Las calles de la ciudad de Puebla vieron desbordada la fe católica con la participación de más de 150 mil poblanos en la Procesión de Viernes Santo por las calles del Centro Histórico.

Las cinco imágenes más veneradas durante el año transitaron por las calles capitalinas: La Virgen de la Soledad, Jesús de las Tres Caídas, La Virgen de los Dolores, Jesús Nazareno de San José y El Señor de las Maravillas.

La procesión inició al mediodía en el atrio de Catedral con una reflexión del arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, quien pidió a los fieles que realicen un análisis interior sobre los actos realizados y sobre lo que representa la Semana Santa. 

El jerarca de la Iglesia Católica dio la bendición y de manera inmediata inició la oración del “Yo Pecador”, con lo que dio comenzó la Procesión del Viernes Santo, encabezada por “La Cruz Guía” y la imagen de La Soledad.

La procesión y los poblanos 

Una a una salieron las diferentes imágenes que participaron en la Procesión. Los contingentes de fieles católicos tomaron la 16 de Septiembre para después recorrer la calle Juan de Palafox y Mendoza, pasando por el Palacio Municipal. Luego tomaron la 2 Norte y la 4 Oriente-Poniente hasta la 11 Norte-Sur.

Mujeres con velos negros en los rostros, niños que en sus manos llevaron matracas con formas de cruces, angelitos que portaron símbolos de la Pasión y Muerte de Jesús, tambores, entre otros aspectos, dieron vida a esta procesión de Viernes Santo.

Las calles lucieron llenas de familias enteras, en las que la edad no importó, ya que el mismo entusiasmo se notaba en la cara de las personas de la tercera edad, que en los niños que en muchas ocasiones eran cargados por sus padres. 

El Señor de las Maravillas la imagen más venerada 

A su paso, miles de poblanos observaron a las imágenes y sin duda, El Señor de las Maravillas fue el más aclamado por los poblanos ya que, al pasar por las calles, los creyentes se desbordaron en porras, lágrimas y diferentes oraciones para pedirle un milagro para sus seres queridos.

"Yo vengo cada año desde Tepeaca a ver al Señor de las Maravillas", dijo emocionada la señora Carmela Salazar, quien con 12 miembros de su familia acudieron a la procesión. Desde temprano buscamos un buen lugar y es una tradición hermosa que le inculco a mis hijos, dijo. 

Las céntricas calles de la ciudad no daban lugar a más personas, ya que caminar por las banquetas en algunos puntos se volvió complicado, pero no por ello, los contingentes dejaron de avanzar.

Este año los devotos al Señor de las Maravillas regalaron incluso algunos cilindros de color amarillo en los que se leyó la leyenda: "gracias por tus bendiciones".

Encapuchados en la procesión de Puebla 

Por primera vez en la procesión de Viernes Santo que se celebra en Puebla, se integró un contingente de encapuchados, replica de los de Sevilla España. 

La veintena de encapuchados vistieron de negro con bandas rojas, lo que causó expectación entre los asistentes. "Qué son ellos? —le preguntó un niño a su mamá, que se limitó a responder "son encapuchados"—.

Todos llevamos un Cristo Sufriente 

En una segunda reflexión, el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa dijo a los miles de católicos que lo acompañaban  que "todos llevamos un Cristo Sufriente".

Sánchez Espinosa pidió a los miles de católicos que, pese al fuerte calor que azotó a la capital poblana, no claudicaran en su fe y reflexionaran sobre el significado de la Pasión y Muerte de Jesús.

Fue alrededor de las 13:30 horas, frente al templo de La Virgen de Guadalupe, que el jerarca de la grey católica pidió mantener la esperanza a pesar de las adversidades.

Con ello se demostró que el Viernes Santo es una tradición que siempre está viva entre los poblanos, quienes cada año asisten a la Catedral para participar en la Procesión que representa la Pasión y Muerte de Jesús en El Calvario.

La Procesión de Viernes Santo culminó frente a la Catedral de Puebla, con la lectura de las Siete Palabras, que representan los últimos segundos de la vida de Jesús, ya clavado en la Cruz

Al finalizar, el líder de la grey católica expresó que la Semana Santa es un tiempo de reflexión y recordó que "mañana por la noche, para amanecer domingo, celebraremos a ese Cristo de Viernes Santo como un Cristo glorioso, resucitado, que está vivo".