“Ganó don Máximo, perdió Peña Nieto…”
- Juan de Dios Andrade
La intención de don Máximo no era ganar, sino hacerlo por dos dígitos y de la manera más abultada posible. Este domingo, ese “sueño posible” se cumplió cabalmente. Con mucha antelación, anunció lo que ganaría y lo que iba a perder, lo que pasa es que pocos prestaron atención. Los expertos dicen que quien tiene el poder debe actuar como un “profeta” que “anuncia” lo que va a ocurrir y si así sucede, significa que de verdad lo posee. Los que vaticinaron que el poder presidencial lo iba a hacer pedazos, fueron testigos de que, el domingo, las cosas caminaron en otro sentido…
El 7 de julio fue una jornada electoral digna de recordarse y el triunfo de Toni Gali y la Alianza Puebla Unida simbolizó un paso muy grande en los planes de don Máximo para 2018. Los incidentes ocurridos fueron de poca monta y como decíamos cuando niños: “fueron puras chinampinas”. Al PRI le fue muy mal en las elecciones en otros estados y en Puebla ocurrió la debacle. Gali y sus aliados deben sentirse muy satisfechos porque pocos creyeron posible los dos dígitos de ventaja que finalmente obtuvo. Al cerrar edición, todo apunta a una diferencia de más de 14 puntos y habrá que esperar al cómputo final para confirmarlo…
“Entre la paz y la concordia…”
En el contexto, hubo dos atentados en Baja California, enfrentamientos en varias partes de los estados en comicios, encadenaron la casilla en la que iba a votar Madero, robaron urnas y boletas, mientras en Puebla el CCE y Coparmex denunciaron que la Alianza 5 de Mayo ofreció hasta 1,500 pesos por voto. Lo anterior sirve para comprobar que México ya cambió y que la ciudadanía no se deja intimidar por la violencia. El domingo los electores hablaron y lo hicieron de manera categórica en Puebla: no querían una vuelta al pasado. Los estrategas de Agüera no entendieron que los ciudadanos prefieren la paz y no las confrontaciones…
El mensaje en las urnas fue inequívoco: la pluralidad y complejidad implican acuerdos y consensos para ganarse la confianza de la gente. En la campaña, una de las dos alianzas entró en contradicción al ostentarse como tal, pero montada en una estrategia de polarización creciente…
“Unidad estratégica y ejecutiva…”
Toni Gali fue el que mejor logró ganarse la confianza de los votantes y lo pudo hacer porque desarrolló un discurso consistente, contando con una estrategia y coordinación adecuada a los objetivos. Enrique Agüera, por el contrario, adoleció de lo anterior y, además, sobre la marcha cambiaron al menos tres veces de estrategia. Sin darse cuenta, caminó directo al fracaso…
Así como del lado de Toni Gali los que estaban a cargo del diseño estratégico y de su ejecución, estuvieron a la sombra, en el caso de Enrique Agüera se peleaban por los reflectores y así vimos a un delegado que de ordinario desplazaba al delegado presidente y al propio candidato. Quizá alguien olvidó decirle a Moreno Peña que él no debía ser el hombre del momento y que a cada incursión de su parte, correspondería una erosión para Agüera y las consecuencias están a la vista…
Las cabezas del equipo de Gali hicieron un gran trabajo y no pretendo regatearles nada, pero es importante saber que ganó por la ciudadanía que confió en él, por los panistas de a pie y militantes de los partidos de la Alianza que se fletaron todos los días recorriendo las calles de Puebla, hasta acabar cada jornada con la piel roja como camarón. Sobre ellos se fincó su victoria…
“Una Secretaria engañada…”
Mientras las encuestas serias apuntaban al triunfo de Gali por dos dígitos, llama la atención que Ivonne Ortega, secretaria General del PRI, dijese el mismo domingo que Puebla y Baja California eran prioritarias para su partido. En Baja California, con el 78.93% de casillas computadas, la ventaja de “Kiko” Vega era de 4 puntos y en Puebla, el resultado se antoja apabullante. ¿Quién engañó a Ivonne Ortega porque parece que, primero, la trajeron a una emboscada y luego la sustrajeron de la realidad cuando declaró que ellos habían ganado? De haberle mostrado las verdaderas tendencias, ella habría sido más cauta y no habría dicho que aceptarían el resultado, ni que habían ganado la mayoría en el Congreso…
No creo que la señora vaya a perdonar el papelón que le hicieron pasar sus propios compañeros de partido y hay que esperar la reacción de Peña Nieto, porque se opusieron a que el candidato fuese Pepe Chedraui y le prometieron el triunfo…
“Se tambalea Osorio Chong…”
El golpe dado por don Máximo provocará un cambio en el tablero del Presidente. Si pese a las acusaciones, sobre todo el PAN y del PRD, no hizo nada, fue porque Osorio Chong le dijo que las elecciones tendrían como resultado un triunfo absoluto del PRI y el regreso a la era dorada del partido. Fue tanto el encandilamiento, que logró atraer a sus planes a Emilio Chuayffet y a Murillo Karam. Ahora Peña Nieto ya sabe que le fallaron y que Osorio Chong no le garantiza neutralizar a don Máximo en sus aspiraciones presidenciales. Siga o no el secretario en su sitio a mediano plazo, lo cierto es que acaba de perder puntos en su respectivo proyecto rumbo a 2018, mientras se fortalece Luis Videgaray, que supo mantenerse a buen resguardo de unos planes sin sustento. De ese calibre es el triunfo que acaba de lograr don Máximo. En una sola jugada puso en jaque a todos, incluyendo al Presidente…
¿Por qué muchos, entre ellos panistas, no creyeron en la posibilidad de los dos dígitos? Me parece que cometieron dos errores: calcularon sobre el pasado y no consideraron la libertad ni el corazón de los ciudadanos. Pensar en términos del pasado implica creer que se repetirá inexorablemente: “Si así fue antes, así tendrá que ser ahora”. Tratando sus adversarios de acorralar a don Máximo inhibiendo el voto, no pensaron que eso podría descuadrar el comportamiento de los votantes e impedir precisamente que se cumpliese lo de elecciones anteriores. Por esa rendija, se colaron los dos dígitos…
Resta esperar el conteo oficial para saber a quiénes realmente quería don Máximo que le acompañasen en la siguiente fase de su proyecto y a quiénes no…
“El juego geopolítico y simbólico…”
A veces, cuando se quiere clausurar un pasado autoritario, corrupto y corruptor, también implica resolver un escenario de carácter geopolítico y simbólico. Hay que hacer a un lado o dejar atrás todo lo que exprese o simbolice ese pasado que para muchos ha sido una verdadera pesadilla…
Desde que se inauguró el CIS, se ha sabido que don Máximo gusta despachar ahí, en lugar de hacerlo en sus oficinas originales. De algún modo nos anuncia el nacimiento de una nueva área metropolitana que por lo pronto tendrá tres polos: el que mira hacia el futuro y el progreso, geopolíticamente asentado en la zona de Angelópolis, será el corazón y los que simbolizan el arte y la cultura estarán, uno, en el centro histórico de la Capital y el otro, será el corredor de las Cholulas. Toni Gali tendrá a su cargo el eje criollo, mientras Leo Paisano y José Juan Espinosa encabezarán el eje más indígena. Esto podría desembocar en la refundación de Puebla y don Máximo ya colocó gente en ambos extremos. Acaba de comenzar el juego geopolítico y simbólico…
Hasta entonces…
Comentarios: confinespoliticos@yahoo.com
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Politólogo. Analista político y asesor. Especializado en historia y política mexicana, geopolítica y geoestrategia, Historia de las ideas políticas, teoría política y análisis de escenarios. Autor de la columna Confines Políticos