La flauta y tambor prehispánico, el olor a copal y el sonido del zapateado de las danzas de los “Hermanos Águila”, enmarcaron y acompañaron en todo momento el último adiós a María Rita Torres Mérida, la voladora de 19 años que falleció al caer de un “palo volador” en la ceremonia de coronación de la reina de la Feria de las Flores en Huauchinango 2023.

Los funerales se extendieron hasta el día lunes y se realizaron en la humilde vivienda de madera y techo de lámina donde vivía María Rita, ubicada en la colonia Guadalupe, una de las más marginadas de la cabecera municipal.

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Por la mañana, en la explanada de la escuela Carlos Ismael Betancourt, el Consejo Nacional de Voladores y el Consejo de Voladores de la Sierra Norte de Puebla realizaron el “Ritual de finado” al pie del palo volador donde perdiera la vida la joven voladora.

Como parte del “ritual de duelo y despedida”, los caporales interpretaron los sones: Cuatro puntos cardinales, Invocación, Son del vuelo y el son del retiro de la calle, además, no faltaron las ofrendas florales, una cruz de madera, hierbas tradicionales y agua bendita.

En el lugar se congregaron los voladores Aztecas de Copila, los voladores Pura Sangre de Huauchinango, Voladores Cazadores del Viento, Rey Xolotl y Guerreros del Viento de Pahuatlán, quienes, unificados en el ritual ancestral, ayudaron a que Rita trascendiera de este mundo.

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Como parte del ritual para despedir a Rita Torres Mérida, voladora de 19 años fallecida en la Feria de las Flores en Huauchinango 2023, se colocó una jícara en el piso la cual se rompió por el paso de la carroza fúnebre

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— Periódico e-consulta (@e_consulta) March 7, 2023

También por la mañana, el presidente municipal de Huauchinango, Rogelio López Angulo, arribó a la vivienda de la colonia Guadalupe, donde acompañó a la familia, platicó con la madre de Rita y reiteró el apoyo de su gobierno, por lo que sostendrá reuniones posteriores para definir de manera concreta el tipo de compensación que recibirán.

Minutos después de las 15:00 horas, el cortejo se enfiló hacia el panteón municipal. Los voladores de Huauchinango rodearon el ataúd y realizaron una danza amenizada con flauta y tambor, de esa manera inició la despedida de Rita.

Desde los 9 años Rita Torres Mérida se apasionó en el arte de “volar” en una de las tradiciones mexicanas más ancestrales, practicada desde hace aproximadamente 1 mil 500 años antes de Cristo.

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La música de los voladores continúo durante todo el cortejo, al llegar a la entrada del panteón municipal, como parte del ritual de despedida, se colocó una jícara en el piso la cual fue rota por el paso de la carroza fúnebre.

Después se colocó el féretro a la entrada del panteón, donde los voladores danzaron hacia los 4 puntos cardinales. Su zapateo se sincronizaba perfectamente con el son de la flauta y el tambor, que iba de los ritmos melancólicos hacia ritmos más intensos.

Esos mágicos sonidos y movimientos, eran realizados por sus compañeros con los que voló muchas veces en Huauchinango y quienes hoy le daban el último adiós, antes de yacer en su última morada.