Plagiar a José Andrés de Larrañaga Canalizo fue consensuado por sus tres compañeros de escuela desde el pasado 26 de septiembre, fecha en la que Pablo J. ofreció 50 mil pesos a sus cómplices, Abraham H. y Arturo P., para llevar a la víctima, con engaños, hasta el coche donde finalmente lo estrangularían.

Así lo dio a conocer el agente del Ministerio Público adscrito a la Fiscalía General del Estado (FGE) durante la audiencia que concluyó la madrugada de este miércoles y en la cual, se les formuló imputación a los tres jóvenes por el delito de homicidio calificado, por lo que a su vez se ordenó su traslado al penal de San Miguel como medida cautelar.

En el acto procesal que dio inicio hacia las 22:00 horas del martes y concluyó a las 3:00 horas del miércoles, se presentaron datos de prueba a la juez de control para acreditar que Pablo, Abraham y Arturo actuaron con premeditación el 1 de octubre, cuando privaron de la libertad a su compañero en la Universidad de Ciencias y Desarrollo (UDES).

Pablo decía que su papá era huachicolero

Víctima y victimarios, todos estudiantes de Mecánica, tenían una relación de amistad tras cinco semestres cursados en la UDES, según relató en su declaración, supuestamente voluntaria, Arturo P., quien finalmente confesó cómo planearon el plagio de José Andrés, a quien le decían "El Güero".

En la declaración que fue vertida íntegramente por el Ministerio Público, Arturo dijo que fue el 26 de septiembre cuando Pablo se reunió con él y Abraham en el taller de mecánica de la UDES, a fin de proponerles un negocio que "su jefe", haciendo referencia a su papá, le había propuesto.

Pablo presumía que su papá se dedicaba al huachicol, por lo que les dijo a Arturo y a Abraham que junto con él ya había maquilado levantar a El Güero, ya que lo había estado investigando y presumía mucho en sus redes sociales tanto sus propiedades, sus cuatrimotos, y sus viajes lujosos.

Arturo tenía que hacer que, mediante engaños, José Andrés se subiera al coche de Abraham, un Nissan Versa color plata, donde Pablo también estaría y juntos los tres lo privarían de la libertad a fin de obtener dinero mediante el pago de algún rescate, por lo que les prometió que  les daría 50 mil pesos a cada uno.

Lo engañaron con visitar a un profesor para negociar una calificación

Arturo declaró que tanto él como Abraham aceptaron, pero no volvieron a hablar de nada hasta el 1 de octubre, cuando establecieron que engañarían a José Andrés con ir a visitar al maestro Óscar a fin de negociar un aumento de su calificación, toda vez que todos tenían problemas de aprovechamiento.

Fue al finalizar sus clases que Arturo y José Andrés salieron de la UDES en la colonia Los Volcanes; caminaron y se encontraron con Pablo y Abraham, quienes ya los esperaban en el Nissan Versa para supuestamente ir a negociar su calificación con el maestro Óscar.

Sin embargo los jóvenes circularon hasta llegar a las inmediaciones de Plaza Crystal, la colonia El Cerrito, de la ciudad de Puebla, donde Arturo reconoció que él manejaba mientras Pablo y Abraham comenzaron a golpear y estrangular a José Andrés, quien por supervivencia incluso ofreció "ayudar" a Pablo con dinero para que no le hicieran nada.

Metieron su cuerpo a la cajuela y tiraron su mochila por Angelópolis

Arturo narró que tras estrangular a Andrés, volvieron al estacionamiento de Bodega Aurrera de la 11 Sur y 31 Poniente, donde Pablo volvió a la escuela para recoger el automóvil Mitsubishi Lancer de su víctima y trasladarse todos juntos hasta la colonia Unidad Magisterial México 68.

Fue en un callejón donde Pablo y Abraham se encargaron de pasar el cuerpo de José Andrés, del asiento trasero del Nissan Versa a la cajuela del Mitsubishi Lancer.

Mientras Pablo se encargó de buscar dónde dejar estacionado el coche con el cadáver, ya que vivía en esa colonia pero no podía llevarlo a su cochera, Abraham y Arturo se fueron a su casa, no sin antes abandonar la mochila de Andrés Larrañaga en las inmediaciones de Angelópolis.

Fue hasta cerca de las 6:30 de la mañana del martes 2 de octubre cuando Pablo se encargó de mover el Mitsubishi Lancer y dirigirse rumbo a Acajete en compañía de Abraham, donde ahora se sabe, semienterraron el cuerpo de José Andrés con ayuda de una pala que una vecina le prestó a Pablo.

Posteriormente, se trasladaron al municipio de Acatzingo, donde abandonaron el automóvil de José Andrés sin esperar que sería la noche de ese mismo día cuando la policía encontraría el vehículo y lo pondría a resguardo en la Comandancia.

Aunque fuentes cercanas al caso aseguraron que la supuesta declaración fue obtenida mediante engaños, el relato se convierte en la principal evidencia con la que cuenta la FGE para demostrar la presunta  culpabilidad de Abraham, Arturo y Pablo, cuya situación legal se decidirá en una audiencia diversa a celebrarse en los próximos días.