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Perros comunitarios se convierten en un problema en Atlixco
Los llamados perros comunitarios se están convirtiendo en un problema social en diversos fraccionamientos de la mancha urbana atlixquense, ya que, pese a que los vecinos dicen ser dueños de todos, ninguno se hace cargo realmente de estas mascotas.
Desde administraciones pasadas, este problema causó controversia, debido a que, pese a los reportes de otro sector de los vecinos, al llegar la perrera municipal para llevárselos bajo resguardo hasta que alguien se comprometiera a hacerse responsable completamente de los animales, los empleados municipales eran agredidos por los que se decían dueños del animal.
Las denuncias por la desobligación que tienen, quienes presuntamente protegen a los perros, aumentaron; tal es el caso del fraccionamiento la Candelaria, donde vecinos señalaron estar cansados de que estas mascotas comunitarias defequen en la banqueta y que nadie se haga responsable de levantar sus heces.
Alertaron sobre la existencia de una perrita que suele ser agresiva: “los vecinos dicen que no los corren porque cuidan al fraccionamiento que es abierto, pero no se dan cuenta que el animal no identifica si es vecino o externo a cualquier persona pueden atacar”.
Lo mismo sucede en la unidad habitacional Las Monjas, así lo relató Gil Martínez: “personas que tienen perros o adoptan perros, son irresponsables, los adoptan a medias, solo les dan de comer, pero los deja que hagan sus necesidades donde les place a los perros, no importándoles, por eso la unidad huele feo. Perro y gatos hacen de las suyas por las personas irresponsables. No me opongo a que tengan mascotas pero que sean responsables de juntar sus heces”.
Pidieron que ahora que existe el reglamento de bienestar animal, se regule esta situación y se sancione a quienes convierten a su mascota en el perro del vecindario.
Otras consecuencias de que exista un perro comunitario es que ninguno de los vecinos se hace responsable de la esterilización del cuadrupedo, por lo que se reproducen sin control trayendo más animalitos a las unidades habitacionales y muchos de ellos acaban vagabundeando por Atlixco.