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IBERO Puebla crea laboratorio editorial único en América Latina
El oficio de editor, el arte de hacer lo posible y lo imposible para que un libro vea la luz, es una de las profesiones más antiguas del mundo. Estos profesionales han recorrido grandes revoluciones con otros nombres y rostros distintos: desde el rollo hasta la imprenta de Gutenberg; del linotipo a la imprenta offset; de la impresión digital al e-book.
Los editores han tenido muchas etapas dadas a veces por florecimientos o transformaciones culturales, otras por rebeliones estéticas, y unas más como la que estamos viviendo: nuevas tecnologías y acontecimientos socioculturales y económicos, cuya influencia promete ser no menos revolucionaria que la invención de los tipos móviles.
En este contexto, el Dr. José Sánchez Carbó, director del Departamento de Humanidades de la IBERO Puebla señaló que la universidad jesuita busca generar nuevos espacios académicos con innovación tecnológica que contribuyan a la formación profesional de los estudiantes. “El próximo jueves 24 de marzo, a través de la Licenciatura en Literatura y Filosofía llevaremos a cabo la inauguración del primer Laboratorio Editorial de impresión bajo demanda, en América Latina”.
Este Laboratorio de impresión bajo demanda proporcionará a nuestra comunidad universitaria un espacio de investigación, experimentación sobre la escritura, la edición, el diseño editorial, las artes librarías y el mercado.
“Cada estudiante podrá crear experiencias y mediaciones lectoras, ajustándose a un modelo de impresión que, apuesta por la oferta y la demanda, así como las negociaciones con la industria” destacó el Dr. Sánchez Carbó.
Por su parte, la Dra. Diana Jaramillo Juárez, coordinadora de la Licenciatura en Literatura y Filosofía señaló que la llegada de la pandemia confirmó que la impresión bajo demanda para editoriales independientes y universitarias era la salida a un lector que, o bien se quedaba en su casa y prefería leer en dispositivos, o solicitaba eléctricamente los títulos en soporte físico. Lo cierto es que, a pesar de innegables cambios de paradigmas en los soportes y los modos de lectura, el libro no podrá desaparecer.
Así, en la primavera de 2020, cuando el covid-19 obligó a las librerías y otros puntos de venta minoristas no esenciales a cerrar durante semanas y meses, junto con las escuelas y partes importantes de la fuerza laboral que trabajaban desde casa, el consumo digital de libros en cualquier forma vio un pico instantáneo que a menudo resultó ser masivo.
“Como humanistas tenemos la certeza de que el libro no va a desaparecer, como no lo ha hecho en casi dos mil años; va a convivir en distintos formatos porque la lectura es inherente a nuestra cultura, a nuestra manera de comunicarnos, a nuestra necesidad de permanecer y lo que cambia, quizás, es el modo de leer, no así el placer o el conocimiento que la lectura otorga” comentó la Coordinadora de la Licenciatura en Literatura y Filosofía.
Cabe destacar que este espacio único en Puebla, está dotado de herramienta tecnológica por parte de RICOH, que a través del Mtro. Carlos Zamora Arroyo, director de Comunicación Gráfica, señaló que el tema de transformación digital nos ha alcanzado y la pandemia lo ha acelerado. “En esta transformación digital, es muy importante hablar de la revolución de nuestra mente, de cómo adaptarnos en estos entornos, y contribuir a formar perfiles profesionales y académicos más sólidos”.
Actualmente, en Europa el 50% de los libros se imprimen bajo demanda, al igual que en algunos países de América Latina. Esto, gracias a que la tecnología digita bajo demanda está cobrando mayor relevancia entre los editores, especialmente en Latinoamérica.
Igualmente, el representante de RICOH mencionó varios beneficios que tiene la impresión bajo demanda, uno de ellos es el hecho de que el modelo de negocios ha cambiado: primero los libros se venden y después se imprimen, esto gracias a la tecnología digital.
“Esta tecnología ha permitido que el mundo editorial sea más asertivo en el momento de comprar, así como reducir materiales y pérdidas, y producir de una manera más sustentable cuidando la casa común” Zamora Arrollo.