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¡Aguas! Así opera la delincuencia en el Centro Histórico de Puebla

  • Alberto Melchor
Además de los asaltos a mano armada, las autoridades han detectado un aumento en los timos, los juegos de azar y las extorsiones
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La delincuencia ha hecho del Centro Histórico de Puebla uno de sus lugares preferidos para operar no solo el tradicional robo a mano armada o el de autopartes, sino que van a la alza los casos de extorsión y robos mediante engaños.

Una posible nueva mecánica ocurrió este lunes cuando un joven documentó en su perfil de Facebook que tras ayudar a una mujer que denunciaba el robo de su hijo y que terminó por ser falso, fue golpeado por los comerciantes ambulantes y algunos aprovecharon para robarle su cartera y celular.

Aunque la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (SSPTM) analiza si en realidad podría tratarse de una banda, la realidad es que existen otras formas de engañar a la gente para despojarlos de su patrimonio cuando caminan en el primer cuadro de la ciudad.

El viejo juego de la bolita
En días recientes el titular de la SSPTM reveló que el juego de “la bolita” es uno de los fraudes callejeros más comunes en el Centro Histórico, el cual permite que quienes lo practican puedan deambular evadiendo a la policía.

En un recorrido realizado por e-consulta se pudo constatar que esta práctica se realiza en diversas calles, pero principalmente en la 5 de Mayo, entre 10 y 14 Poniente, así como en la 16 Poniente y 5 Norte, atrayendo un gran número de gente.

La posibilidad de ganar hasta 500 pesos con una mínima inversión de 10, atrae a la gente que termina por ser embaucada con los rápidos movimientos de mano que practican estas personas para ocultar un pelotazo en tazones o vasos, que sin caer en la violencia, cometen un delito pues este tipo de juegos están prohibidos.

Los paqueros
Otro modo de engaño es el perpetrado por los llamados “paqueros”. Este tipo de robo consiste en timar a los usuarios de las sucursales bancarias pidiendo ayuda para realizar el cobro de algún cheque falso o hacer un depósito.

Los “paqueros”, muchas veces mujeres, se acercan a su víctima y le piden apoyo para cobrar un cheque por una cantidad muy alta de dinero, generalmente falso o sin fondos, pero a cambio de entregar el documento le piden a sus víctimas que les dejen algo del dinero que van a depositar, a modo de garantía, pero cuando vuelven ya se han ido con su dinero.

También suelen simular ostentosos intercambios ofreciéndole a la gente fajos de dinero a cambio de cheques endosados, sin que los cuentahabientes se den cuenta de que se trata de pedazos de periódico recortados al tamaño de un billete.

Este tipo de robos se ha reportado principalmente en bancos del Centro Histórico, como los ubicados en la avenida Reforma y la 2 Oriente.

El engaño de la llanta ponchada
Los embotellamientos en la zona comercial del Centro Histórico de Puebla están siendo aprovechados como otro foco para delincuencia mediante el engaño a automovilistas a quienes les dicen que su llanta va ponchada y aprovechan cuando el conductor baja del vehículo para atracarlo.

Este tipo de robos ya han sido detectados por la SSPTM en esta zona de la ciudad, pero no es el único modo, que operan pues para los automovilistas que circulan con sus vidrios abajo y que acostumbran a ir revisando el celular en medio del tráfico, suelen arrebatárselos.

Aprovechando la complicidad de algunos comerciantes informales y el congestionamiento vehicular, los hampones logran huir fácilmente corriendo entre los automóviles.

Extorsión
Las amenazas y extorsión también suelen ser un delito frecuente que se practica, principalmente, contra los operadores del transporte público que a cambio de “seguridad” pagan cuotas o cooperación a personas que dicen garantizarle a los choferes que no serán asaltados.

Lo que parece ser un cobro de piso, es comúnmente practicado en la 9 Norte entre 10 y 12 Poniente, así como en la 15 Norte entre 16 y 12 Poniente, pero a pesar de estar detectados y atestiguar el cobro que hacen a los choferes, las autoridades no han buscado combatir este fenómeno.

Los cadeneros
Finalmente, otra de las prácticas más denunciadas por quienes visitan el Centro Histórico es el robo de alhajas por parte de los llamados “cadeneros”, que suelen arrancar cadenas, aretes o celulares a mujeres para después darse a la fuga corriendo.

La principal zona en la que estos personajes operan es en la 8 y 10 Poniente, desde la 13 y hasta la 9 Norte, huyendo principalmente sobre la 11 Norte con rumbo al Museo del Ferrocarril.

Aunque algunas veces los policías han logrado perseguir y atrapar a estos sujetos, en la mayoría de las ocasiones logran darse a la fuga por las azoteas de las casonas del primer cuadro de la ciudad.

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