ProPublica y la DEA

  • Rodrigo Rosales Escalona
Ante la ineficacia de la oposición, la mentira y agresión es su actuar como respuesta

“La pobreza es el padre de la revolución y el crimen”: Aristóteles

Desde 2006 a la fecha, a Andrés Manuel López Obrador se le ha acusado de “populista y dictador”, de “Mesías tropical”, como lo calificó Enrique Krauze; también se le señala de tener nexos con el narcotráfico en sus actividades en campaña electoral y ya como Presidente de la República, a su vez, en el proceso electoral 2024, la excandidata Xóchitl Gálvez, continuamente denunciaba a AMLO como a Claudia Sheinbaum de narcos, claro que Xóchitl no lo manifestó por sí, y sí bajo la línea dictada por sus asesores, quienes dictan la línea discursiva a los llamados “intelectuales” orgánicos y redactores en diversos medios de comunicación como Ciro Gómez Leyva, Joaquín López Dóriga, Raymundo Riva Palacio, Carlos Marín, Ricardo Alemán, Héctor Aguilar Camín, Carmen Aristegui, Anabel Hernández, por citar algunos, encargados de distorsionar, vituperar y sembrar fake news .

El clan no debe estar sin la tríada PRIANRD, creada por el empresario Claudio X. González, quien convocó a Alito, Marko Cortés y Jesús Zambrano en su residencia para integrarlos en una “alianza” para que sean los arietes políticos contra AMLO en su sexenio y durante el proceso electoral del 2024, que al final de cuentas resultó un fracaso al ser derrotados. Pero, es tal su frustración, que no alcanzan a comprender ni entender por sus antecedentes corruptos durante seis sexenios que la decisión la tomó el pueblo.

Dicha oligarquía y sus voceros, por más que emitieron sofismas intentando capturar a las masas contra la 4T y su candidata, jamás descubrieron que, por su trayectoria, el pueblo no fue alienado ni capturado, porque al emitir fake news o noticias falsas, que son historias inventadas, sin ética, que influencian la formación de la opinión pública y promueven mentiras que contribuyen a su deformación. Este es el resultado de la excesiva oferta de información que se puede encontrar vía Internet y las redes sociales, así como de la fragmentación de las audiencias, que a su vez provoca la división de la esfera pública, no terminó de cuajar.

Sin embargo, la tarea no concluye, porque el tema narcotráfico permanece como intento de señuelo para sembrar que el presidente y su gobierno, así como en el proceso electoral de 2024, está implicado, narrativa que no cuenta con prueba alguna, línea que no es promovida únicamente por esa oligarquía ramplona y carente de moral, también desde el extranjero, me refiero a los Estados Unidos.

No olvidemos que en la campaña negra todo se vale, así carezca de sustento y sea fake news, tal como cabeceó la revista británica The Economist que dedicó su portada al presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien calificó como un “falso mesías” y advirtió que es un peligro para la democracia mexicana y no respeta las reglas electorales, en mayo de 2021.

El narcotráfico posee su propia historia a nivel mundial, donde México está inmerso. Condición que lo mantiene enfrentado con autoridades del país vecino, quien presiona para que México combata a los narcotraficantes e impida el ingreso de drogas a su país, recurriendo a procesos legales y políticos, como el caso más reciente de la “detención” de Ismael El Mayo Zambada junto al hijo de El Chapo Guzmán, Joaquín Guzmán López, tema que navega en aguas de interés norteamericano.

Autoridades de Estados Unidos que presionan y culpan a México de no combatir el narcotráfico, de que toneladas de fentanilo ingresen a su país y que deriva en la muerte de más de cien mil personas por su consumo, sin que asuma responsabilidad alguna de que es el gobierno gringo quien fomentó el consumo de drogas y fentanilo en su población desde hace décadas, en el entendido de que laboratorios y los intereses económicos de autoridades de salud, promovieron a médicos a que recetaran fentanilo y drogas entre la población, so pretexto de ser calmantes por ansiedad y derivados de crisis psicológicas, que produjo drogadicción y muerte en miles.

A su vez, si acusan a México de tener “capos” que dominan territorios enteros en nuestro país como en el extranjero, y que distribuyen en su país, entonces esa red en Estados Unidos carece de vigilancia de seguridad, que la DEA, CIA y FBI son inútiles. Ocultan que los grandes capos norteamericanos están entre la oligarquía misma, financiera, industrial, de salud y militar, pues recordemos que durante la guerra en Vietnam, transportaban droga en los ataúdes de soldados gringos a su país, así como en Nicaragua cuando los “contras” combatían al pueblo revolucionario en los ochenta, siendo que es hasta cuando se destapa el problema de que el gobierno gringo financiaba y mantenía mercenarios, con dinero de la droga, en el caso Irán-Contras, donde DEA, CIA y FBI eran promotores, más su repercusión en México con el asesinato y ejecución de Enrique Camarena, por órdenes de dichos aparatos de seguridad gringos.

El imperialismo norteamericano así opera en el mundo, imponiendo sus intereses, sometiendo naciones junto con apátridas para que obedezcan y haciendo de sus naciones proveedores de plusvalía y miseria de los pueblos, creando fuentes de narcotráfico en Colombia, Bolivia, Ecuador, etcétera, mintiendo que “combaten al mal”, cuando es el imperialismo el principal promotor. Por cierto, se teje el mito de que Ismael Zambada, ya había sido detenido en México en los noventa y, que gracias a la compra de autoridades, lo liberan.

El poder económico se ejerce a través de lo positivo, ofreciendo a los hombres una recompensa, un incentivo, un pago, un valor. El poder político se ejerce a través de lo negativo, por la amenaza de castigo, daño, encarcelamiento y destrucción. Las herramientas del hombre de negocios son los valores, la herramienta del burócrata es el miedo”: Any Rand

Ante el debilitamiento geopolítico del imperialismo norteamericano, con todo lo que presiona a sus aliados europeos a mantener el clima económico y militar como punta de presión, como es el caso de Ucrania, donde el único perdedor el su pueblo, gracias esos intereses, el papel genocida del gobierno y el fascismo israelí contra el pueblo palestino en Gaza, el crear otro títere en Argentina con Milei, quien “aceptó” crear una base militar norteamericana en su territorio como lo es en Ecuador.

La pugna política entre pares como los demóçratas y republicanos juegan al discurso de quién impacta más, quién vende la idea de ser más fuerte contra el vecino México y el mundo; Ismael Zambrano y el hijo de El Chapo, son los titulares del juego, sumando el chantaje mediático falso de sus medios contra el gobierno de México, intentan colocar mensajes para la próxima administración federal. Una vez más, la agencia de noticias estadounidense ProPublica difundió un segundo reportaje del periodista Tim Golden sobre la investigación secreta de la DEA de que narcotraficantes habían financiado la primera campaña del Presidente Andrés Manuel López Obrador, pero no aporta ninguna evidencia y sólo reitera lo publicado en el de enero: en 2011, “los funcionarios en Washington cerraron el caso por la fuerza”.

Según Golden, dice que cuenta con documentos inéditos y cita más testimonios anónimos, “incluidos relatos de al menos cuatro traficantes mexicanos de alto nivel que dijeron que sus bandas ayudaron a financiar la maquinaria política de López Obrador a cambio de promesas de protección gubernamental”.

El problema de Golden es que no presenta ninguna evidencia documental del supuesto financiamiento a López Obrador, salvo declaraciones de “investigadores estadounidenses” que no son identificados, quienes se quejan de que no se siguieron las investigaciones por decisión de Washington:

“Pero los investigadores estadounidenses no investigaron esas acusaciones, en parte porque vieron poco apoyo en Washington para un caso de corrupción contra un importante líder político mexicano, dijeron funcionarios actuales y anteriores. ‘Hicimos lo mejor que pudimos y no quisieron hacer el caso’, dijo un ex investigador de la DEA sobre la investigación de 18 meses sobre la campaña de López Obrador en 2006. ‘Eso fue todo; nadie tenía ganas de seguir adelante’”.

El 30 de enero, Golden publicó un reportaje sobre una investigación de la DEA que comenzó en abril de 2010, seguido de otro en The New York Times, el 22 de febrero, sobre el mismo asunto y en este contexto comenzó una ofensiva propagandística en redes sociales que, a lo largo de la campaña presidencial, tildó a López Obrador de “narcopresidente” y a Claudia Sheinbaum como “narcocandidata”.

Anabel Hernández, en el medio alemán DW, también incurrió en el mismo error, insistiendo en la publicación de su reciente libro en “contar con previas y evidencias”, sin presentar nada.

¿Y la presunta oposición? Mientras se debate en su orfandad y nuevo intento de formar otro partido patito bajo dirección de X. González, se apegan como rémoras a lo que diga el poder del narcotráfico del imperialismo norteamericano.

rodrigo.ivan@yahoo.com.mx

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Rodrigo Rosales Escalona

Periodista y analista político en medios locales y nacional, filósofo, docente en nivel superior, activista social, comprometido con la justicia.