El rey lagarto

  • Ricardo Ruiz Rodríguez

James Douglas Morrison Clarke mejor conocido como Jim Morrison cumpliría 70 años este 8 de Diciembre. Pionero, innovador, irreverente y poseedor de una voz y personalidad influyentes que, junto con The Doors, han permeado e influido de manera significativa por generaciones.

El Rey Lagarto, como también era conocido Jim, y The Doors constituyen sin lugar a dudas un parteaguas tanto de la música en general, como de la forma de expresión de los jóvenes de la segunda mitad del siglo XX.

Jim Morrison es también un mito, alrededor de él se han dicho muchísimas cosas, algunas ciertas, otras falsas. La película misma de The Doors de Oliver Stone presenta, según los mismos integrantes de la banda, una visión completamente distorsionada de Jim.

El éxito de una banda casi siempre se atribuye al vocalista, dado que es quien más sobresale en general (frontman), lo que se canta, el que más se mueve por el escenario, etc., sin embargo, como en muchas bandas, el caso de The Doors fue una fusión perfecta de estilos y personalidades en un ensamblaje musical idóneo.

Desde las primeras veces que escuché a The Doors siendo un niño, me daba la impresión de que esa banda tenía más de un vocalista, pero no prestaba mucha atención. Fue con el tiempo que descubrí que era la capacidad vocal de Jim la que me hacía creer eso.

El genio musical de Ray Manzarek queda plasmado en cada una de las melodías, que aunado a la lírica y magistral interpretación de Jim, las excelentes cuerdas y letras de Robby Krieger, y las fantásticas percusiones de John Densmore, generan una atmósfera musical impactante, mágica y mística que sigue y seguirá deleitando a generaciones.

Mi primer contacto de acercamiento y apreciación con The Doors fue gracias a mi hermano Rodolfo, quien alguna vez puso en su automóvil un CD de ellos e hice un comentario estúpido al respecto, algo así como “música de mariguanos”, de manera sumamente prudente (yo hubiera reaccionado diferente), mi hermano sólo replicó con algo como “qué vas a saber, te falta crecer y vivir”. Esto último fue mi acicate para que dejara de oírlos y empezara a escucharlos, a apreciar su música, su propuesta...

Como resulta que la vida tiene sus peculiaridades, el azar hizo que los primeros archivos en formato mp3 que tuve por ahí de 1995, fueron precisamente los más grandes éxitos de The Doors. Ya con una mayor madurez, pude apreciar mejor sus canciones, de tal suerte que decidí comprar un CD, pero siempre han sido no tan accesibles de precio por decirlo de alguna manera.

Y entre que a veces lo urgente no deja tiempo ni dinero para lo importante, fue hasta hace un par de meses que por fin decidí comprar una recopilación de dos CDs (antes que desaparezcan del mercado y todo se reduzca a formatos comprimidos de audio) con lo mejor de The Doors. Las versiones están remasterizadas y se escuchan impresionantes (de sólo recordarlo se me eriza la piel). Aunque la recopilación no es barata, vale cada día que dejé de comer para adquirirla.

La vida de The Doors como banda fue muy breve: su primer disco homónimo ve la luz en 1967, y su último disco L.A. Woman en 1971. Hicieron seis álbumes en cinco años, y no seis álbumes cualesquiera, sino influyentes como pocos en decenas de bandas y millones de vidas: no es cualquier cosa.

Entre el primero y el último álbum se encuentran, en orden cronológico: Strange Days (1967), Waiting for the Sun (1968), The Soft Parade (1969) y Morrison Hotel (1970).

En una visita reciente en la que tuve el gusto de recibir en mi casa a mi hermano Rodolfo y mis papás, puse el disco de The Doors y disminuí la resistencia del potenciómetro (subí el volumen), mi papá se prendió (me dio mucho gusto pues tiene más de 70 años) y mi hermano creo que lo disfrutó también. Para quien esto escribe, era una forma de agradecer a mi hermano tanto su visita, como el acercamiento que favoreció entre mí y The Doors.

Existe un documental (When You're Strange) que, según Ray Manzarek, es la verdadera historia de la banda. La conducta y comportamiento de Jim en su fase Jimbo no son de mi competencia. Las experiencias y vivencias que tenemos marcan para bien y para mal nuestras vidas, y nadie se escapa; por otro lado, el maniqueísmo moral me parece sumamente ramplón.

Podrá gustar o no, pero resultaría innegable que Jim Morrison es, ha sido, y será, un ícono de la música y la expresión musical.

El olvido es la única y verdadera muerte ¡Larga vida al Rey Lagarto donde quiera que esté!

 

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Ricardo Ruiz Rodríguez

Ricardo Ruiz Rodríguez nació en la ciudad de Puebla, Pue., México. Actualmente y desde el año 2002, es profesor investigador adscrito al Instituto de Computación en la Universidad Tecnológica de la Mixteca (UTM), en Huajuapan de León, Oaxaca, México, y cuenta con más de quince años de experiencia como docente, y tiene en su haber un libro, y diferentes artículos y publicaciones.

Entre sus intereses actuales se encuentran los métodos de enseñanza de las ciencias de la computación, la música, y la música por computadora, pero se ha desarrollado académicamente en áreas como la Ingeniería de Software, la Interacción Humano-Computadora, y el Paradigma Orientado a Objetos.