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Florece trata de menores en centro-sur del país, alertan

CDMX, Estado de México, Chiapas, Puebla, Oaxaca, Tlaxcala y Guerrero, donde más ocurre este ilícito
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El cuarto y último día de la Semana de la niñez concluyó con una sentencia que toma el pulso de la juventud: “Somos la voz y la fuerza de las siguientes generacionesSi el presente se construye hoy, el futuro está hecho”, pronunció uno de los asistentes al evento organizado por la Comisión de Derechos Humanos de Puebla. Las charlas finales versaron en torno a temas de interés para las infancias, pero fue a los adultos a quienes les tocó escuchar en el tramo final.

La trata de personas es conocida como la “esclavitud moderna” y consiste en la apropiación y anulación de los atributos de una persona. A finales del siglo XIX se conocía como “trata de blancas” porque afectaba principalmente a mujeres caucásicas. Tras un pronunciamiento de la ONU en 1949, comenzó a comprenderse como un fenómeno mundial con diferentes modalidades de explotación.

En diciembre del 2000, 147 países firmaron la Convención de Naciones Unidas contra el Crimen Organizado Trasnacional y dos protocolos complementarios: uno contra la trata de personas (Protocolo Palermo) y otro contra el tráfico de migrantes. Siete años después, en México se publicó la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas.

Durante su charla a dos mil jóvenes internautas, la Mtra. Ana Gamboa Muñoz, responsable del Observatorio de Violencia Social y de Género del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (IDHIE) de la IBERO Puebla, profundizo en los elementos que caracterizan a la trata: una actividad en la que se capta a una víctima mediante múltiples medios con el propósito de explotarla.

En la etapa de enganche, los tratantes contactan a las infancias y adolescencias a través de medios de comunicación bajo propuestas de trabajo, viajes, educación o encuentros románticos. Una vez embaucada, la persona puede ser trasladada de un destino a otro donde pueda ser explotada, lo cual puede suponer atravesar fronteras a través de rutas trazadas por redes criminales.

Dicho proceso contempla el uso de la fuerza, el engaño y las amenazas para concretar el ilícito. “Los delincuentes hacen identificaciones falsas. Cuando están en los aeropuertos, argumentan que la persona raptada es familiar suyo”, desarrolló la experta.

El reclutamiento de niñas, niños y adolescentes tiene propósitos esclavizantes que van desde la servidumbre, la violencia sexual, el matrimonio forzado y la explotación laboral hasta participación en actividades criminales, comercio de infantes y tráfico de órganos. Para evitar ser víctima de este crimen, Gamboa Muñoz recomendó no hablar ni aceptar regalos de desconocidos, memorizar teléfonos de emergencia y recordar que cualquier persona puede ser tratante.

Somos voz y fuerza

En su artículo 12°, la Convención sobre los Derechos de la Niñez de la ONU contempla la participación de los menores en actividades de interés público. Lo mismo establece la Ley General de Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes de nuestro país, la cual ajusta la figura jurídica de las infancias para que dejen de ser objetos de protección y se conviertan en sujetos de derechos.

Como parte de su ponencia en la materia, Carlos de Jesús Hernández Quijano, secretario técnico del Consejo de Participación Ciudadana para la Niñez y la Adolescencia de Puebla, expuso algunas condiciones mínimas para el ejercicio participativo: la información, la consulta, la participación acompañada y la organización independiente por parte de menores son síntomas de pluralidad.

Las infancias han de ser tomadas en cuenta para evitar bucles de falta de participación por carencias de experiencia y viceversa. Para ello, explicó el experto, es fundamental crear alianzas de enseñanza y aprendizaje mutuos que conduzcan a futuros sustentables. “Debemos dejar esa visión adultocentrista de que el adulto habla y el niño escucha”.

En correspondencia al objetivo de la sesión, un grupo de adolescentes tomó la voz para expresar sus preocupaciones acerca de temáticas relacionadas con el regreso a clases presenciales, la participación ciudadana, la violencia, la discriminación y la desigualdad.

Mientras que Karla Daniela consideró que la vuelta a las aulas se ve amenazada por el incumplimiento de las medidas de bioseguridad por parte de sus coetáneos, Christopher indicó que las escuelas deberían apoyar a los jóvenes y niños en situación de pobreza para que puedan contar con competencias mínimas para enfrentarse al mundo laboral y mejorar sus condiciones de vida.

Por su parte, Aldo Giovanni expuso las condiciones de vulnerabilidad que aquejan a las mujeres y niñas de su natal Zacapoaxtla. Al mismo tiempo, denunció que los prejuicios de su entorno lo privan de practicar su lengua materna libremente. “Quiero que las personas de diferentes regiones sean escuchadas y ayudadas”.

En representación del Proyecto para los niños acatlencos, A. C., Concepción llamó erradicar los prejuicios con base en las condiciones de discapacidad, posición social y género, pues los casos de acoso escolar impulsados por factores discriminatorios pueden desembocar en atentados contra la integridad física. A su vez, Lydia Patricia recordó que el trabajo infantil priva a los menores de su niñez y pone en riesgo su desarrollo cognitivo, emocional y social.

Miguel Ángel, el último en tomar la palabra, expresó que cuando las juventudes conviven con la violencia en su día a día se vuelve complicado sanar las heridas y construir entornos de paz. “A los adolescentes se nos considera que estamos en rebeldía, que estamos confundidos, cuando en realidad estamos al pendiente de lo que sucede en nuestras casas y nuestro país”, refrendó el joven poblano.

Volver a ver las sesiones:

Trata infantil:

https://www.facebook.com/CDHPuebla/videos/783298545953346

Derecho de participación y ciudadanía de NNA:

https://www.facebook.com/CDHPuebla/videos/520506172447611

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