al orgasmo; por otro lado, 54.4 por ciento de las participantes jamás se ha masturbado o estimulado sus órganos sexuales hasta alcanzarlo.
En España, una investigación elaborada por Diversual Academia en el mismo año informó que solamente 14 por ciento de las encuestadas consigue siempre el orgasmo cuando mantiene relaciones con otras personas; en contraste, aquellas que al momento de autoerotizarse logran siempre el éxtasis representan 53.4 por ciento.
La relación de disparidad existente entre las mujeres que alcanzan el orgasmo contra los hombres que lo hacen es notoria; se estima que por cada tres orgasmos masculinos, sólo hay uno femenino. A estos números se suma que 27 por ciento de las mujeres asegura que su pareja “llega” demasiado pronto, mientras que ellas tardan 40 u 80 por ciento más de tiempo para obtenerlo.
Sobre el orgasmo femenino y la anorgasmia
De acuerdo con Enriqueta Valdez Curiel -médica cirujana y partera, maestra en Desarrollo Comunitario y profesora del Centro Universitario del Sur (CUSur) de la Universidad de Guadalajara- el orgasmo femenino depende de tres factores: estado emocional -en relación con la cultura-, estado mental y estado físico, por tanto, circunstancias como el estrés y el cansancio impedirían alcanzarlo.
El orgasmo, en general, es la respuesta a una serie de estímulos sexuales: provoca una serie de contracciones musculares acompañadas de sensación abundante de placer, descontrol y abandono de sí mismo, culminando con liberación de tensión muscular y física.
En el caso de las mujeres consta de dos fases: una que abarca todos los fenómenos concernientes al proceso de excitación y otra compuesta íntegramente por el orgasmo.
La primera se produce por estímulos psicológicos sensitivos y sexuales y se observa parcialmente a través de la lubricación de la vulva y la vagina. Se constituye a su vez de tres etapas semi simultáneas: la excitación erótica que hincha el canal vaginal, aumentando el flujo sanguíneo al útero; la vasocongestión venosa perivaginal que crea una transudación que lubrica las paredes vaginales; y la vasodilatación extendida por el aparato vaginal interno y lubrica la entrada vaginal y los labios menores y mayores.
La segunda fase, el orgasmo, es el punto final del proceso de erotización: los músculos sufren una serie de contracciones rítmicas e involuntarias, mientras se experimenta un placer en la vagina que recorre toda la pelvis. Si bien existen múltiples maneras de llegar a él, la estimulación directa sobre el clítoris es la forma más efectiva de obtenerlo.
Por otro lado, existe una condición que impide el orgasmo: la anorgasmia. Se estima que 90 por ciento de los casos son debido a problemas psicológicos, derivados del abuso sexual o emocional, una imagen corporal negativa, culpa o vergüenza del sexo, factores de estrés y afectaciones mentales como ansiedad o depresión.
Algunos síntomas presentes en las personas con anorgasmia son retraso del orgasmo, ausencia de orgasmo, menos orgasmos y orgasmos menos intensos. Esta condición puede presentarse de diferentes formas: generalizada, al tener problemas para alcanzarlo en cualquier situación; circunstancial, donde hay ausencia sólo en determinadas situaciones; adquirida, cuando se comienza a tener problemas con obtenerlo; y permanente, cuando nunca se siente.
Así, en pro de eliminar los tabús que acompañan al sexo y el placer sexual de las mujeres, fue que se estableció el 8 de agosto como el Día Mundial del Orgasmo Femenino, para concientizar a la sociedad sobre las disparidades de género sobre el placer y la salud sexual que existen entre hombres y mujeres.