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Crímenes de Odio: tarea pendiente del Estado a la comunidad LGBT en Puebla

  • José Ramos
Activistas exigen perspectiva en el tratamiento de las investigaciones y las sentencias emitidas
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En tanto exista la incertidumbre sobre investigar o no como crímenes de odio los homicidios contra personas LGBTTTIQ en Puebla, difícilmente podrá erradicarse el problema de violencia y discriminación.

La falta de una aplicación del criterio de odio por parte de las autoridades estatales, asegura a e-consulta Gabriela Chumacero, representante del Grupo Trans Puebla, no ha permitido establecer un conteo claro de crímenes motivados por intolerancia contra las personas, lo que podría hacer parecer que las cifras son bajas.

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No obstante, el Grupo Trans Puebla reconoce que existe cada vez más un constante acompañamiento por parte de Margarita Aguilar Vázquez, titular de Unidad Especializada en Investigación de Delitos cometidos contra la comunidad LGBTTTIQ, aunque la vulneración de derechos humanos contra las personas sigue latente en la sociedad, indica.

La falta de una estadística puntual sobre crímenes que se hayan perpetrado desde la condición de discriminación, intolerancia o prejuicios, explica Gaby Chumacero, se mantendrá mientras las instituciones solamente aludan al asesinato de una persona por causas como asaltos o robos.

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Otro factor al que Gabriela Chumacero alude como una de las causas que van en detrimento de la visibilidad del fenómeno de crímenes de odio, es el hecho de que las propias familias decidan no acudir a denunciar los hechos.

Uno de los principales motivos de tal circunstancia, dice, es la de evitar que se haga público que las víctimas, es decir su familiar, pertenecía o pertenece a la comunidad LGBTTTIQ.

Por lo cual hace un exhorto a todas las familias y a las víctimas alejarse del estigma, con el propósito de erradicar el fenómeno de violencia y violación a los derechos humanos de todas las personas.

Es por ello que desde el asesinato de la activista Agnes Torres, en el 2012, a la fecha solamente se mantengan vigentes tan sólo 3 carpetas de investigación en las que se refiere el odio como la principal motivación del crimen, sentenció la también activista transexual.

Ante lo cual, agrega que la cifra de los 17 homicidios contra personas LGBTTTIQ asentados en el informe Discriminación, violencia e ineficiencia institucional emprendido por la Universidad Iberoamericana Puebla a través del Instituto de Derechos Humanos “Ignacio Ellacuría SJ”, podría ser mucho mayor.

Cabe destacar que, de acuerdo con dicho estudio, entre los años 2017 y 2021 se registraron 17 homicidios en los que “hubiera presunción que la víctima perteneciera a la comunidad LGBTTTIQ+”.

De dicha cifra, tan sólo las últimas siete se registraron en el mismo año, es decir en el 2021cuatro más se perpetraron en 2020cinco en el año 2018 una en el 2017.

Además, de las víctimas mortales, 15 fueron personas homosexuales1 bisexual y 1 más, travesti.

A pesar de que las cifras fueron vertidas por solicitudes a la propia Fiscalía General del Estado, el mismo estudio también analiza que existen deficiencias en el manejo de datos sobre crímenes de odio, pese a que “entre las obligaciones del Estado se encuentra contar con registros adecuados de los delitos cometidos en contra de las personas LGBTTTIQ+”.

Bajo tal contexto señala el documento que, aunque la información se obtuvo en parte por las solicitudes de información a la FGE, “en el caso del estado de Puebla se encontró que los datos existentes resultan confusos y aportan poco para poder tener un mapeo claro de esta problemática en la entidad”.

Crímenes de odio contra personas LGBT en Puebla más recientes

Al menos en este año, uno de los últimos casos registrados contra personas de la comunidad LGBTTTIQ, fue el asesinato de un joven de 25 años de edad el pasado 22 de mayo.

De nombre Oscar, su cadáver fue encontrado al interior de su propio domicilio en la unidad habitacional La Guadalupana de la capital poblana, tirado, en un charco de sangre y con diversos golpes en cuerpo y cabeza.

Para el momento del levantamiento del cadáver, aunque el hecho fue canalizado a dicha Unidad de Investigación de Delitos contra la comunidad LGBTTTIQ, las autoridades ministeriales aún no discernían entre un móvil de robo o de odio.   

Iniciando enero del año pasado, se reportó el asesinato de una persona transgénero cuando se encontraba en su casa en el residencial “El Girasol” en el municipio de Puebla.

La mujer transgénero fue hallada con presuntas huellas de estrangulamiento, cuyo cuerpo se encontraba atado de brazos y piernas cuando fue advertida por los propios vecinos y guardias del fraccionamiento.

Sin embargo, no solamente son los homicidios los analizados dentro de los crímenes de odio ya que, a decir de la recopilación de datos del informe elaborado por la Ibero Puebla, en el mismo periodo reportado, la Unidad Especializada en Investigación de Delitos cometidos contra la comunidad LGBTTTIQ recibió 95 denuncias de delitos

De las cuales, las amenazas fungieron como las de mayor incidencia con un total de 19 reportes. En un segundo término se colocó el robo, con 17 casos; seguidos de 12 casos de violencia familiar; nueve lesiones dolosas y ocho abusos sexuales, principalmente.

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