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A 16 meses se achica el proyecto de la línea 1 del Metrobús

  • Gerardo Rojas González
Se desdibujó el número de unidades biarticuladas, puentes peatonales, frecuencia de paso y hasta el sistema de prepago
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A 16 meses de operación, los objetivos marcados en la ruta 1 de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA), mejor conocida como Metrobús, se desdibujaron en cuanto al número de unidades que la integrarían, la instalación de puentes peatonales, frecuencia de paso y hasta el sistema de prepago que requirió una inversión de 22.2 millones de pesos.

Además de ello, las cámaras de videovigilancia que se colocaron en las unidades no están conectadas a una central de seguridad, faltan rampas de acceso a las terminales del transporte y el personal operativo fue reducido.

La línea 1 de este sistema de transporte inició operaciones el 15 de enero de 2013 con una inversión de mil 400 millones de pesos, y una ruta de 18.5 kilómetros entre Tlaxcalancingo y Chachapa, en la cual existen 36 paraderos.

Reducen camiones biarticulados y crece tiempo de espera

El proyecto original contempló la adquisición y operación de 45 autobuses biarticulados con capacidad para 160 pasajeros, sin embargo desde un inicio opera con seis unidades de este tipo y 18 convencionales para cubrir el corredor troncal y 97 unidades para las rutas alimentadoras.

Debido a la baja de unidades, las frecuencias de paso se ampliaron de 4 a 20 minutos.

El tiempo promedio de recorrido se aproxima al óptimo, pues en promedio tarda 50 minutos en ir de Tlaxcalancingo a Chachapa, lo que representa una velocidad promedio de 22 kilómetros por hora, casi el ideal para estos sistemas  que es de 25 kilómetros.

A cuatro meses del inicio de operaciones, en mayo de 2013, desaparecieron las rutas alimentadoras 5 y 8, dos de las nueve iniciales, ya que mantenían recorridos similares a las 6 y 7, por lo que su demanda de pasajeros fue muy baja.

Cámaras de videovigilancia sin conexión al CERI

Las cámaras de video colocadas en las unidades alimentadoras no están conectadas a ningún sistema de vigilancia, como el Centro de Emergencias y Respuesta Inmediata (CERI) o el Centro Estatal de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C4), como inicialmente se anunció.

Si bien los equipos de video se mantienen colocados en las unidades alimentadoras, carecen de un sistema que envíe su señal vía remota, lo que permitiría monitorear lo que ocurre dentro de las mismas.

El proyecto para que los vehículos sean vigilados por el CERI —que pertenece la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (SSPTM)— aún no ha sido autorizado por el gobierno estatal, mientras que el C4 no ha dado trámite a la conexión de las mismas.

Los puentes peatonales y la falta de rampas

Aunque dentro del proyecto ejecutivo del primer corredor de la RUTA se tenía etiquetada una partida de 32 millones de pesos para la instalación de 19 puentes peatonales, éstos no fueron ejecutados durante el proceso de construcción.

Los pasos estarían ubicados en puntos estratégicos a lo largo de los 18.5 kilómetros del recorrido, como en el cruce de las vías del ferrocarril en la unidad habitacional Rivera Anaya o Las Ánimas, con diseños y alturas adecuados a las zonas en las que serían instalados.

Además los puentes peatonales existente incumplen con características especiales para usuarios con discapacidades, ya que carecen de rampas de fácil acceso a cada estación y para ingresar a los autobuses.

Tampoco hay información en sistema Braille ni espacios preferenciales en los autobuses no articulados del sistema.

Persiste la ausencia de bancas al interior de las estaciones y la falta de baños públicos, salvo en la terminal de Tlaxcalancingo.

Terminales sin seguridad

Ante la falta de pago de manera regular, el personal de seguridad del Metrobús se redujo y aunque no existe un número certero sobre el número de personas que cuidan los paraderos, los trabajadores estiman que son menos de 20.

El problema de la inseguridad se acentúa en zonas como la unidad habitacional Manuel Rivera Anaya y la colonia San Antonio Abad, donde los usuarios acusan robos e intimidación.

Por las características del sistema, este debe tener un centro de control para monitorear a las unidades, pero a la fecha no operan los comandos de voz y video para los operadores de los autobuses en la ruta troncal y sus alimentadoras.

De la tarjeta electrónica a las monedas

Otra modificación al proyecto fue el sistema de cobro, ya que en primera instancia se contempló el pago electrónico por parte de los usuarios, pero ante la falta de información y la poca aceptación de esta modalidad, los concesionarios optaron por combinar el cobro en efectivo y el prepago en las rutas alimentadoras.

A inicio del mes de mayo del 2014, las líneas 1, 2, 3, 4, 6 y 9 dejaron atrás el sistema de prepago para cobrar sólo en efectivo el viaje de los usuarios.

Aunque la deficiencia en el sistema de cobro se presentó desde abril de 2013, hace algunas semanas los operadores optaron por colocar bolsas de plástico en las terminales lectoras de las tarjetas de prepago para anular este sistema.

Cabe señalar que la adquisición del sistema de prepago requirió una inversión de 22.2 millones de pesos, el cual tendría un módulo de compras vía internet, para el que se destinarían 2.9 millones de pesos, sin embargo no entró en funcionamiento.

Los carriles confinados sí son los proyectados

Entre los trabajos que sí coinciden con lo proyectado están los dos carriles confinados de concreto hidráulico en el trayecto entre las juntas auxiliares de San Andrés Cholula y Amozoc, un par de estaciones de transferencia y los 36 paraderos.

Es importante señalar que la primera línea del Metrobús tuvo una inversión de mil 400 millones de pesos, desplazó de su derrotero original a 216 unidades de transporte, cuyos permisionarios se integraron a una empresa que opera mediante un fideicomiso y presta el servicio en el nuevo sistema.

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