Aprovechar la relocalización de empresas o cualquier oportunidad de inversión extranjera dependerá si se cuenta con una política industrial clara, al tiempo que se invierte en el mejoramiento y ampliación de su infraestructura, así como en el fortalecimiento de las cadenas de valor, refirió Osmar Zavaleta, decano del Tecnológico de Monterrey.

Para Zavaleta, decano asociado de Investigación en la universidad, en términos generales México ofrece condiciones para atraer inversión extranjera; sin embargo, hay ciertas áreas que deben ser atendidas, de lo contrario podrían generarse ciertos problemas de presión social por la saturación de algunas zonas del país y la sobreexplotación de otras.

Señaló que existe diferencia entre los estados del centro y sur del país, así como entre éstos y los del norte. En unos sigue llegando la inversión, como en Nuevo León donde su oferta en recursos —agua, electricidad, vivienda— está llegando al límite, a menos que se actúe para hacerlo de forma ordenada y balanceada.

En otros estados como los del centro y del sur del país, mencionó, existe la posibilidad de articular nuevas cadenas de valor. Es decir, impulsar a las pequeñas y medianas empresas ya existentes o fomentar la instalación de nuevas para vincularlas con las de otras regiones del país y, de esta forma, ofrecer servicios o productos con valor agregado.

Así lo estableció al impartir la conferencia El impacto del nearshoring en México, que organizó el Tecnológico de Monterrey campus Puebla, con el apoyo del Consejo Mexicano de Comercio Exterior Región Sur (Comce sur).

El investigador en el área de negocios calificó de “adecuada” la infraestructura que existe en puertos, aeropuertos, redes carreteras y ferroviarias y servicios en general; pero señaló es importante ampliarla, no es solo de espacio para radicar la nueva inversión, sino la disponibilidad de recursos y servicios a mediano y largo plazos, como agua, energía eléctrica, vialidades para transporte pesado, vivienda y mano de obra capacitada.

Para ello, indicó, falta una política industrial no sólo por el nearshoring, sino para cualquier futura tendencia industrial; “Los tres niveles de gobierno tienen que alinearse sobre lo que queremos aprovechar de la relocalización de empresas, y del desarrollo industrial en el mediano y largo plazos”.

Aunado a lo anterior señaló que se deben impulsar reformas administrativas que faciliten la instalación de empresas, nacionales y foráneas, garantizar el Estado de Derecho y la seguridad en todos los aspectos.

En el caso de Puebla, ejemplificó, hay retos y oportunidades en la relocalización de inversiones, desde mejorar la infraestructura hasta trabajar más en los clústeres con los hub de innovación y así generar un círculo virtuoso con las pequeñas y medianas empresas, para que crezcan y se desarrollen con el fin de integrarlas a cadenas más grandes de valor.