Poder de facto

  • Eduardo García Anguiano
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En vías del régimen de facto en el estado libre y soberano de Michoacán de Ocampo.

Se entiende como poder fáctico al que se ejerce al margen de los cauces formales, hace uso de su capacidad de presión y autoridad informal para influir políticamente.

Es común que este poder no está legitimado por la vía legal y no siempre lo busca para ejercerse, pero en los hechos se ejecuta aunque lo haga al margen de las leyes.

La situación que viven diversos municipios de Michoacán es un claro ejemplo del fenómeno, tanto por la presencia de las autodefensas como por el crimen organizado, donde habitualmente sucede:

  • La obtención y uso ilegal de armas de fuego de grueso calibre, sólo señalo como ejemplo: AR15 y AK47.
  • El establecimiento de retenes en las vías de comunicación para entrar a las poblaciones, se revisa a las personas y a sus vehículos para que se les permita transitar.
  • La retención de personas para interrogatorios y/o para realizar juicios sobre conductas que ellos mismos determinan como punibles.
  • Los bloqueos de las vías de comunicación para impedir el tránsito de personas y autoridades, cuando así les conviene.
  • La petición de peajes para que los vehículos que transportan mercancías puedan realizar su trabajo.
  • Enfrentamientos con otros grupos armados como los del crimen organizado, con el resultado de personas muertas, heridas y daños a transportes.
  • Se vigila el aterrizaje de aeronaves para el traslado de sus miembros en los territorios que controlan.

Después de su formación como poderes fácticos, les ha sido suficiente con sugerir sus deseos para que se realicen como el que se les tolere portar y disparar armas sin permiso de las autoridades o, en su defecto, que les faciliten helicópteros oficiales para su traslado.

Lo anteriormente descrito puede apreciarse en diversas notas periodísticas  y de persistir la situación, el riesgo en lo futuro para la entidad de referencia sería que los poderes de facto:

  • Dominen recursos vitales o estratégicos, que les den el control de la ideología, la sociedad y la economía, con lo que tendrían mecanismos adicionales a la presión política y armada para aumentar su fuerza y presencia.
  • Transiten del control municipal al del gobierno estatal en turno e incidan en la actividad legislativa o judicial de manera cuasilegal, lo que daría como consecuencia el llamado “Estado fallido” en Michoacán. 

Vienen a tono las palabras del político alemán Willy Brandt, quien en una ocasión afirmó certeramente: “Permitir una injusticia significa abrir el camino a todas las que siguen”.

@EGAnguiano

9 de enero de 2014

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Eduardo García Anguiano

Sociólogo y maestro en Administración Pública. Ha laborado en el gobierno federal y gobiernos locales en áreas de seguridad y gobierno. Ha sido profesor en la Universidad de las Américas Puebla, el IMIDECIP y el INAP. Escribe la columna Operación Seguridad.