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El Relicario, cuarta corrida invernal: ¡Qué gusto verte, “Soro”!

  • Jaime Oaxaca
Falleció doña Celia Jiménez, era de armas tomar y una buena aficionada a los toros
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El pasado viernes falleció doña Celia Jiménez, esposa de Héctor Budar, un torero en retiro que fue empresario, apoderado, juez de plaza, se inventó el título de “Los Toros Hablados” cuando era presidente de la Asociación Taurina de Puebla, A.C. 

Celia era una buena aficionada a los toros; de origen cubano casada con Héctor, vino a este país.

En 1985, me parece que el 12 de octubre, debutó en la placita de Coca, adelante de la ciudad de Puebla, Víctor Hugo Camacho, hermano del novillero Marco Antonio, ambos hijos del doctor Cosme Camacho. Víctor Hugo alternó con Ismael Gómez Mayito, Juan Antonio Hernández, hoy el “Torero Azteca”; no recuerdo al otro alternante, ni la procedencia de la novillada.

El debutante toreó bien, metió la espada, el novillo dobló. Mi menda estaba sentado cerca de Gilberto Villegas, uno de los mejores jueces de plaza que ha tenido Puebla, ya tenía el pañuelo en la mano para conceder la oreja. Pero el puntillero levantó al burel y la oreja se esfumó.

El puntillero fue Héctor Vega “EL Cata”. 

A la salida de la plaza me crucé con Celia, llevaba una sombrilla en la mano. “¿Has visto al ‘Cata’?”–me preguntó; en realidad les preguntaba a todos sus conocidos– “lo ando buscando para agarrarlo a sombrillazos porque levantó al novillo”. No se trataba de una broma, Celia era de armas tomar.

Un abrazo a su esposo Héctor, el tatiaxca del grupo Tradiciones y Cultura; a sus hijos: Xóchitl, Juan Felipe y Alejandrina. 

Hasta siempre, querida Celia.

 

El pasado viernes se le rindió un reconocimiento a Vicente Ruiz Soro “El Soro”. Primero en el patio de cuadrillas se develó una plaza y después del paseíllo, lo invitaron a dar la vuelta al ruedo.

Qué lástima que no lo anunciaran con antelación. Desconozco si lo planearon con tiempo o a la mera hora surgió la posibilidad de traerlo. Para la afición hubiera resultado agradable enterarse. Homenajear a un torero de la categoría de “El Soro” es para cacarearlo fuerte. Ese tipo de actividades estrechan las relaciones del público con la empresa. 

Imagine usted que traen a Jorge Gutiérrez y al “Soro” y homenajean a los dos, ¡por fin hubieran llenado la plaza!

El domingo pasado toreó en la plaza México Fermín Quiroz. De los subalternos que torearon en la inauguración del Relicario, Fermín es el único que sigue activo, podrían haberlo invitado. Actualmente, como parte del grupo de monosabios de El Relicario, está José Luis Quintero, el primer alguacil que partió plaza en el coso poblano. Asimismo, Fernando García estaba como juez de callejón, tal como en la inauguración de la plaza. Invitarlos a la ceremonia de develación de la placa hubiera sido un complemento chipén. En fin… 

Ampliamente conocido es que los toros de Reyes Huerta los estoquearon David Silveti, Jorge Gutiérrez y “El Soro”, en noviembre 19 de 1988, en lo que fue la inauguración de El Relicario, la plaza que José Ángel López Lima regaló a la afición poblana. 

De Jorge y David, no necesita explicarse el porqué fueron contratados, eran las figuras mexicanas. 

¿El Soro, por qué vino a torear a Puebla? 

López Lima, la cabeza de la empresa que organizaría las corridas inaugurales, quería una figura española. 

En 1988, lidereó el escalafón español Juan Antonio Ruiz “Espartaco”, lo hacía desde 1985 y continuó varios años después. Sin embargo, no fue posible contratarlo. “El Soro” ocupaba el tercer lugar de escalafón hispano, había actuado 69 tardes, fue su mejor año taurino. Se trataba de un diestro importante. 

Por si fuera poco, Vicente Ruiz era el sobreviviente de aquel cartel maldito de Pozoblanco, del 26 de septiembre de 1984, ese día actuaron con él, Francisco Rivera “Paquirri” y José Cubero “Yiyo”.  

Aquella aciaga tarde el toro “Avispado” de la ganadería de Sayalero y Bandrés le infirió una cornada mortal a “Paquirri”

Antes que transcurriera un año, en Colmenar Viejo, el 30 de agosto de 1985, “Yiyo” se encuentra con "Burlero", de Marcos Núñez, y éste, literalmente le parte el corazón. 

Tiempo después llegaron los problemas en las piernas de “El Soro”, más la infección de una rodilla por una prótesis, pero no se dobló. Tuvo agallas para vestirse luces a los 55 años de edad, con prótesis y piernas lesionadas para actuar en Valencia, en plena feria de Fallas en marzo de 2015. 

Pues ese “Soro”, fue el que estuvo el viernes en El Relicario, en una remembranza de su actuación hace 33 años. Recordamos a ese joven que vestía de negro y oro, que en plena carrera giraba dos ocasiones ante el toro, que ya le hacía el viaje y terminaba clavando el par de garapullos. Toreó nuevamente el 1 de enero del año siguiente, el juez indultó a “Timbalero” de Xajay. No regresó a Puebla, hasta hoy. 

Ahora, tiene problemas para desplazarse, pero su ánimo y taurinismo permanecen intactos. A sus habilidades agregue usted la de tocar la trompeta. Lo hace bien.  

¡Qué gusto verte, “Soro”! 

 

Fotos: Jaime Oaxaca

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