Agencia y reflexividad como práctica de la libertad
- Dafne Reyes Jurado
En día pasados tuvimos la presentación del libro Actores pedagógicos y el empoderamiento social: Un análisis de las prácticas pedagógicas Freireanas. Dicho evento lo podrán encontrar dando clic aquí. Dentro de las siguientes líneas me gustaría reflexionar en torno al primer capítulo escrito por Carlos Araujo Torre, titulado Pedagogía crítica y agencia: reflexiones sobre la participación política desde el espacio educativo.
En dicho capítulo, Araujo Torre define la agencia como la capacidad que tienen los sujetos para entenderse a sí mismos y en ser capaces de influir en la realidad externa, desde una lucha que, si bien puede ser colectiva, no invalida las luchas individuales, que cada uno y cada una tuvo que vivir para estar en donde está. La formación política, en este sentido, está centrada en poner atención en la experiencia de participación que tiene el estudiantado en los espacios educativos, como espacios que la posibilitan y desarrollan, y no únicamente refiriéndose a espacios como la escuela o las aulas. La formación política se ensaya justo en estos espacios en donde el estudiantado da a conocer su voz, sus vivencias, su experiencia y su pensamiento.
Otra categoría relevante dentro del trabajo de Araujo Torre es la de la reflexividad, entendida como la comprensión de condiciones personales y sociales que dan posibilidades de acción. Es decir, la reflexividad trata de la capacidad que tenemos todas las personas para comprender los condicionamientos entre los que transcurre la acción y, a su vez, de la capacidad para controlar o direccionar nuestra conducta de acuerdo con nuestros intereses o necesidades personales.
Dicha reflexividad puede observarse en el estudiantado cuando está incentivado por pasiones, intereses y motivaciones cargadas de afectividad que trasladan al proceso de aprendizaje; es decir, el proceso de reflexividad es una condición de posibilidad para la construcción de procesos de participación en el espacio educativo, pero también fuera de este.
Es a partir de la protesta colectiva de compartir la misma indignación que la identidad se comparte con la otredad y las experiencias concretas de participación en la juventud, porque dice Araujo Torre, desarrollan competencias ciudadanas y agencia; es decir, les constituye como actores políticos con capacidades que les permite ir transformando sus realidades cercanas y, con ello, poco a poco a la sociedad misma.
El autor además enumera como elementos evidentes para la construcción de la agencia, los conocimientos técnicos y profesionales que contribuyen en las formas en las que se entiende y se realiza la acción política y ciudadana; y la formación desde contextos y realidades de suma valía desde los contenidos curriculares para empoderar la acción de los estudiantes.
La participación autónoma en espacios más allá del aula es formativa y un proceso previo a la participación organizada de un movimiento. Sólo así, la educación se convierte en la práctica de la libertad, en la que los sujetos se enfrentan con una realidad y descubren la forma para participar en su transformación desde su trinchera.
La tarea de quienes acompañamos estudiantado universitario desde la reflexividad de esta propuesta es promover espacios universitarios de escucha, espacios en donde el estudiantado pueda encontrar intereses, más allá de los propios, o de los disciplinares; donde encuentre motivación, pasión, aquello que le duele y que le gustaría mejorar, permitiéndole entonces participar por aquello que le mueve internamente y encontrar con sus pares esa motivación por una lucha colectiva basada en organización que le propone ser el protagonista no sólo de su propio proceso educativo, sino de una lucha que le beneficie a varios, abanderando causas sociales justas para la transformación de una sociedad digna, fraterna y solidaria.
La tarea del estudiantado es exigir estos espacios en donde se pueda reflexionar sobre los intereses de la juventud, sobre su participación dentro del espacio de la universidad, pero también sobre participación como ciudadanos conscientes, competentes, creativos, críticos y comprometidos con la realidad que les rodea.
(La autora es académica de la Universidad Iberoamericana Puebla).
Opinion para Interiores:
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Maestra en Educación Media Superior por la UDLAP, especialista en Orientación Educativa con enfoque sociopsicopedagógico (BUAP) y licenciada en Psicología por la Ibero Puebla, donde se desempeña como responsable del Programa Intercultural de Vida Universitaria Pedro Arrupe, SJ. y como académica.