Un gran toro de Zacatepec, bravo, emotivo, con buen tranco. De Piedras Negras, uno muy bueno que peleó en varas y con clase al embestir, otro complicado, áspero, con nervio, con peligro sordo, emocionante y bien toreado; bronca al cierra plaza, un novillo huidizo, fue lo sobresaliente en cuestión de toros en la corrida del sábado de carnaval en Tlaxcala. 

De los toreros, dos buenas faenas de Diego Ventura a dos “Zacates”; una al abre plaza un sensacional toro, mientras que al otro se esforzó para meterlo en vereda, se llevó una oreja por toro. Un Calita que no pudo redondear la faena al buen piedrenegrino cortándole una oreja y luego una vacilada de darle de regalo dos orejas por una faena sin algo extraordinario.

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Y un Leo Valadez sin trofeos por pinchar, pero se la jugó sin cuentos en una faena con aroma a cloroformo con ese toro peligroso al que pinchó; bronca en el cierra plaza; qué bien se portó por la gente, no le permitió que lo toreara. 

Luego del minuto de aplausos por la muerte del Pollo Torres Landa, salió a la arena un negro chorreado en verdugo, no exagero si le digo que fue un toro de vuelta al ruedo. Era tal su codicia, que antes del primer rejón de castigo, Diego Ventura le hizo tres recortes toreando a la grupa y metiéndosele al toro en su terreno en plena carrera.

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Pocas veces se aprecia algo así en los inicios de faena, es emocionante porque el toro tiene toda su fuerza. Después del rejón de castigo “Alburero” perdió parte de esa fuerza, sangraba, pero nunca dejó de pelear, en ningún momento se rajó. Ventura se lució en banderillas, el toro tras la jaca y en la persecución alternaba los lados del equino.

Hubo quiebros en los medios, la gente estaba con el torero luso-andaluz. Las banderillas cortas fueron demasiado castigo a “Alburero” que, ya sin moverse, sólo giraba. Mató al primer intento para cortar una peluda. La gente gritaba que premiara al toro, don Manuel Ruiz, el juez, no quiso hacerlo. 

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El cuarto de la tarde empezó a hacer cosas extrañas, Ventura lo enceló, se puso cerca y el castaño terminó por acudir al jinete. Quiebros, violines, banderillas a dos manos sin sostener las riendas, una amplia variedad, colocando en buen sitio, Diego entregado.

Otra vez clava el rejón de muerte al primer intento y recibe su segundo premio de la tarde. La ovación al arrastrar al toro fue más fuerte para el primero, el grueso del público se fue con la finta de un gran toro.

Leo Valadez se jugó la piel con el tercero de la tarde, lo aplaudieron de salida, aunque de presencia no era nada del otro mundo, más bien al contrario. Destacaron dos buenas verónicas del de Aguas. En varas, “Rector” peleó, Alfredo Ruiz “El Miura” coloca un buen puyazo, siguió un quite por chicuelinas.

Se luce Alejandro Prado con los palitroques, también el aspirante Gustavo Escobedo. En seguida de brindar al público, “Rector”, le pone el examen a Valadez, el cual lo aprueba con categoría porque el de Agüitas da la pelea, Leo siempre estuvo ahí, jugándose la piel ante una concurrencia que no captó lo que sucedía en el albero.

Se puso pesado con los aceros, ni al tercio lo sacaron. Con el último que protestaron todo fue mal. La suerte de varas, por ejemplo, pican como se puede, dos picotazos en querencia y dos en la contra, el toro huye, la gente le sube una rayita a la ira. En banderillas Aldo Navarro y Escobedo clavan sin acierto. Los reclamos y el comportamiento de “Gallero”, impiden que haya faena. La protesta tardó en llegar, pero llegó.

Ernesto Javier El Calita cortó tres orejas, pero... Inició con un cárdeno apenitas de trapío. El Cala cumple con el capote, lleva al caballo a “Embajador”, Pedro López le da fuerte, el tercio termina con un quite por navarras. Bien con los palos El Pol y Escobedo.

En el último tercio el cornúpeta embiste con calidad, no es el bobo que sólo pasa. Hay dos tandas por el lado derecho, una buena por el otro, el toro luce más por ahí. Uno esperaba más, pero nunca rompió la faena, los infaltables pases por alto, deja una estocada tendida y se acabó. Una oreja al torero y ovación para el burel.

En lugar de honor una res que no fue protestada, debió serlo. Dos lances de rodillas. Bien Moisés López con la puya. Es muy raro ver fallar con los palos a Gerardo Angelino, ahora no estuvo certero. La primera serie de El Cala es buena, somete al toro, tanda esperanzadora, la siguiente es buena, luego sigue con pasitos de baile, se diluye el toreo.

“Conquianero” sale con la cara alta, hay otros muletazos ya sin impacto. Le mete la espada, no es una gran estocada y le dan las orejas, a mi entender no era ni una. Palmas al toro en el arrastre. Cuando Ernesto Javier da la vuelta al ruedo, se tira la puntada de invitar al ganadero a que lo acompañe, éste acepta.

Menos de tres horas de la corrida de carnaval, el hato de Piedras Negras decepcionó en cuanto a trapío, qué bueno que la gente que casi llenó la plaza, haga valer lo que paga en la taquilla, ahí quedó la bronca del sexto como testimonio. Qué pena, no recuerdo algo así con los famosos toros encorbatados. ¡Venga!, será pa´lotra.