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Procesión reúne a 150 mil, sin políticos, y con rezos por la paz

  • Ana Fernández
No podemos vivir con ese desprecio a la vida, con esa falta de respeto a la persona, dijo el arzobispo de Puebla en alusión a las ejecuciones y mensajes de violencia
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La Procesión del Viernes Santo en Puebla reunió a las aproximadamente 150 mil personas que estaban previstas y debió dedicar uno de sus principales mensajes al tema de la inseguridad en el estado y en el país.

“Estamos viviendo momentos muy difíciles. Pienso que en todo México la situación es muy complicada, por eso hago un llamado a la sociedad - nos incluimos nosotros, como iglesia-, a las instituciones y gobiernos, a que pongamos nuestro esfuerzo para salir de esta situación”, dijo el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa al iniciar la conmemoración de la muerte de Cristo.

“Trabajemos porque reinen la paz y la seguridad. No podemos vivir con ese desprecio a la vida, con esa falta de respeto a la persona (…), dijo en clara referencia a la aparición de cuerpos de ejecutados en la ciudad de Puebla y en lugares del interior del estado.

Desde el martes pasado hicimos el llamado para que dejen de aparecer este tipo de extorsiones, secuestros, levantones, balaceras y vivamos en paz y en estos días santos con mayor razón”, manifestó Sánchez Espinosa.

Llegado el mediodía dio inicio la XXVII edición de la Procesión de Viernes Santo, por el primer cuadro de la ciudad de Puebla,  encabezada por el arzobispo a quien acompañaba el rector de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), Emilio Baños Ardavín.

A diferencia de hace un año, el alcalde Luis Banck Serrato y su esposa Susana Ángulo no se incorporaron al contingente. Tampoco participaron funcionarios o personajes del ámbito político.

Desde el balcón de la Sala de Regidores, del Palacio Municipal, Juan Carlos Espina, regidor panista observó la procesión al lado de su familia. Posteriormente, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Montiel Solana se unió a la conmemoración.

Cinco imágenes recorrieron en hombros de los feligreses las principales calles del Centro Histórico: la Virgen de la Soledad, Jesús de las Tres Caídas, la Virgen de los Dolores, Jesús de Nazareno y el Señor de las Maravillas, en las que participaron mil 500 nazarenos.

Sánchez Espinosa aseguró que la Procesión de Viernes Santo que se realiza año con año en la Angelópolis se asemeja en importancia a las que se realizan en Iztapalapa y en San Luis Potosí.

A diferencia de 2017, cuando el arzobispo empleó un auto eléctrico para realizar el recorrido debido a su delicado estado de salud, este día acompañó a pie al contingente que partió del atrio de la Catedral hacia la Iglesia de Guadalupe, para después retornar al punto de salida.

Los asistentes, hombres, mujeres y niños de todas las edades se sumaron los grupos de tamborileros y matraqueros que marcaban el paso de la procesión.

El fervor de los participantes  no menguó  pese al apabullante sol que se hizo presente en más de la mitad del recorrido. Los creyentes no se detuvieron y continuaron los más de 2 kilómetros de procesión, acompañando también con aplausos a las imágenes religiosas.

Aunque este mismo viernes  comenzaron oficialmente las campañas del proceso electoral federal, la propaganda política no se hizo presente durante las cinco horas que duró la procesión.

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