Este 16 de marzo se conmemora el 68 natalicio de Mónica Mayer, pionera del arte feminista y del performance en México y América Latina, lo que nos lleva a dar un recorrido por su trayectoria artística, así como dar a conocer el alcance que ha mantenido su expresión artística.

Mayer nació el 16 de marzo de 1954 en la Ciudad de México (CDMX). Atendiendo a sus convicciones, decidió estudiar Artes visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); más tarde, también obtuvo una maestría en Sociología del arte en el Goddard College.

El trabajo revolucionario de Mónica Mayer

Siguiendo un enfoque de continua libertad y transformación, Mayer incursionó en el activismo feminista a partir del arte en el performance, la gráfica digital, el dibujo, la fotografía y la teoría del arte con la finalidad de manifestar y atender los prejuicios que han invisibilizado el actuar femenino.

Desde su sentido crítico y reflexivo, se ha desempeñado como conferencista, tallerista y artista, en este último, Mónica Mayer se ha enfocado en generar materiales que reflejen una mirada histórica de la contemporaneidad vinculada con las nuevas generaciones de artistas feministas.

¿Qué significa para Mónica hacer performance?

De acuerdo con una entrevista que la UNAM le hizo a Mayer, el performance para ella es una forma de expresión artística en la que no solo se busca convencer al espectador, sino también generar una reacción, ya sea positiva o negativa. “Lo importante es que fomente la reflexión”, señaló.

Desde esta mirada, Mónica utiliza su cuerpo como un medio de representación valiéndose de dos factores: la sorpresa y la improvisación; donde el público tiene la oportunidad de ver la obra y reflexionar sobre lo que está presenciando.

¿En qué proyectos ha influido su arte feminista?

A lo largo de su trayectoria artística, desarrolló “El tendedero” (1978) en el Museo de Arte Moderno de la CDMX, una obra performativa que denuncia la violencia sexual en contra de las mujeres y que en la última década ha sido retomada por colectivos feministas.

Mónica Mayer’s 1978 work El Tendedero (The Clothesline) has sparked conversation and action surrounding violence against women. Join us on November 11 and 12 to hear from Mayer about El Tendedero and the intersection of art and activism.https://t.co/40x1S8WXcJ pic.twitter.com/kzzOBBNtx5

— Newfields (@NewfieldsToday) November 5, 2020

En los años ochenta, creó “Polvo de gallina negra”, primer colectivo de arte feminista en la República Mexicana, que atendió las necesidades de las mujeres como un mecanismo de libre expresión.

Inspired by “El Tendedero” (The Clothesline), an art installation first presented by artist Monica Mayer in 1978, women have been creating new public spaces to speak out against the multiple violences we face. In Monterrey, a tendedero hangs in front of the govt palace #8M pic.twitter.com/IG4EWo6qvC

— Chantal Flores (@chantal_f) March 8, 2022

¿Cuáles han sido sus obras más representativas?

Algunas de sus obras son “El arte como un marido aburrido e infiel”, “Clase, género y arte: que no las veamos no quiere decir que no estén”, “El performance como ritual personal”, “Un día sin lentes”, “Cuando lo político es personal” e “Imágenes de una marcha”,

Gracias a su labor incesable en el desarrollo artístico, ha logrado cambiar la historia del arte en México y Latinoamérica, lo que invita a analizar de manera más crítica: ¿cuál es la influencia del arte en el feminismo?, ¿qué están haciendo las mujeres artistas y cómo está influyendo en la sociedad actual?.