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Restauración de Santiago Apóstol en Puebla llega a su etapa final

  • Andrea Morales
La escultura de Santiago Apóstol en Izúcar de Matamoros sufrió graves afectaciones tras el sismo del 2017
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Tras cuatro años de continua restauración, la venerada escultura de Santiago Apóstol de Izúcar de Matamoros del estado de Puebla llegó a su etapa final bajo el auspicio de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Luego de los daños generados durante el sismo del 19 de septiembre de 2017, la estructura de esta pieza devocional que supera los 2.5 metros de altura se desplomó simultáneamente con la destrucción de la cúpula de su parroquia en el municipio poblano de Izúcar de Matamoros.

Diversos especialistas del INAH se involucraron en la restauración de la obra, datada entre finales del siglo XVII e inicios del XVIII, la cual incluía una montura que no correspondía a la creación técnica del conjunto escultórico original, motivo por el que contará con una réplica, que será ejecutada por talladores expertos.

La restauración fue dividida en cuatro etapas. Para comenzar, se realizó una investigación que incluyó aspectos históricos, de manufactura, deterioros e intervenciones previas de restauración, además de la implementación de los materiales y el conocimiento de aspectos antropológicos que le rodean, pues se trata de una imagen profundamente venerada que, incluso es considerada milagrosa por gente de la región.

Durante la intervención de la escultura ligera de Santiago Apóstol, se dio la oportunidad única para fragmentar su técnica de manufactura, mostrando una estratigrafía que comprende: un tubo de papel amate, seguido de cañuelas de maíz alineadas, pasta de maíz, entelados de lino y, finalmente, una base de preparación sobre la que recae la policromía.

La restauradora de peritaje de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), Roxana Romero Castro elaboró un dictamen de conservación previo al sismo de 2017 a petición de la comunidad de Izúcar de Matamoros. Algunos deterioros que ya afectaban al conjunto escultórico fueron los siguientes: grietas, pérdida de material y de estratos pictóricos, por mencionar algunos.

Asimismo, se refiere que, al ser una pieza devocional, se tomó la decisión de diseñar una réplica que permita la manipulación segura por parte de los feligreses, “ya que los materiales tienen memoria y si no hay una correcta manipulación se puede volver a dañar la escultura” mencionó la restauradora de peritaje.

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