Lenguas indígenas y derechos humanos

  • Alejandro Armenta Mier
El lenguaje es identidad, porque las palabras integran conocimientos, percepciones e ideas.

México cuenta con diversas lenguas que pertenecen a los pueblos originaros: otomí, náhuatl, mixteco, zapoteco y otras que están a punto de desaparecer si no se aplican medidas para su preservación y rescate; desde el más alto poder del gobierno. Son más de un millón de hablantes que todavía conservan sus tradiciones, cultura e idiosincrasia, pero lo más importantes es que su cosmovisión se refleja en el lenguaje con el que se comunican.

La Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU)  proclamó el 2019, como el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, porque busca sensibilizar, el rescate de la riqueza cultural que tienen las lenguas en todo el mundo. ´Con este antecedente, el Senado de la República aprobó igualmente este año como un espacio de reflexión para el rescate de las tradiciones, cultura e idiosincrasia de los aproximadamente 8 millones de ciudadanos que se consideran indígenas y que conocen alguna lengua originaria de nuestro país; pero que han dejado de hablarla porque en la mayoría de los casos migraron a las grandes ciudades.

El lenguaje es identidad, forma parte de la personalidad que tiene cada uno de los mexicanos, porque las palabras integran conocimientos, percepciones e ideas que en muchas de las ocasiones es imposible traducir. Noam Chomsky, lingüista norteamericano y crítico del sistema capitalista, sostiene que el lenguaje determina la construcción de las ideas y describe los sentimientos. Por lo cual, obligar a los integrantes de los pueblos indígenas a modificar su lenguaje original, va contra sus derechos humanos y extingue el conocimiento de las culturas ancestrales.

La manera en la cual hablamos, denota nuestros pensamientos y construye un imaginario sobre conceptos como la justicia, la ética y otros valores colectivos como la solidaridad, cooperación y la participación. Siguiendo a Chomsky, las oraciones pueden ser muy profundas en el habla, porque muestran un sentido superficial por una parte y por otra, profundo. En la discusión política, la falta de acuerdos se relaciona con esa falta de comprensión, de interés y sentido de comunidad; por lo  cual debemos interesarnos en el lenguaje que tienen los indígenas y buscar reproducir sus ideas en libros, poemas y discursos.

El respeto a los derechos humanos, promovido desde la Cuarta Transformación también va hacia impulsar reformas legales y acuerdos políticos para que en las entidades de la República Mexicana se logren acciones para motivar que se sigan practicando estas lenguas. Pienso y hablo, así se transmiten las ideas para lograr un diálogo fructífero en sociedad, por ello, preservar las lenguas significa cuidar los saberes, conocimientos y soluciones a nuestros problemas. Insto a toda la sociedad a participar en este año en el rescate de las lenguas como elementos intangibles, pero significativos de nuestra identidad nacional.

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Alejandro Armenta Mier

Maestro en Administración Pública, presidente del Senado de la República y presidente de la Comisión de Hacienda. Más de 34 años de su vida dedicado al servicio público. Mis principios: ser útil, agradecido y acomedido.